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Tras 25 días culmina expedición científica marítima por la península Antártica

Tras 25 días culmina expedición científica marítima por la península Antártica

Luego de navegar a bordo del buque AP-41 “Aquiles” de la Armada de Chile, por poco mas de veinticinco días y poder efectuar el trabajo en terreno en lugares tan prístinos como bahía Decepción, entre otros, retornaron al continente desde la Antártica los investigadores que formaron parte de la Expedición Científica Antártica (ECA 53) organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH) en su etapa marítima, la cual contó además con la presencia de integrantes de la Tercera Expedición Antártica Conjunta Chile-China.

El subdirector nacional del INACH, Dr. Edgardo Vega, agregó que “esta expedición es la número LIII que efectúa el instituto antártico y es la más grande excursión científica antártica que haya realizado Chile en su historia, además de su envergadura en cantidad de investigadores, así como las plataformas disponibles en el Continente Blanco. Mediante el buque de transporte “Aquiles”, se desplegó toda la logística en la zona norte de la península Antártica, para que los profesionales de la ciencia puedan efectuar sin ningún problema sus muestreos y todo su trabajo en terreno para esta ECA”.

Durante esta etapa de la ECA marítima 53, los científicos que se encontraban a bordo del navío pudieron llegar hasta: bahía Fildes (base “Profesor Julio Escudero”, villa Las Estrellas), bahía Almirantazgo (base Copacabana, Arctowski, Machu Pichu), Isla Greenwich ( base Maldonado, base Arturo Prat), rada Covadonga (base O’Higgins), isla Doumer (base Yelcho), isla Decepción, isla Livingstone (punta Hannah, cabo Shirreff, península Bayers) y Risopatron.

En busca de compuestos microbianos

“Búsqueda y caracterización de compuestos antimicrobianos y determinantes de resistencia a antibióticos presentes en bacterias del suelo antártico”, ese es el nombre del proyecto del Dr. Andrés Macoleta, quien además es ingeniero en biotecnología molecular de la Universidad de Chile. Su proyecto financiado por INACH, le permitió al investigador visitar distintos sectores de la península Antártica, en busca de muestras que le permitan efectuar su trabajo.

“Básicamente tratamos de aislar las bacterias del suelo, por lo que en cada sitio que fuimos muestreamos dos lugares distintos, sitios que se encuentren lo más cercano a asentamientos humanos (intervenidos) y lugares que se encuentren lo más prístinos posibles. Una parte de este proyecto tiene que ver con aislar nuevos antibióticos, ya que hoy en día estamos en una crisis de los antibióticos. Los que hemos desarrollado a lo largo de estos últimos años, ya no son efectivos, porque las bacterias aprenden a sobrevivir a esos antibióticos y se traspasan información genética que les permite resistir”, añade el Dr. Marcoleta.

Además, el investigador de la U. De Chile, apuntó que se sabe por distintos estudios, que la mayor abundancia de microorganismos que producen los antibióticos y que son los que ellos andan buscando, se encuentran en las primeras capas de tierra (los primeros 30 centímetros de tierra aprox.)

“Lo primero que haremos cuando lleguemos a Santiago, es que a partir de este suelo muestreado, mezclarlo con ciertos medios de cultivos que contienen nutrientes necesarios para que los microorganismos crezcan y así poder recuperar otros organismos también. La idea es poder replicar en los laboratorios los microorganismos que se encontraban viviendo naturalmente en Antártica”, apuntó Marcoleta.

Xenobióticos en las islas Shetland del Sur

Para poder efectuar una línea base de la presencia antrópica y de cómo esta influye en los contaminantes, además de medir los niveles ambientales de xenobióticos, se trasladó hasta las islas Shetland del Sur el grupo liderado por la Dra. en ciencias ambientales de la Universidad de Concepción (Udec), Mónica Montory, junto a su proyecto “Niveles ambientales de xenobióticos presentes en islas Shetland del Sur, Antártica”.

La bioquímica de la Udec, comentó que “muestreamos donde existe una mayor cantidad de personas e impacto humano, además de otro sitio donde la cantidad de impacto sea mucho menor, para luego de esto efectuar la línea base que nos permita establecer parámetros”.

