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El misterio de las estufas magallánicas

El misterio de las estufas magallánicas

En Magallanes, los habitantes del territorio, nacidos y criados en la región más austral de Chile, llaman «estufa» a la cocina y llaman «calentador» al artefacto que en el centro de Chile llaman «estufa».

Todo nortino que llega a Magallanes, visitante, turista o emigrado para radicarse, tiene que comenzar a acostumbrarse a numerosos dichos típicamente magallanicos, para entender la idiosincracia y la cultura local.

Una de esas expresiones es la «estufa».

Las primeras estufas magallánicas llegaron al Territorio en la década de 1880, con los numerosos inmigrantes ingleses, que se integraron en las faenas ganaderas y de los frigoríficos. Cuentan con uno o dos hornos y dos o tres platos para cocinar.

Les llaman «stove«, cuya traducción inmediata es «estufa«.

La estufa magallánica generalmente está encendida todo el día. Hasta los años de 1960, las estufas magallánicas se alimentaban con leña y carbón. Desde la instalación del gas natural por cañerías en 1971, las estufas fueron adaptadas a gas y se mantienen encendidas todo el día hasta tarde en la noche.

Alrededor de la estufa magallánica, se reúne la familia, llegan los vecinos a compartir el pan amasado al horno, se comentan los saberes de la abuela y de las suegras, se transmiten las sabidurías de la cocina y la gastronomía patagónica.

La cultura magallánica y patagónica es una mezcla urbana y rural de valores y costumbres traídos desde inglaterra, desde Chiloé, desde Croacia y desde las ciudades y campos de la Patagonia argentina.

En las cocinas de las casas magallánicas y patagónicas tradicionales, hay siempre una mesa para cocinar y comer, un viejo mueble o trinche donde se guardan ollas, sartenes y platos y un sofá para descansar y hacer la siesta, al lado del calor de la estufa.

Gracias a estas estufas, en casa siempre hay agua hervida, dispuesta para tomar un mate o un cafe cargado.

En muchas viviendas tradicionales de Chiloé, Aysén, Magallanes y de la Patagonia argentina, se conservan todavía en uso estas estufas, que abrigan con su calor y acercan a las personas, en un ambiente cálido y familiar.

Acérquense a la estufa.