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Los problemas de salud mental que necesitamos reconocer y abordar

Los problemas de salud mental que necesitamos reconocer y abordar

En nuestro país se requiere saber más sobre la salud mental y las distintas enfermedades psiquiátricas que aquejan a nuestra población. Urge desmitificarlas y sacarlas a la luz, para que todos podamos empatizar, generar conciencia al respecto y velar y exigir su prevención, detección temprana y el alcance público de sus tratamientos.

¿Cuál es la verdadera realidad de la situación de salud mental de los habitantes de la región de Magallanes?  ¿Cómo nos impacta como personas a los magallánicos el aislamiento geográfico, las escasas horas de luz en el invierno, el clima riguroso durante casi todo el año?

¿Las personas residentes en Magallanes se deprimen más que los habitantes de otras regiones? ¿Cuál es la prevalencia de las depresiones entre los magallánicos?

Sabemos que los trastornos neuropsiquiátricos son responsables de un 23% de la carga de enfermedad en el país.

Es una realidad que alrededor de un 80% de chilenos con enfermedades psiquiátricas no está diagnosticado.

Sabemos que la cesantía es 7 veces mayor entre personas con trastornos mentales severos que entre personas sin trastornos mentales; y que el 75% de los empleadores señalan tener dificultades para contratar a personas con enfermedades mentales, aunque se estén tratando debidamente.

Es un dato preocupante que Chile cuenta con la segunda mayor tasa de aumento de suicidio de los países de la OCDE, después de Corea del Sur, duplicando al resto.-

Los números tienen que preocuparnos.  Las licencias médicas por enfermedad mental ocupan, desde el año 2008, el primer lugar entre las causas de licencia médica. De acuerdo a información de FONASA, las licencias por salud mental dan cuenta del 27% de los días totales de licencias autorizados y del 30% del gasto total de las licencias médicas.

Los pacientes por problemas de salud mental deben ser tratados adecuadamente, pues sus enfermedades pueden traducirse en homicidios, suicidios, accidentes automovilísticos, embarazos adolescentes, consumos de substancias, VIH/Sida, abuso infantil, abuso a mujeres y otros tipos de violencia.

A pesar de todo lo anterior, sólo un 20% de las personas afectadas por enfermedades de carácter mental en Chile tienen hoy acceso a un tratamiento médico. Y eso que Chile ya cuenta con cuatro patologías neuropsiquiátricas cubiertas actualmente por el AUGE/GES: depresión (para mayores de 15 años), trastorno bipolar (para mayores de 15 años), esquizofrenia y consumo perjudicial o dependencia de drogas y alcohol.

Debemos asumire que las listas de espera son eternas y hay muy pocos profesionales de la salud en el sistema de salud público en comparación a la cantidad de pacientes: el promedio de la OCDE es de 16 psiquiatras por cada 100.000 habitantes y el de Chile es de 5. Es decir, 3 veces menor y además estos profesionales se concentran en la zona central del país y en el sector privado.

También nos falta educación al respecto. La población mantiene una percepción de que los tratamientos psiquiátricos no son tan efectivos o creen que el problema lo resolverán ellos mismos, entonces intentan manejarlo sin ayuda externa.

Hay  además barreras directas que entorpecen los tratamientos: problemas financieros, insuficiente disponibilidad de servicios, miedo al diagnóstico, falta de conocimiento de las enfermedades mentales y el estigma asociado a ellas.

A esto se suma que el gasto público en las patologías mentales se sitúa en torno al 2,1% del presupuesto total que maneja el área de salud (un 7,8% del PIB Nacional). El promedio de los países de la OCDE, triplica esa cifra. En el caso de Uruguay, por ejemplo, llega al 9% y de Canadá al 12%.

Según el Minsal, esto reduce la cobertura y obliga a desarrollar tareas principalmente curativas, mientras genera gastos de bolsillo a las personas, aumenta la automedicación de psicofármacos y sobrecarga a los equipos de salud primaria y especializada, entre otras consecuencias.

Mauricio Gómez, jefe del Departamento de Salud Mental del Minsal, sostuvo que para que un tratamiento sea efectivo, debe tratarse al paciente de forma integral, es decir con psicólogos y terapia, no sólo con fármacos. Y para esto es fundamental que se dispongan más recursos para la salud mental.

El Ministerio de Salud presentó un Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025, el que espera impulsar una Ley de Salud Mental e implementar mejoras y soluciones urgentes en el área de salud mental, instando a otras carteras y organismos privados a ser partícipes activos en este tema.

Con este plan, que tiene como lema «no hay salud sin salud mental», se busca además alcanzar mayor equidad y terminar con la discriminación, exclusión y estigmatización del enfermo mental.

Con este esfuerzo, Chile adhiere al Plan de Acción para la Salud Mental de la OMS, que incluye 10 recomendaciones para reducir las deficiencias en el tratamiento de la enfermedad mental, entre ellas, hacer más accesibles los tratamientos a través de la atención primaria, educar a la población, mejorar el entrenamiento profesional y la investigación e incrementar lazos con otros sectores gubernamentales y no gubernamentales.

El objetivo principal del Plan Nacional es «contribuir a mejorar la salud mental de las personas, mediante estrategias sectoriales e intersectoriales, para la promoción de la salud mental, prevención de los trastornos mentales, atención garantizada de salud mental e inclusión social, en el marco del modelo de salud integral con enfoque familiar y comunitario».

La idea es no solo centrarse en la atención y el tratamiento, sino en la promoción, prevención y rehabilitación de las enfermedades mentales. Para eso, se definieron 7 líneas de acción: regulación y DDHH; provisión de servicios; financiamiento; gestión de calidad, sistemas de información e investigación; recursos humanos y formación; participación; e intersectorialidad. Cada una de estas líneas tiene objetivos estratégicos definidos por áreas y metas específicas a cumplir entre este año y el 2025.