La Dra. Montory, señaló que la idea básica fue extraer muestras solo desde matrices abióticas, entonces nos enfocamos principalmente en el agua, suelo, nieve y líquenes, donde se sabe que estos últimos son muy buenos bioindicadores de hidrocarburos aromáticos.

“En la Antártica y la naturaleza en general, nada queda al azar. Todo lo que observamos tiene un porqué, como por ejemplo el Continente Blanco nos sirve para la regulación de la temperatura, y contamos con una mayor cantidad de agua. Nuestro ecosistema es muy frágil y sabemos que nuestra presencia está afectando día a día a la Antártica, no obstante los efectos no son inmediatos, sino que los veremos en un tiempo más”, explicó Montory.

La investigadora, declaró además, que existen estudios internacionales similares a los que están llevando a cabo, pero en Chile, no existe ninguno que tenga esta información. Señalar que han muestreado aguas residuales desde las bases científicas antárticas y sus contaminantes. Cabe señalar que se analizaran muestras tanto en España como en la Universidad de Concepción.

En busca de los compuestos azufrados

 “El Rol de los compuestos volátiles de azufre emitidos por bacterias antárticas en la biosíntesis de quantum dot”, ese es el nombre del proyecto de la biotecnóloga de la Universidad de la Frontera, Carla Gallardo.

La idea principal de la investigadora en esta etapa recorriendo la península Antártica, fue muestrear suelo, sedimento, hielo, nieve. “Mi trabajo de terreno acá en la Antártica, fue buscar bacterias que emitan la mayor cantidad de compuestos volátiles azufrados, como lo fue isla Decepción, que es un lugar de muchos cráteres. Luego de esta extracción de muestras se efectuará una selección de las bacterias que liberen una mayor cantidad de compuestos de azufre. Hay que resaltar la gran importancia de los compuestos azufrados para la formación de nanopartículas”.

Clasificando parásitos con código de barras genético

La Dra. en ciencias biológicas de la Universidad Austral de Chile, Leyla Cárdenas, llegó hasta el Continente Blanco durante esta campaña marítima de la ECA 53 para trabajar en el proyecto “código de barras genético como herramienta para describir la biodiversidad de parásitos en invertebrados marinos”

“Tenemos como gran objetivo realizar un código de barras para poder identificar parásitos de invertebrados marinos. Debemos poder lograr contar con un set de genes que nos permite obtener la información necesaria. La información que existe en la Antártica sobre parásitos en invertebrados, es prácticamente nula. Creemos que la biodiversidad debe estar almacenada y es por esta razón que buscamos invertebrados marinos, ya que se comportan como hospedadores intermediarios de parásitos relacionados con aves, ballenas y peces”, dice la Dra. Cárdenas.

La investigadora, apunta que los parásitos son organismos que viven sobre o adentro de otros y que este proyecto trabaja con parásitos al interior de otros. “Nosotros cuando estábamos trabajando en terreno, no estamos viendo los parásitos, sólo estamos observando a su hospedador (gasterópodos, bivalvos) , sin saber si está infectado o no, ese resultado se sabrá hasta que se efectúe el análisis final en laboratorio. Se recolectan un número alto (200 individuos por especie) de hospedadores, que nos asegure tener una cantidad mínima de parásitos para ser trabajados. Señalar que la investigadora permaneció con su grupo de trabajo alrededor de 10 días en base O’Higgins y otros 15 días en base “Yelcho” del INACH.

El comandante del AP-41 “Aquiles”, el Capitán de Fragata, Edgardo Acevedo, resaltó que se pudieron completar todos los objetivos trazados inicialmente. Además comentó que se pudieron sortear de muy buena forma algunas inclemencias del tiempo, que son muy usuales en la Antártica.

Subrayar que la coordinadora científica de esta etapa a bordo del “Aquiles”, fue la bióloga marina y experta en criósfera del INACH, Pamela Santibáñez, quien estuvo presente en cada momento, para que las prospecciones pudiesen llegan a buen término. La profesional señala que se pasó por distintos sectores de la península Antártica, así como de las islas Shetland del Sur y en total el transporte naval movilizó a 24 grupos de investigación, cumpliéndose todo el plan de trabajo inicial. Los científicos fueron trasladados hasta distintos campamentos, bases o puntos de interés científico en el territorio antártico.