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Medios de comunicación y la Crisis Social en Chile – Vicente Levet Díaz – Opiniones

Medios de comunicación y la Crisis Social en Chile – Vicente Levet Díaz – Opiniones

El 18 de Octubre de 2019, comenzó una movilización sin precedentes en la historia de nuestro país.  Los días previos, medios de comunicación informaban sobre la evasión del Metro que hacían estudiantes como una forma de protesta por el alza en sus tarifas. Pero quien podría imaginar, que estos actos se transformarían en el estallido social más grande del país. 

Son muchos los análisis y reflexiones en torno a este acontecimiento histórico, desde el punto de vista político, social, económico, etc. Pero acá nos enfocaremos en cómo reaccionaron los medios de comunicación masivos y que cambios se han producido en ellos.

Durante las primeras jornadas del estallido social que vive Chile hace más de un mes, los distintos canales de televisión dedicaron su programación a informar a través de sus departamentos de prensa. Así, desaparecieron de pantalla los espacios de entretención, los franjeados, teleseries y los matinales. Al respecto, en una entrevista a la Revista Capital, John Müller, Periodista chileno radicado en España, señala que la forma en que se expresó la crisis social no se parece a ninguna otra del mundo y que la televisión cubrió excesivamente las manifestaciones, “Es como ponerle un canal de televisión a un secuestrador para que haga públicas sus demandas” sentencia el periodista especialista en temas económicos e internacionales, columnista de los diarios El Mundo, El Mercurio y la radio Pauta. 

Pero ¿cómo se debe abordar una crisis sociopolítica desde el punto de vista comunicacional, conservando el pluralismo, la independencia y la objetivad del medio?

En la última década, ya habíamos enfrentado crisis sociales, como la del 2011 con la educación.

Entonces ya hay un atisbo de la manera de abordar inicialmente la crisis. Pero esto ya era un antecedente para alimentar los prejuicios negativos entorno a la televisión. Trasladado a la actualidad y volviendo a la entrevista John Müller, Periodista chileno radicado en España, la crítica va por otro lado:

-En Chile, los medios de comunicación hemos sido muy criticados por la cobertura de este conflicto social. ¿Pero qué responsabilidad real le cabe a la prensa en esta crisis? 

-El “modelo CNN” sin duda ha contribuido a la generación de un ambiente de angustia. Esa ansiedad que se nota en la población chilena cuando a las cuatro de la tarde quiere ir a casa porque siente que puede quedar sin transporte… eso es producto de ese modelo. Y no digo que exista un plan detrás de esto, lo que digo es que ese modelo de noticias permanente alimenta esa angustia y este estado de cosas. Este es un tema que habría que revisar, porque en el fondo la manera en que está actuando ese modelo es como ponerle un canal de televisión a un secuestrador para que haga públicas sus demandas. 

Tú no te imaginas que una cadena de TV ponga su señal a disposición de un secuestrador para que diga quiero un US$ 1 millón y un avión para salir del país, porque entonces la opinión pública, angustiada, empieza a decir “me parecen razonables las peticiones del secuestrador”. 

-Pero un medio de comunicación no puede evadirse de la realidad y dejar de informar lo que ocurre. 

-Pero perfectamente se podría dar la información en los tramos de horarios definidos históricamente para ello. Por ejemplo, pueden informar sobre los disturbios en las noticias de las 8:00 AM, de las 2:00 PM y de las 9:00 PM, y no dedicar toda tu programación durante todo el día a transmitir sobre una barricada ardiendo. 

-¿Crees que hay morbo detrás de esta cobertura noticiosa? -No es morbo, es un incentivo: tener más audiencia. 

-Claro, porque a las audiencias les interesa estar informadas sobre lo que está pasando, entonces, ¿qué criterios debieran primar? 

-Creo que hay muy buenas formulaciones periodísticas, por ejemplo, en la política antiterrorista en Colombia. Ahí había protocolos muy claros para los medios de comunicación sobre cómo informar de los secuestros. En España también se crearon protocolos en torno al tema etarra. 

-Eran protocolos formulados por los medios de comunicación o impuestos por el Estado?

 -Fueron las organizaciones profesionales las que se dieron estos protocolos. Pero, además, pienso que en Chile los periodistas van a tener que abrir un debate después de que termine esta crisis sobre por qué han sido incapaces de distinguir los géneros periodísticos. Y me refiero a las acusaciones contra los periodistas de ser manipuladores: esto tiene que ver con un problema de confusión de géneros. Cuando un periodista -que es un periodista informador y que está en un segmento informativo- empieza a opinar, claramente está transgrediendo los códigos profesionales. No hay problema con que diga que es partidario de que haya marcha, es una opinión legítima y cada profesional se hará responsable de sus dichos, pero lo que no me parece aceptable es que en un espacio informativo, un periodista decida sesgar la información porque a él o ella le resulta más simpática la protesta o porque le parece que si informa sobre los carabineros heridos le está haciendo un favor al gobierno. 

