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Certifican a vecinos de Río Verde en eficiencia energética y responsabilidad ambiental

Certifican a vecinos de Río Verde en eficiencia energética y responsabilidad ambiental

Cambiaron hábitos de consumo, modificaron su discurso y hoy se sienten ciudadanos más comprometidos con el cuidado del planeta 

A 100 kilómetros al noreste de Punta Arenas, justo donde chocan los mares de Otway y Skyring, un puñado de vecinos de la Villa Ponsomby, en la comuna de Río Verde, asumió el desafío de ahorrar energía, una tarea aún más difícil considerando que tienen subvención municipal del 100% en el consumo eléctrico.

Pese a las dificultades lograron bajar su gasto energético en más de un 15%.  En el desafío siempre estuvieron acompañados por monitores del programa de Eco Alfabetización Energética Comunitaria, una iniciativa financiada por el Gobierno regional de Magallanes y liderada por el Ministerio de Energía y la Agencia de Eficiencia Energética. En tanto es ejecutada por el Instituto de Ecología Política.

En cada hogar se instalaron pequeños aparatos digitales que midieron el gasto energético específico.  Se trata de contadores digitales que poseen varios sensores que informan sobre la energía consumida, y su potencia utilizada en tiempo real.  También datos históricos de consumo y el promedio diario, semanal y mensual.

Con esos datos, y después de casi tres meses, los participantes cambiaron sus hábitos de consumo, modificaron el discurso y hoy se sienten ciudadanos más comprometidos con el cuidado del planeta. La iniciativa superó todas las expectativas y los propios asistentes se pusieron nota siete.

“En las capacitaciones fuimos midiendo todo el consumo de varios días y quedamos sorprendidos, hoy como familia optamos, entre todos, por apagar las luces. Creo que tuvimos un cambio de cultura con el uso de la energía”, explicó la vecina, Stephany Álvarez.

Una historia que hizo eco en el pequeño poblado que no tiene más de mil habitantes según el censo de 2017, pero que está inserto en un espacio natural y prístino.

“Estamos súper agradecidos por la iniciativa, por considerarnos pese a la distancia. Fue una experiencia positiva, de mucho aprendizaje.  Teníamos el hábito de dejar todo encendido y eso lo hemos ido cambiando.  Si usted mira, ya no tenemos cargadores conectados, ni es necesario tener la casa iluminada o que el calentador eléctrico funcione sin que haya gente.  Eso lo logramos gracias a las metas que nosotros nos propusimos”, explicó José Rivera Ojeda, vecino del sector.

Para Antonio Gómez Calderón, paramédico del consultorio de Río Verde, el programa va más allá del ahorro energético, tiene que ver con la postura que se asume para cuidar el planeta.  “Me sirvió para aprender a cuidar el ambiente, saber utilizar los artefactos electrónicos y tomar conciencia de que cada uno es responsable de cuidar el planeta, y no sumar más grados al efecto invernadero”, dijo Gómez.

Una tarea que hay que hacer entre todos y a la que hay que sumar cada día más gente señaló emocionada tras certificarse, la vecina Sabina Ballesteros. “Estábamos bien re ácidos en recibir el programa, pero de a poco lo entendimos y fuimos aprendiendo lo de la eficiencia.  Hemos ido cambiando hábitos, guardamos agua en el termo después que hierve, no la dejamos corriendo al lavarnos los dientes…  Hay pequeñas cosas que hacen una gran diferencia.  Asumí yo misma el quehacer, la práctica me he sensibilizado. Me siento comprometida a conservar el ambiente y cuidar los recursos”, precisó Ballesteros.

Para Daniela Zamorano, coordinadora del programa de Eco Alfabetización Energética, el desafío de ahorrar y cuidar las energías en poblados con consumos 100% subvencionados es más difícil y requiere de un compromiso mayor.  “Ya no basta el argumento del ahorro económico familiar, se requiere mayor conciencia del cuidado del planeta y entender que los recursos no son para siempre, se agotan. Por eso, nos tiene feliz la participación y las ganas de los vecinos inscritos en el programa en todas las localidades que lo hemos implementado”, expresó.

El programa se desarrolla solo en la región de Magallanes, en las localidades de Villa Tehuelche, Seno Obstrucción, Río Verde y San Gregorio.  Y en el futuro se trabajará también con familias de Punta Arenas. El objetivo es educar, en una primera etapa, al menos a 1555 familias de la zona más austral de Chile.