El volcan Reclus un vecino desconocido y misterioso – Ramón Arriagada
Algún día, desearía ver aparecer un texto, donde el tema central sea el Campo de Hielo Patagónico Sur. Espero sea de esos libros que ilustren al ciudadano común, sobre los esfuerzos del hombre por conocer esta parte de nuestro territorio nacional, escasamente reivindicada. Me duele recomendar a quienes les interesa el tema, viajen a El Calafate (Argentina) y en el “Glaciarium” que ellos han levantado, vean una exposición prolija y permanente sobre el tema de los campos de hielos.
Uno de los aspectos desconocidos por muchos, es aquel referido a la existencia de tres volcanes, en diferentes puntos de dicha masa de hielo. Los volcanes “Aguilera”, “Lautaro” y “Reclus” forman parte del temido cinturón de fuego austral, a los cuales se debe sumar el majestuoso “Burney” también el “Isla Cook”, integrantes de la poco estudiada Zona Volcánica Austral.
El “Lautaro” es visitado en los meses de verano por avezados excursionistas que contratan caminatas, en la localidad argentina de El Chaltén, para explorar el “plateau” del Campo de Hielo. Respecto del “Burney” es una montaña hermosa que en días despejados nos mira desde su relativa cercanía, siendo muy pocos los natalinos, dispuestos a impresionarse por su majestuosidad. Pero el “Reclus” es un volcán mítico, del cual se sabe muy poco, incluso dentro del mundo científico. En cualquier momento, de acuerdo al comportamiento observado de estas bocas que nos conducen al centro de la tierra, podría dar que hablar. Está ubicado a escasos 25 kilómetros de la Sede Administrativa del Parque Nacional Torres del Paine y 123 kilómetros en línea recta, al norweste de Puerto Natales.
Nuestro premio Nacional de Historia, Mateo Martinic, en una completa recopilación de la actividad volcánica en la Patagonia, hace mención a la explosión de un volcán presenciada por los tripulantes en el año 1879 de la goleta HMS “Afert”, frente a la bahía en la altura, en pleno Campo de Hielo, en un caladero muy visitado por nuestros pescadores artesanales en el Ventisquero “Amelia”. Los navegantes, señalaron como origen de las erupciones equivocadamente, a una conformación montañosa de una belleza extraordinaria, llamada hasta hoy “Mano del Diablo”, más conocido por “Cerro Muela”.
Los viajeros impresionados por la luminosidad y fuerza de la eclosión desde los hielos eternos, se apresuraron a bautizarlo como “ Reclus”, en honor al geógrafo francés Eliseo Reclus, conocido ya, en territorio europeo, por la publicación de tres obras monumentales: “La Terre”, “La Nouvelle Geographie” y “L´Homme et la Terre”. Posteriormente una expedición de geólogos suecos que visitaron el territorio entre 1907 y 1909, al recorrer la morrena del ventisquero “Amelia”, descubrieron una gran cantidad de vestigios de la actividad del “Reclus”.
Hace unos días, en la Feria del Libro, en el sector Plaza de Armas en Santiago, tuve una grata sorpresa al encontrarme con el libro “Eliseo Reclus”, geógrafo anarquista”, editado por una editorial dedicada a divulgación de cuestiones relacionadas con los movimientos ácratas. De hecho el primer capítulo se iniciaba con la máxima del movimiento, “La anarquía es la máxima expresión del orden”.
Independiente de los fines ideológicos, me encontré con una muy buena y documentada referencia de los hermanos Reclus, personajes de la élite en la academia francesa de mediados del siglo XIX. Relato conmovedor, donde destaca Eliseo Reclus, que por su compromiso político huyó a Suiza junto a sus hermanos. Solidarios desde la cátedra con la Comuna de Paris (1871). Posteriormente , Eliseo, viajó por la naciente Norteamérica y luego hacia América del Sur, llegando sólo hasta Colombia.
Apasionante personaje, cuyo nombre lleva nuestro cercano y desconocido volcán en medio de los hielos eternos. Fue el primero en formular la geografía histórica, de la cual devino la geografía social, para llegar a la formulación en nuestros días de la Ecología como ciencia.