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Cuando el vacío es el contenido – Víctor Maldonado – Opiniones

Cuando el vacío es el contenido – Víctor Maldonado – Opiniones

Cuando el vacío es contenido

Víctor Maldonado R.

Carlos Montes ha decidido no repostular al senado en la próxima ocasión. Al momento de hacer el anuncio, ha hecho algo que tiene una gran importancia: hacer una crítica y una autocrítica que sirve para construir. Ambas cosas son necesarias, y hay que prestar oídos cuando alguien significativo da este paso.

A la hora del balance, Montes reconoce una culpa colectiva: “No pudimos avanzar en disminuir la desigualdad. Eso ha generado descontento con la democracia”. En una palabra, “se normalizaron diferencias vergonzosas, inaceptables”. Se ve como un crítico que no pudo cambiar el curso de las cosas.

Tampoco es que el panorama sea de puros tonos grises. Se tuvo éxito en reconstruir la democracia. Ahora que se requiere repensar el país, hay que “sacar lo mejor de nuestra historia”.

Montes habla con seguridad sobre cómo enfrentar la actual crisis. Identifica con certeza los errores cometidos por el gobierno. Sabe cómo ha de comportarse la oposición. El asunto estriba en que estamos ante un nuevo comienzo de un ciclo político de larga duración, y nadie tiene la obligación de estar en condiciones de hacerse presente en los desafíos del futuro.

Hay que tener valentía para mirar la realidad de frente, buscando tener la honradez de juicio. Salirse de la defensa del interés propio para contribuir al bien común. Es notable el contraste de esta actitud con la de Sebastián Piñera.

Cuando Piñera habla lo que provoca es una fuerte sensación de irrealidad. Básicamente se dirige al país como alguien que no se ha planteado cambiar nada importante, aunque a su alrededor todo se ha conmocionada hasta lo profundo. Por eso deja la impresión de vacío que nos deja cada una de las intervenciones.

Esta falta de profundidad le viene al actual mandatario desde mucho antes. Y no es frecuente en un mandatario. Piense usted en los presidentes que hemos tenido de Aylwin a Bachelet. Podrá recordar de todos ellos un gesto o una frase. Ahora intente recordar algo que haya dicho Piñera. Algo que merezca ser recordado (no haga trampas: deje fuera las metidas de pata). La pura y santa verdad es que se quedará en blanco. El vacío no deja huella.

Por eso es que tenemos el presidente más destacado de la historia reciente de Chile… contando de abajo hacia arriba. Por eso es que los detractores de Piñera podrían llenar el Estadio Nacional hasta el tope, y sus partidarios apenas cubrirían la cancha. Es el último adelantado de un camino que acabamos de abandonar.

Chile se veía a sí mismo como mejor de lo que en realidad estaba. Éramos más fatalistas. Si no se podía cambiar mucho más, era mejor asegurar empleo y crecimiento. Piñera representa el acomodo a un país sin crisis pero sin sueños.

Nunca dijo nada porque su mensaje era la mantención de lo existente. Una historia sin historia. Como música de supermercado. Caída la ilusión, queda al descubierto el iluso. Por eso la ausencia de autocrítica. No es como Montes, que puede mirar de frente lo que considera sus errores y quedar en pie. Piñera todavía no se explica lo que le pasó.

Víctor Maldonado.