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A 170 años de la Declaración de Seneca Falls – Javier Muñoz – Opinión

A 170 años de la Declaración de Seneca Falls – Javier Muñoz – Opinión

Sin afán de hacer un simple recuerdo de efemérides, durante los días 19 y 20 de julio de 1848, en la capilla Metodista de Seneca Falls, en el estado de Nueva York, Estados Unidos, se realizó la “Convención sobre los derechos de la mujer”, en este espacio, primero separatista y luego común, se discutieron los “derechos y la condición social, civil y religiosa de la mujer”, de este encuentro nace la llamada “Declaración de Sentimientos”.

Pero más allá de abordar el texto de dicha declaración, el cual invito a ustedes a buscar, me gustaría comentarles como se llegó a esto y que provocó.

Los hitos históricos, cuando los estudiamos en separado, o como una lista de supermercado, sin contexto, sin vida, sólo como una foto; no nos permiten apreciar lo trabajoso que resultaron hacerlos vida, ni menos las consecuencias que causaron.

Primero, en Estados Unidos, se instala el cristianismo en su vertiente “Protestante”, no clericalista, que permite la participación y opinión de las mujeres en reuniones públicas, como a su vez el libre debate de ideas e interpretación de las Escrituras, que llegó a consolidar con fundamentos bíblicos, la oposición a la esclavitud y a la segregación. Pero si la delegación norteamericana no hubiera viajado a Londres al congreso Antiesclavista en 1840, incluyendo mujeres, y en este no hubiesen sido apartadas de las sesiones por ser mujeres, no se habría desarrollado quizás con tal fuerza y premura este movimiento, en el que las mujeres se veían reflejadas en la esclavitud de los descendientes africanos, en sus realidades domésticas.

Es así como se llega paulatinamente a la reunión de julio de 1848, con organización, discusión y sobre todo convicción.

¿Qué sucede luego de Seneca Falls? Veinte años más tarde se funda la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer entre otras agrupaciones con diversos matices, algunas radicales y otras conservadoras. Finalmente, en unidad, en 1918 el presidente Wilson anunciará su apoyo al sufragio femenino, para que en 1920 este finalmente fuera posible.

Pasó largo tiempo entre un hecho y otro, desde la inquietud, a la organización, para finalmente lograr visibilización y alcanzar sus objetivos, pero el valor de la lucha de estas mujeres y tantas más durante la historia, no puede pasar al olvido.

En este momento histórico, en donde se vive una nueva ola feminista, es importante reconocer por todos y todas quienes vinieron antes, son tantas que ya lo hacen, pero nosotros, ¿qué estamos esperando?

Javier Muñoz Vidal