La palabra «Candidato» significa blanquear – EDITORIAL
Mañana lunes 21 de agosto a medianoche estará concluido el proceso de inscripción de las candidaturas a parlamentarios y a consejeros regionales ante el SERVEL. Será el momento decisivo para los cientos de candidatos y pre-candidatos que han venido disputando dentro de sus respectivos partidos políticos. movimientos y conglomerados la posibilidad y el «cupo» para ser presentados oficialmente con candidatos a las elecciones del 17 de noviembre.
El despliegue de esfuerzos de cada candidato o posible candidato por aparecer en los medios de comunicación y en las redes sociales promoviendo sus respectivas postulaciones es una buena señal para la democracia: quiere decir que la política no es tan mala ni los partidos políticos no son esos monstruos que se pintan en la propaganda tan frecuente, sino que siguen siendo instrumentos válidos y legítimos para acceder a la función pública.
La exhibición a veces impúdica de los conflictos, tensiones, «codazos» y otros gestos públicos de los posibles ganadores y perdedores, alimenta el morbo político, favorece a la crónica roja de la vida pública, deja en deuda el principio de la lealtad y pone de manifiesto que en definitiva, la política es un campo de la acción humana que en nada se diferencia de lo que sucede en otros espacios donde lo bueno se mezcla con lo regular y con lo deficiente.
En estas horas decisivas, volvemos a recuperar el valor de la palabra «candidato», que proviene del latin «candidatum» que significaba «blanquear», lo que hacía que en la antigua Roma republicana, los candidatos a una magistratura pública iban vestidos de blanco.
Los ciudadanos quieren ver y se merecen lo mejor de todos los candidatos: sus ideas, sus programas de gobierno o sus agendas legislativas, sus propuestas para resolver los problemas de la región y el pais, queremos ver los candidatos en total transparencia, movidos por una vocación de servicio público.
