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“Dueño de lo que calla, esclavo de lo que dice” – Javier Muñoz – Opinión

“Dueño de lo que calla, esclavo de lo que dice” – Javier Muñoz – Opinión

Estamos rodeados de “incontinencia verbal”, esta debería ser considerada una enfermedad invalidante.

Durante las últimas semanas, en el marco de las movilizaciones feministas universitarias, hemos visto declaraciones de autoridades fundadas en el desconocimiento, en especial las del Ministro de Educación.

La vulneración de personas, bajo el manto de impunidad de los espacios universitarios, es responsabilidad toda la comunidad universitaria, no sólo de los victimarios, pero en especial de sus autoridades, que son elegidas (o designadas) para dirigir y evitar estas situaciones.

Que las y los estudiantes sean mayores de edad no quiere decir que la creación de espacios seguros sea una responsabilidad de ellos, sino de quienes tienen la autoridad, partiendo por el Rector, y debo decir, las declaraciones publicadas por la máxima autoridad de la UMAG en “El Pingüino” el día 30 de julio, denotan irresponsabilidad e indolencia.

Es de público conocimiento que el acoso en Chile no es un delito, pero también es sabido el trabajo y lucha de muchas y muchos para que estas agresiones se tipifique como tal, para evitar más víctimas de una cultura machista.

A razón de otra de sus declaraciones, cuando habla de no castigar dos veces a personas que han sido ya condenadas, no es menos cierto que las sanciones penales y civiles si son castigos, y que cada persona tiene derecho a rehabilitar sus conductas, pero la base para que esto pueda existir, es la verdad y el arrepentimiento, no la impunidad, que sólo pone en riesgo a todos y todas.

No es justificación, hablar que “ninguna universidad estaba preparada para lo que está ocurriendo”. Era su deber poner celeridad a estas situaciones, tener protocolos, como existen en los establecimientos de educación básica y media, ¿Qué quiero decir con esto? Al existir experiencia sobre el acoso y el abuso, sólo había que trabajar, y no esperar que esto explotara en la cara con una toma del campus.

La humildad de reconocer los errores sólo sirve si se hace algo al respecto, lo mismo que pasa en la Iglesia, no basta con pedir perdón, la transformación de las conductas son la clave para evitar repetir el ciclo de la violencia y el abuso.

En ocasiones anteriores, se ha luchado por el derecho a la educación, por su calidad y su acceso universal por la gratuidad. Hoy las compañeras luchan por la dignidad y la seguridad de sus cuerpos.

Destruyamos la cultura del abuso, partiendo con evitar culpar a las estudiantes por este proceso de paralización, evitemos negociar para salir de la crisis, para en lugar de eso, acoger el clamor de las víctimas, y poner todo el empeño para que esto no vuelva a ocurrir jamás.

 

Javier Muñoz Vidal

Ex Consejero de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Universidad de Magallanes, año 2013.