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“Cuando  Puerto Natales tenga Zona Franca”, Por Ramón Arriagada

“Cuando  Puerto Natales tenga Zona Franca”, Por Ramón Arriagada

Las cifras indican que Puerto Natales gradualmente va generando su autosuficiencia en lo comercial. Lo digo, desde el punto de vista, que en la actividad ha ido aumentando la masa de dinero circulante;  a la vez que hemos terminado con  el círculo vicioso de dependencia de la República Argentina. La cantidad de mano obra chilena empleada en los yacimientos carboníferos argentinos de Río Turbio y que tenían a Natales como ciudad dormitorio es prácticamente nula. Antecedente no menor en nuestro desarrollo.

Por muchos años fuimos un apéndice económico del país vecino.  Lo menos que podríamos hacer es reconocer históricamente la presencia  chilena en Ultima Esperanza – fue posible entre 1950 y 1978-  gracias al empleo otorgado por ellos a nuestros compatriotas. Claro, que Chile era por entonces un país pobre y subdesarrollado, donde las pocas riquezas del país centralizado,  no chorreaban para llegar a las regiones extremas. Eran los años en que hasta los niños  sabían del valor diario de la moneda argentina.

Todos estamos conscientes  que nuestra estabilidad económica y de empleo, ha sido producto fundamentalmente de  los recursos que nos entregan,  quienes nos visitan para contemplar nuestras riquezas  paisajísticas. Una vez más, en Puerto Natales,  se ratifica la evolución de las llamadas “ociourbes”, preparadas para que los viajeros  satisfagan sus necesidades de conocer  territorios, usos y costumbres.

El comercio natalino sin darse cuenta ha ido evolucionando para responder a esta nueva realidad. Alejado de los ciclos tortuosos provocados por las fluctuaciones del peso argentino, se ha orientado a enfrentar los nuevos escenarios que el turismo ha impuesto.  Resolver la  gran limitante para su crecimiento, podría ser la tarea y reivindicación para los próximos petitorios a la autoridades. Ahora, que se está plateando una revisión de la leyes de excepción, pudiera  establecerse definitivamente,  una igualdad de trato y acercar al comercio natalino,  a las garantías tributarias de los comerciantes que gozan  los beneficios de la zona franca amurallada de Punta Arenas.

 No es una petición ni pretensión nueva. Incluso hasta hace poco estaba aún en nuestro afán reivindicativo al sentirnos en desigualdad en el trato con respecto a las otras provincias (Tierra del Fuego y Magallanes) que tenían leyes de tributación territoriales que las favorecían:  Ley Navarino y Zona Franca.

Por enésima vez, habrá que erigir la pregunta sin respuesta aún:  ¿ Por qué  comerciantes de Zona Franca, establecidos en Puerto Natales, pueden vender por encargo a precios de Zona Franca?. Es decir, sin iva,  y con entrega a domicilio. Sistema que ayuda a la economía familiar, pero intrinsicamente injusto para nuestro comercio establecido.

  Las dificultades se ven reflejadas, también en el sistema de compras  públicas, el conocido Chile Compra. En las licitaciones un comerciante del interior de  Zona Franca, se ofrece como proveedor de mercadería,   exenta del 19 por ciento de Iva.  El funcionario de un servicio público- mandatado para ello – prefiere comprar con dicha oferta  y posibilitar un ahorro para su servicio y para el erario nacional. Con esta mentalidad, difícil es ganar propuestas, para un pequeño y mediano comerciante.

Las estadísticas de Chile Compra, para el primer trimestre de este año, indican que en Magallanes el 43 por ciento de las ventas en el sistema la han realizado  las grandes empresas.  Santiago en este negocio se lleva la mitad de la torta en compras de todo el país. La pequeña y mediana empresa en la Región  tiene una participación de un 56 por ciento en las ventas. En tanto en regiones como el Maule dicho porcentaje llega al 78 por ciento.

Por el momento,  es lo último que nos queda por resolver, lo demás sería un lujo.