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Investigador del INACH estudió formas de alimentación de pingüinos y petreles en isla Nelson

Investigador del INACH estudió formas de alimentación de pingüinos y petreles en isla Nelson

Tras permanecer 82 días en campamento junto a otros dos científicos en punta Armonía, el experto entregó detalles del trabajo colaborativo que hizo con el fin de indagar en el comportamiento de estas aves al momento de alimentarse.

Imagen: Edson Vandeira

Punta Arenas, 1 de marzo de 2019.- En el marco de la LV Expedición Científica Antártica (ECA 55), organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), el Dr. Lucas Krüger recolectó datos que permitirán caracterizar el comportamiento que tienen dos especies de pingüinos (barbijo y papúa) y los petreles gigantes australes al momento de alimentarse.

El Dr. Krüger, especialista en ecología de aves marinas del Departamento Científico del INACH, integró un equipo de trabajo conformado por el Dr. Chris Oosthuizen, investigador de postdoctorado del Marion Island Marine Mammal Programme, de la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica; y el técnico en terreno francés William Jouanneau, del Instituto Polar Noruego (IPN). La actividad es parte de una iniciativa colaborativa entre el IPN y el INACH que desarrolló trabajo de campo por parte de otros dos equipos en isla Kopaitic, en las cercanías de la base O’Higgins, y en la isla Decepción.

Imagen: William Jouanneau

El objetivo fue fijar dispositivos de geolocalización satelital (GPS) en las poblaciones de dos especies de pingüinos: Pygoscelis papua (comúnmente conocido como pingüino papúa) y Pygoscelis antarcticus (pingüinos barbijo), que estaban en diferentes etapas del período reproductivo, desde el período de incubación de los huevos hasta el período de crianza de los pichones, todo ello en los alrededores de la punta Armonía (62° 19’ 00” S, 59° 15’ 00” O), en la isla Nelson (archipiélago Shetland del Sur).

Esta zona es particularmente llamativa puesto que se encuentra descubierta de hielo y tiene una de las colonias de pingüinos barbijo más grandes del archipiélago Shetland del Sur, con una población estimada de 90.000 parejas. En total, sumaron más de un centenar los ejemplares rastreados por el equipo de Krüger. De forma complementaria y para el mismo cometido, se apoyó el proceso con cámaras de video y acelerómetros, que permitirán mayor precisión en el análisis del comportamiento de los pingüinos cuando buscan alimento, y fotografías aéreas con drones para hacer conteo poblacional.

Imagen: Lucas Kruger

En cuanto a los petreles gigantes australes (Macronectes giganteus), como parte de su proyecto apoyado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt de Iniciación 11180175), Krüger pretende cuantificar la interacción con actividades de pesca, ya sea en el período reproductivo en la Antártica como el período no reproductivo, momento en el que es posible que se desplacen a la costa sur de Chile y Argentina, donde hay claras evidencias de solapamiento de la distribución de buques pesqueros y los petreles. El estudio busca saber si estas influencias tienen impactos sobre el comportamiento de alimentación individual y cuáles son las consequencias en el corto y largo plazo sobre las poblaciones de petreles.

Además, como los petreles pueden alimentarse de polluelos de pingüinos, si las poblaciones de petreles aumentan como consequencia de la comida extra proporcionada por la carroña de la pesquería en invierno, es posible que esto se refleje en un menor éxito reproductivo de los pingüinos.

Los otros equipos de trabajo estuvieron conformados por el Dr. Azwianewi Makhado, Audun Naverstad (Noruega) y Magdalena Huerta (Chile), en la isla Kopaitic, y el Dr. Andrew Lowther (Noruega) y la Dra. Heidi Ahonen (Noruega), en isla Decepción.

Áreas Marinas Protegidas y pingüinos: aporte al ecosistema antártico

El concepto de Áreas Marinas Protegidas proviene del acuerdo establecido por la Convención para la Conservación de Recursos Marinos Vivos Antárticos (CCRVMA) y define áreas en las que se gestionan medidas para la protección del ecosistema en su interior, permitiendo que las actividades humanas sean sustentables y no perturben el funcionamiento del mismo, considerando variables biológicas, ambientales, ecológicas y de supervivencia y vulnerabilidad. A la fecha, las zonas que ya se encuentran definidas son la plataforma sur de las islas Orcadas del Sur y la región del mar de Ross.

En ese sentido, ante el aumento de las actividades de la industria pesquera, particularmente en el área de la península Antártica y las islas Shetlands del Sur, cualquier cambio en las poblaciones de kril afectará a los pingüinos:

“Los depredadores tope (como los pingüinos y los petreles gigantes), corresponden a animales que se alimentan cazando a otros animales, pero que tienen pocos o ningún depredador sobre ellos en la trama trófica”, explica el especialista. “Los pingüinos son muy dependientes del kril, por lo que se cree que pueden servir como indicadores del ecosistema mismo”, concluye Krüger, ante la interrogante sobre la importancia de estas aves antárticas.

Los pingüinos barbijo deben su nombre a la línea negra que poseen bajo el mentón. En su madurez, llegan a pesar entre cuatro a 5 kg. Por otro lado, los pingüinos papúa pueden pesar hasta 7 kg y se coronan como la especie de estos animales más rápida en el mar, alcanzando una velocidad de 36 kilómetros por hora.

Finalmente, estos datos serán utilizados para mejorar las estrategias de manejo de kril que se discuten en la CCRVMA y también la propuesta que Chile y Argentina desarrollan para establecer un Área Marina Protegida para la península Antártica.