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No sobran comandos, faltan líderes – Víctor Maldonado -Opiniones

No sobran comandos, faltan líderes – Víctor Maldonado -Opiniones

A muchos les causa pesadumbre que la campaña por el “Apruebo” en el plebiscito tenga una variedad de comandos, cuando lo que se requiere es la mayor unidad posible. En realidad, la existencia de una variedad de comandos no es, por sí sola, una señal de dispersión. Si existe una coordinación de acciones lo suficientemente lograda, la operatoria de la campaña no se verá afectada en exceso. En cambio, el grado de coordinación depende por completo de la profundidad de los propósitos que se tengan desde el principio.

Tenemos dos años electorales por delante, y es un perfecto desatino mirar cada tarea que se tiene por delante como separadas e independientes entre sí. No es como lo está viendo la derecha. Y lo que hace el adversario importa mucho.

La derecha ordena todos sus pasos en vista de la elección presidencial. Dado que compite por establecer un candidato elegido por primarias, cada estrategia en curso tiene que ver por apoyar una opción constitucional pensando en electorados específicos distintos. Lavín y Allamand, por ejemplo, son opciones en competencia que han escogido modos diferentes de enfrentar el plebiscito primero y la constituyente después.

Las opciones de futuro también impactan en los partidos y cada cual está intentando permear a su socio a fin de ganar apoyos. Allamand y su línea dura pretende atraer gremialistas e independientes. Lavín busca atraer independientes y RN aperturistas. Eso impactará en el tipo de reformas constitucionales que defiendan y muchas otras acciones.

Como van evaluando a diario, y detectan los cambios de la opinión pública, hemos visto el cambio de posiciones y de opiniones de todos sus representantes, llamados al orden en torno a una estrategia. Esto ha obligado a cambios tan groseros de opinión, que algunos pasan por un “periodo de reflexión” para, luego, darse vuelta de campaña en sus apoyos.

Ahora interroguémonos sobre lo siguiente: ¿Quién en la oposición está vinculando los desafíos que tenemos por delante de un modo coherente, sensato y ordenado? Porque, en política, vivir al día es lo mismo que confesar que se está desorientado. Y pensar que se tiene tiempo de más es un error manifiesto.

Si a fines de noviembre del 2021 tenemos la elección presidencial, antes, en julio, se han tenido primarias para elegir candidatos, luego de meses de campaña. Si se ha confluido en pocos candidatos, es porque los partidos han replicado antes primarias a su interior o por coalición durante el primer semestre.

Todo lo anterior habrá funcionado bien si, en paralelo, hay acuerdo de listas parlamentarias, porque ya había empezado la confluencia en la elección municipal de octubre de 2020. Porque habían tenido primarias de alcaldes en junio de este año. Y se tendrá éxito en negociaciones terminadas en abril. Solo que en ese mes ha existido un plebiscito, que es lo que nos preocupa ahora.

¿Cómo alguien puede pensar que el tiempo sobra cuando la sola enumeración de lo que viene produce vértigo? En fin, los inocentones duermen tranquilos, mientras los demás empezamos a tener pesadillas.