-¿Pero tú piensas que en los medios chilenos ha existido una confusión sobre los géneros periodísticos durante esta crisis? 

-En la televisión, a cada momento. Los matinales, por ejemplo, son una permanente confusión entre información y opinión. En la prensa escrita, en cambio, están separados estos géneros. Sabes claramente cuando se trata de una opinión de, por ejemplo, Carlos Peña, de lo que es netamente información. (Josefina Rios, 2019).

Desde aquel 18 de Octubre, la programación habitual de los canales de televisión comenzó a vivir una transformación intencional, fue alterada y los informativos se posicionaron como la columna que sostiene sus parrillas programáticas, con maratónicas jornadas de cobertura periodística con las marchas y manifestaciones de miles de chilenos que se volcaron a las calles. 

En primer lugar, durante los primeros días del estallido social, los medios realizaron una amplia cobertura de las manifestaciones y marchas con el descontento social, lo que para muchos fue exacerbar el conflicto. Una supuesta citación del Gobierno a los ejecutivos de los canales de televisión abierta agrupados en ANATEL, sembró la duda, sobre la objetividad, el pluralismo y la imparcialidad con que se cubriría la crisis social que está enfrentando el país.  Si bien, el Presidente de ANATEL, Ernesto Corona, lo desmintió respondiendo una carta a la Federación de Trabajadores de Canales de Televisión (FETRA) y entregando su absoluto respaldo y solidaridad a todos los trabajadores de los canales de televisión que están trabajando en esta cobertura, por los riesgos a los que se ven enfrentados en la calle y las manifestaciones de repudio en su contra. De igual modo, la duda quedó instalada en el inconsciente colectivo y lo canales de televisión han sido fuertemente criticado por su labor comunicacional.

Entonces, se bajó la intensidad y la frecuencia de los especiales de prensa o informativos extendidos y como una forma de reaccionar se produjeron cambios en los programas habituales como los matinales, se cambió la estructuras y los contenidos, se enfocaron  a las demandas sociales, se sacaron rostros de pantalla más faranduleros y se comenzó a dar espacio a políticos, dirigentes y representantes de la sociedad civil. 

“Hemos estado muy atentos a la contingencia en un espacio tan importante y cercano para nuestros televidentes como es el matinal. Ha sido un trabajo acucioso, en el que como canal hemos intentado procurar que todos los actores sociales se vean reflejados y que a su vez todas las voces sean escuchadas, tal como lo indica nuestra misión pública”, comenta el director de programación de TVN, Jaime Boetsch.

En el artículo de La Tercera: “Menos panelistas, menos vida privada y más calle: cómo la crisis cambió a los matinales” de Dusanka Obilinovic, se analiza el cambio de rumbo de los matinales en la televisión chilena después del estallido social. Lo que comenzó con “congelar” o sacar de pantalla a muchos rostros televisivos que generan ciertos anticuerpos o que son identificados con un mundo más frívolo y/o farandulero, dando espacio a una propuesta más social y ciudadana, más cercana a la gente y la problemática que están viviendo actualmente.

Hay voces en la industria que incluso apuestan a que el actual acento de los matinales –más acorde a las sensibilidades colectivas- se deberá mantener por largo tiempo, debido a que las demandas ciudadanas seguirán condicionando al país durante los próximos meses.

A diferencia de los primeros días, que concuerda con lo expresado por Andrea Mira citando el texto “Crisis de Representatividad y estallido social”: “Llama la atención además el manejo de la prensa nacional. Las imágenes de violencia, el cómo los medios de comunicación han cubierto estos eventos”.  (Mira, 2011, P.22). Critica que apunta a una intencionalidad de criminalizar las manifestaciones sociales y poner el foco solo en los desmanes, saqueos y otros actos violentos. Sumada a la crítica como las que realiza Müller, que se enfoca en la idea de que mostrar mucha violencia ínsita a más violencia y es darle tribuna a quienes comenten estos actos. Cualquiera de las dos aristas, sin duda que influyeron en algo en las líneas editoriales de los canales. 

Hoy vemos a una televisión más social, con espacios de conversación sobre la crisis, sus causas, las demandas ciudadanas, sus soluciones. Incluso, se podría decir que con esto, la farándula desaparecerá por un buen tiempo de pantalla, unos de los últimos programas de este género, “Intrusos” de La Red, hoy pasó a llamarse “Intrusos Ciudadano”. Esto, se da ya que se entiende que gran parte de la ciudadanía se informa a través de la televisión y cómo es posible evidenciar, es algo que no sólo ha ocurrido en esta crisis, sino que en la historia chilena; los medios juegan un rol fundamental. 

