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23 de enero de 1919: el movimiento obrero en Última Esperanza – Jorge Díaz Bustamante – Opinión

23 de enero de 1919:                          el movimiento obrero en Última Esperanza – Jorge Díaz Bustamante – Opinión

Hace muy poco se conmemoró el centenario del 23 de enero de 1919. Durante todo este proceso se conformó la Agrupación Cultural Mártires 23 de Enero de 1919. Que programó una serie de actividades a objeto de dar realce y rememorar una fecha que, como ya dijimos, se encuentra en el código genético de los natalinos. Crecimos oyendo de primera mano, relatos que nos parecían sacados de una novela de aventuras; un pueblo que se alza en defensa de sus legítimos derechos en contra del gran capital, representados por la poderosa Sociedad Explotadora Tierra del Fuego.

Hay que recordar que en el remate de las tierras fiscales en 1905, esta Sociedad,  se hizo propietaria de gran parte del territorio de Magallanes. En la mencionada operación, adquirió los terrenos ubicados en Última Esperanza, con un total de 330.540.25 hectáreas. En sucesivas operaciones comerciales posteriores; 1906, 1910, 1914. Logrará obtener un total de 410.662.45 hectáreas. En términos vulgares podríamos decir que Puerto Natales limitaba en sus cuatro puntos cardinales con la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego.

Las condiciones laborales eran muy precarias para el obrero. Gregorio  Iriarte, en su libro “La organización obrera en Magallanes” (1915) lo describe así: “Los comedores son, como los de todas las estancias, de forma cuadrangular con dos hileras de mesas; estas hechas de cuatro tablas mal unidas, la superficie cubierta de una gruesa capa de mugre; en los ángulos cajones tan sucios como las mesas, destinados a soportar los cacharros del té; el servicio de mesa es de lata estampada y los platos apenas pueden contener algunas cucharadas de sopa, los jarros para el té son también de lata, pero en tan escaso número, al menos cuando nosotros visitamos la estancia, que la mayor parte de los trabajadores se servían de tarros vacíos de leche o duraznos, como tazas”.

Con salarios exiguos, falta de higiene en las habitaciones, jornadas laborales extensas, unidos al mal trato y prepotencia efectuado por capataces y patrones. Surge el movimiento obrero que no sólo va a luchar por el bienestar económico y social de sus asociados sino que por “el derecho de vivir como jentes”.

El 11 de junio de 1911, en la ciudad de Punta Arenas y en el local de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, se conformó la Federación Obrera de Magallanes. “los más entusiastas fueron los obreros de las Estancias San Gregorio, Meric y Puerto Bories” En esta última estaban asignados como dirigentes y organizadores de la asociación los señores Alfredo Rivera y Primitivo Osorio.

En 1915, el gobernador de Magallanes Fernando Edwards, que se encontraba de visita en Puerto Bories, en forma arbitraria envió a detener a Daniel Neira y Juan Vargas, los que fueron llevados al torpedero “Tomé” y luego a dos dirigentes obreros los señores José 2° Castro y Carlos Gil, dándose inicio a la primera gran huelga obrera en U.E. Los obreros dando muestras de unidad se retiran en masa de las dependencias de frigorífico, con la idea de abandonar el país. Mostraban así su fortaleza como organización disciplinada. Los dirigentes de la FOM serían trasladados a Punta Arenas, Luis Arcos conscripto, que había recibido la orden de custodiarlos, decidió pegarse un tiro antes de acatar la orden que a todo juicio carecía de lógica. Convirtiéndose así,  en el primer mártir del movimiento obrero en Última Esperanza.

