contadores web

Logos Hope, la librería flotante más grande del mundo, pronto llegará con su tripulación internacional e historias de transformación a Punta Arenas, Chile

Logos Hope, la librería flotante más grande del mundo, pronto llegará con su tripulación internacional e historias de transformación a Punta Arenas, Chile

Cristian es un tripulante chileno de 39 años que actualmente trabaja a bordo de Logos Hope. Nació y creció en Valparaíso, pero realizó sus estudios en  Punta Arenas desde su secundaria.

Cristian compartió con nosotros acerca de cómo la vida de su abuela, pudo impactar tanto su vida. “Desde niño escucho acerca de los barcos de GBA,  mi abuela siempre apoyó su visión e incluso a uno de mis primos, quien estuvo a bordo del Logos II. Ella siempre recibía cartas del barco y recuerdo que tenía una postal pegada en la puerta.

Yo pasaba los fines de semana en la casa de mis abuelos y podía hacer todo lo que quisiera siempre y cuando cumpliera con una condición, antes de dormir, debía orar junto a ella por los voluntarios de Logos II”. Durante su época de infancia Cristian recuerda, “Mi padre es marinero, así que crecí viendo a mi papá navegar durante 3 meses y regresando 1 mes a casa con nosotros, cuando estaba en casa era como estar en vacaciones, salíamos, disfrutábamos y nos divertíamos, pero después él regresaba al mar y nosotros a rutina.”

Fue asi como su historia fue cobrando vida, sus pasos se fueron encaminando hacia su propio rumbo. “Yo siempre quise ser un marinero, pero en el colegio me desenvolví muy bien en el área de diseño gráfico y arquitectura. Mi tío era arquitecto y mi familia siempre estaba involucrada en construcciones, me di cuenta de que en términos monetarios era mucho mejor trabajar en esa área, asi que empecé a enfocarme en arquitectura.

Cuando llegó el momento de decidir aplique para estudiar arquitectura, tenía los puntos necesarios para ingresar a la carrera, pero como buen Montaner, siempre tenemos un ‘plan B’, asi que también aplique para la escuela naval. Fue acepto en las dos.”

“En el ultimo día para incribirme en la universidad, mi mamá me llamo para orar antes de que yo fuera, mientras oraba, el teléfono sonó y aun recuerdo las palabras hasta hoy ‘Sr. Montaner, ha sido seleccionado para la segunda fase de la escuela naval Arturo Prat’. Mientras el hablaba, los recuerdos de los tiempos de oración con mi abuela por estas embarcaciones y mi sueño en ser marinero venian a mi mente, cuando la llamada terminó no tenía duda. Iría a la escuela naval.”

Cristian le contó a su madre la decisión que acababa de tomar, lo que para ella fue una sorpresa ya que minutos antes parecía convencido de estudiar algo diferente. Pero esta es una decisión que Cristian se alegra de haber tomado.

Tras terminar su periódo en la escuela naval, Cristian comenzó a trabajar a bordo de un barco tanquero al sur de Chile, pero su amor por los libros lo llevaría por otro camino.

Por alguna razón para Cristian encontrar el estilo de literatura que lo llenará, había sido un proceso difícil, comenzó a buscar y a preguntar y fue a través de sugerencias de libros, el dónde encontrarlos y demás, que el nombre del barco por el que oraba cuando era pequeño surgió nuevamente en sus pensamientos.

Cuando llamó para pedir información y conocer un poco más, descubrió que la persona que en ese instante se encotraba a cargo de la organización en Chile, era la misma persona por la que su abuela y él habían orado tantas veces. “Estaba muy claro lo que debía hacer, tomar un paso de fe. No por nada siempre tuve estas postales y bolantes del barco en los cajones de mi cama.

Cristian es parte de los 400 voluntarios a bordo del barco que son de 60 naciones distintas y han dejado sus casas, famílias y trabajo. La tripulación es un ejemplo único de unidad en medio de diversidad cultural. Algunos vienen con cualificaciones para tomar roles específicos como oficiales de ingeniería, plomeros, carpinteros, bibliotecarios, cocineros entre otros. Muchos jóvenes vienen sin experiencia, pero con un deseo de servir. Aunque tienen trasfondos distintos, la tripulación tiene un mismo propósito: servir a las personas a través de proyectos de servicio social y buena literatura.

MV Logos Hope es operado por GBA Ships, una organización de transfondos cristianos sin ánimo de lucro internacional. Desde 1970, la organización le ha dado la bienvenida a más de 46 millones de visitantes por sus gradas en más de 160 países y territorios alrededor del mundo.

El barco Logos Hope estará abierto al público en el Muelle Arturo Prat, del 7 al 13 de marzo de 2019. Horario de atención: Jueves 7, 14hr-19hr, 8 y 9 de febrero 10hr-19hr, Domingo 10, 14hr-19hr, Martes 12 10hr-19hr, Miércoles 13 10hr-20hr. Lunes: Cerrado. Precio de entrada: $1000 CLP. Niños menores de 12 años y adultos mayores de 65 entran gratis. Los niños deben estar acompañados por un adulto.

Para más información, visite www.facebook.com/logoshopepuntaarenas/