En segundo lugar, otra situación que se ha hecho latente en esta crisis social, es que a raíz de la poca credibilidad que está afectando a la televisión y a los medios tradicionales en general, se ha producido un incremento del uso de redes sociales para informarse, especialmente Twitter y Facebook, espacios donde las personas buscan información de primera fuente, es decir, de los protagonistas, de quienes están viviendo o han sido testigos de determinadas situaciones relacionadas con el estallido social. Este fenómeno se ha instalado con mucha fuerza y se ha transformado en un problema más dentro de la crisis, ya que ha provocado que proliferen las “fakes news” o noticias falsas, con fotos trucadas, fuera de contexto, fotos de otro lugar o fecha que no corresponden a la actualidad, audios de whatsapp, todos, contenidos que en su mayoría, según expertos en comunicación digital, se viralizan muy rápido porque tienen componentes emocionales y suelen ser historias muy atractivas que tienen que ver con prejuicios o creencias, principalmente valóricas y políticas. Un fenómeno que surgió principalmente en Estados Unidos y se expandió por el mundo, sobretodo en época de elecciones o revueltas sociales. 

Según Hunt Alcott: “Después de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, muchos han expresado su preocupación por los efectos de las historias falsas («noticias falsas»), distribuidas en gran medida a través de las redes sociales”. (Alcott, 2017, P.211).

Se transforma en un problema más en la crisis, ya que contribuye a la polarización de la opinión pública y a la desinformación. Autoridades, instituciones, políticos, personajes públicos, líderes de opinión, muchas veces deben salir a desmentir cierta información o aclarar determinadas publicaciones.  

A esto, se suma la aparición de “Bots”, cuentas falsas que simulan estar controladas manualmente por un usuario real y se han convertido en una amenaza en redes sociales, utilizadas especialmente para desinformar, inventar o atacar a personas, principalmente personajes públicos, políticos y autoridades. Desde hace bastante tiempo que este fenómeno ronda en las redes sociales, pero en periodos de elecciones o en crisis políticas y/o sociales, aumentan. En este sentido, algunos medios han reaccionado creando secciones para combatir este fenómeno, como el caso de La Tercera que creó la sección Fact checking: la verdad sobre lo que se dice y viraliza.

Esta realidad digital ha provocado un efecto positivo hacia los medios de comunicación tradicionales, ya que, lo que los usuarios leen en redes sociales, buscan confirmarlo luego en estos medios.

Si bien, algunos sostienen que la televisión ha sido manipulada o influenciada por el Gobierno o los grupos económicos a los que la mayoría de los medios pertenece. Estos han debido demostrar su independencia y objetividad, trabajando todos los días para demostrar que son capaces de cierta de forma, de abrir las puertas a un sinfín de opiniones que surge en torno a un tema país, en otras palabras, los medios se han puesto a disposicion de la ciudadanía para colaborar e informar de la manera más imparcial posible, sin perjuicio que pueden cometer errores.

Se puede concluir que los últimos acontecimientos producto del estallido social ha afectado sin duda, a los medios de comunicación, como a toda la sociedad en su conjunto, por lo que han debido adecuar sus contendidos y han tenido que realizar un trabajo periodístico mucho más riguroso y generar espacios de conversación, de manera de que estos, contribuyan de alguna forma a través del dialogo  a buscar soluciones para superar esta crisis social que hoy afecta a Chile. 

Los medios de comunicación, hoy más que nunca deben ser el reflejo de la sociedad y ya no basta sólo con informar, sino que en tiempo de crisis deben ser parte del camino de salida y búsqueda de soluciones. La televisión es el medio más masivo por excelencia y de mayor  penetración social, por lo que tiene la responsabilidad de ser un activo participante de la crisis, en el sentido de mostrar objetivamente lo que está pasando y cómo está afectando a los ciudadanos, ser un vínculo de integración entre todos los actores sociales, sobretodo en una época donde hablamos de desigualdad y discriminación. 

Es posible establecer que la televisión reaccionó y cambió con el estallido social, y ya no volverá a ser la misma.

Bibliografía:

Rios, Josefina. John Müller: “Lo que ha ocurrido en Chile no tiene precedengtes en la historia”. https://www.capital.cl/john-muller-lo-que-ha-ocurrido-en-chile-no-tiene-precedentes-en-la-historia/. Página web. 26 de noviembre de 2019.

Allcott, Hunt. “Social media and fake news”. Journal of economic perspectives  Vol 317nº2. 2017. P.211.

Mira, Andrea. “Crisis de representatividad y estallido social”. POLIS revista latinoamericana. 2011. P.22.