En septiembre del año 1917 se produce la detención, en Cerro Castillo,  del joven obrero Pedro Alvarado, es golpeado sin misericordia, a sablazos y patadas, sufre una larga agonía y fallece producto de las heridas infringidas por la fuerza policial. Sus exequias se realizaron en la ciudad de Punta Arenas y en un acto multitudinario se repudió el accionar de estos agentes. Se denunció los numerosos atropellos que cometían los carabineros en contra del obrero del campo. El diario “El Socialista” del 4 de octubre señala de manera profética; ”Todos manifestaron el deseo de ver terminados todos los abusos y que todos los funcionarios fueran celosos respetadores del derecho y de la ley, pues si  no lo hacen despertarán en el pueblo la necesidad de hacerse justicia por si mismo”

En Puerto Bories el 23 de enero de 1919 se produce el enfrentamiento entre fuerzas policiales y obreros a raíz de una huelga laboral. Carlos Viveros muere de un tiro proporcionado por el administrador del establecimiento Mr. Dick. Que huye al interior del frigorífico, siendo protegido a tiros por las fuerzas policiales. En el intertanto los obreros se dan cuenta que uno de los que huye hacia la comisaría es precisamente uno de los torturadores del obrero Alvarado; Juan de Dios Cid Salvo. Los obreros le dan alcance y ejecutan su trágica venganza. Cid fallecería más tarde a consecuencia de las heridas propinadas por los obreros.

Esto sería el inicio de un trágico sino. El movimiento obrero será cruelmente reprimido, por las fuerzas policiales y el ejército, en los hechos sucedidos tanto en Puerto Natales 1919; Punta Arenas 1920 en la masacre de la Federación Obrera, y los masivos fusilamientos en la Patagonia Argentina en 1921, a manos del Ejercito Argentino.

En 1970, un grupo de jóvenes entre los que se encontraban; Augusto Alvarado, Antonio González, Baldovino Gómez y Alejandro Ferrer promovieron la creación de la plaza 23 de enero, en homenaje a los obreros mártires. Allí se instaló un monolito que fue destruido después del golpe militar en 1973. Asimismo con el objeto de borrar la memoria de un pueblo se cambiaron, por Ordenanza Municipal N° 118, el nombre de calles de nuestra ciudad que recordaban al movimiento obrero, las que señalamos a continuación; Carlos Viveros por Víctor Larenas; María Vásquez por Juan Mc Lean; Miguel Ángel León por Ricardo Kruger; 23 de Enero por Fresia.

Muchos años más tarde, con el regreso de la democracia, los dirigentes de la CUT, ANEF y FENATS de Puerto Natales colocaron en su agenda un homenaje en el cementerio Padre Alberto Hurtado en la tumba general de los mártires del 23 de enero de 1919. Allí todos los años, hablamos de aproximadamente dos décadas, se dejó una ofrenda floral y discursos conmemorativos con participación de antiguos vecinos o gente que se unía de manera espontánea a estas actividades.

En el año 2010, por gestiones realizadas por dirigentes políticos y culturales se recuperó a la memoria colectiva la plaza 23 de enero. Presentaba una placa de bronce, con una leyenda, que emulaba a la que se encuentra en la tumba colectiva del cementerio local. Al conmemorarse el centenario de estos hechos nos acercamos a la plaza para realzar la memoria de los obreros, nos encontramos que el lugar presentaba un muro en su obra gruesa. No estaba terminado, desde allí nos dirigimos al cementerio para finalizar con nuestro reconocimiento.

Hoy día sabemos que el muro se encuentra terminado y para sorpresa e indignación general, contiene además un homenaje a  quienes son los victimarios de los obreros. En tiempos de una provocada amnesia general estamos quienes resistimos. Quienes creemos firmemente en nuestro patrimonio cultural. Ese que se generó en la casa humilde del obrero patagónico, que cultivó la solidaridad, la fraternidad que creyó en un colectivo humano y que quemó sus sueños en la persecución de la libertad, luchando por un mundo mejor, que sea la casa de todos “y por el derecho de vivir como jentes”.

Por respeto a la dignidad humana es que, quienes sean responsables de este equívoco, deben corregirlo. La memoria de nuestros obreros de Última Esperanza, así lo demanda.

JORGE DIAZ BUSTAMANTE

PUERTO NATALES, MARZO 2019