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Alejandro Guillier, crónica de un invitado imprevisto – Ramón Arriagada

Alejandro Guillier, crónica de un invitado imprevisto – Ramón Arriagada

 ALEJANDRO GUILLIER, CRONICA DE UN INVITADO IMPREVISTO

 

En la hora de los recuentos de  noticias  puse mi atención en los contenidos del diario “La Tercera” de este fin de semana.  Toda una muestra de malabarismo político. Me recordó los antiguos editoriales del otro componente del duopolio – “El Mercurio” previo a 1973 – cuando a juicio de los macucos en política había que leer para  estar bien orientado en cosas del  afán político. Un viejo  y astuto profesor, según él, tenía la cualidad de leer entrelíneas resultando muchas veces certeros  sus acertijos mercuriales.

El editorial del sábado 31 de diciembre de  “La Tercera”,  titulado “2016, un año marcado por la incertidumbre”, hace referencia a que gran parte de la pérdida  del apoyo ciudadano hacia la Nueva Mayoría y a la Presidenta, ha sido producto,  del rechazo de los opinantes  a la incursión del bloque gobernante  para impulsar reformas como la tributaria, laboral y educacional. Ello, unido al difícil momento  de la economía mundial que repercute en las compras de nuestras materias primas, ha traído a la sociedad chilena, un cambio en su ritmo de crecimiento con instancias de  deterioro que alimentan  expectativas de estancamiento.

El editorialista de “La Tercera”, señala que en los círculos empresariales y políticos,  era bien visto, cómo el gobierno le bajaba el volumen a ciertas reformas;  una corrección que volvía a sintonizar a Chile con la “revalorización del crecimiento económico y un Estado jugando un fuerte rol redistributivo  sin perder el carácter subsidiario”.  Pero la mayor felicidad para  el redactor,  era que los equilibrios  se hacían manifiestos, al observar como las preferencias futuras del electorado se inclinaban  al rango “Lagos- Piñera”.

Pero en  el estado de ánimo casi bucólico de esta  meseta del comportamiento político nacional,  aparece de improviso, un villano no pauteado, cuya irrupción lamenta el editorialista, se trata de  Alejandro Gillier.  El editorial no calla su desencanto ante la aparición de esta imprevista variable y  categóricamente habla de nuevos escenarios de muchas incertidumbres,  “donde no se puede descartar  que el deterioro de la institucionalidad del país pueda continuar”.

No le resulta simpático a la  Derecha, la aparición de Guillier, cuando afirmaban  que la Nueva Mayoría,   era como un atleta  corriendo una posta que con angustia,  no encuentra a nadie que quiera recibirle el bastón. La sinergia del candidato  Guillier, desmiente todo lo difundido y maquinado por los propagandistas de la Derecha en cuanto a la orientación de aquellos que se pronunciaban en las encuestas contra la Nueva Mayoría.

Están apareciendo y se manifiestan. Le gustó a la gente la  Reforma Tributaria, pues, gracias a lo recaudado, nuevos estudiantes tienen acceso a estudios superiores sin pagar  aranceles onerosos. Las atribuciones a los sindicatos en la Ley Laboral, como una puesta al día de la relación capital-trabajo.  A los desencantados les agradó la Agenda de Transparencia y Probidad, controlando  los gastos de financiamiento de las campañas. El ciudadano común  ve con buenos ojos   la próxima elección  de Intendente, sobre todo en regiones como la nuestra.

En Magallanes nos gustan las ideas centrales del Plan dirigido al desarrollo de las zonas extremas. La unión entre las regiones de Aisén y Magallanes con transporte subvencionado por mar y aire;  las sendas de penetración con rutas no imaginadas, fibra óptica, aeropuertos, en resumen, terminar con el aislamiento y hacer de la conectividad,  la esencia del hacer política en Magallanes.  El triunfo en la elección última de la Derecha en las principales comunas de Magallanes,  no obstante lo mucho realizado,  fue posible porque los partidos de la Nueva Mayoría, dieron un pésimo ejemplo de personalismos, caudillismos y  la inexistencia orgánica  de los mismos.

¿ Habrá llegado el momento que nuestros políticos entiendan el fenómeno Guillier y dejen de insistir en liderazgos artificiales, originados en egolatrías ya superadas por la Historia?