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Lo mejor y lo peor de nosotros: así enfrentamos las crisis – Luis Legaza – Opiniones

Lo mejor y lo peor de nosotros: así enfrentamos las crisis – Luis Legaza – Opiniones

De tiempo en tiempo y, más que acostumbrados, sentimos el golpe de lo imprevisto, de lo inesperado. Esta templanza nuestra aflora ante la adversidad, ante la calamidad, pero no siempre frente a la injusticia. Nos conmovemos por los desastres, por un aluvión, un terremoto, por una catástrofe cualquiera que, por supuesto, nadie desea, pero lamentablemente ante los desastres sociales poco y nada decíamos hasta el estallido de octubre, por cierto.

Algo despertó en la ciudadanía, algo agazapado por décadas, esa sensación de injusticia que la mayoría ciudadana decidimos no soportar más.

Pero, y como siempre sucede, aflora lo perverso, la maldad, eso que solemos llamar “viveza chilena” (no es otra cosa que abuso), aflora inmediatamente en quienes no tienen asco en aprovecharse de los demás y demuestran una bajeza humana increíble.

Ya lo vivimos antes, vimos cómo un bidón de agua llegó a costar precios lunáticos y vemos, como siempre, cómo los especuladores y sinvergüenzas, abusan, se aprovechan, suben los precios, se justifican diciendo que es “por incremento del mercado” y un mísero desinfectante, un jabón gel, una insignificante mascarilla, llegó a precios que nunca antes habían tenido…

¿Cómo sucede esto?, fácil, nuestra aberrante Constitución lo permite, avala y garantiza: “no se puede intervenir el mercado ni congelar los precios porque (aquí está el chiste) es inconstitucional”…

¿Ven la trampa? ¿Se da cuenta ahora por qué hay quienes queremos que las reglas del juego social cambien?…Los que lloraron y rasgaron vestiduras por saqueos e incluso hasta quema (no estoy de acuerdo, por cierto) de farmacias y otros locales comerciales, me imagino que fueron a las farmacias, a los supermercados y se percataron cómo subieron los precios de algunos productos y ni aunque fueras con tu “chaleco amarillo” te salvaste del “sablazo” por un miserable desinfectante.

Fíjense que mientras estamos en cuarentena, las AFPs han cargado todas sus pérdidas a los cotizantes y se revisa su cartola y se informa, se dará cuenta que son varios los millones que ha perdido y, ante este espectáculo de desfachatez e injusticia social  monumentales, nadie dice nada, nadie informa porque el estado no puede intervenir y el despojo y saqueo social está en un punto inimaginable.

Sí, es verdad que vamos a ser golpeados económicamente, ¿pero es posible tolerar esto, es posible que este despojo avalado y garantizado por nuestras leyes siga perjudicándonos?

Así no se construye sociedad, así (apenas pase la cuarentena), les doy por jurado que el estallido social será más evidente, más contundente y, lo peor, será más agresivo.

Volverán (como las balas y las bombas que nos arrojan), las protestas, volverán los desmanes porque tenemos autoridades que no sintonizan con la gente, ineptas por naturaleza que no lo van a defender a usted, a mí, a los millones de compatriotas, sino a los mismos de siempre…

Indignante escuchar a ministro de salud diciendo que arrendarán Espacio Riesco teniendo otros recintos, la opción de ocupar otras instituciones, pero no, dale con privilegiar a los de siempre, dale con seguir con el negocio de las clínicas privadas, de la salud privada.

Estamos absolutamente indefensos, seguimos explotados, cuando les conviene a las empresas que hacen gárgaras con la libertad de comercio y con las leyes del mercado, salen con el chiste de pedir ayuda al Estado (ahora se acuerdan del Estado) y van a salir con patudez de solicitar un salvavidas cuando nos han robado sin  decoro, sin asco durante décadas. Bueno, ya que son tan defensores de la libertad de comercio, dejemos que todo se regule solo y vamos todos directo a la debacle.

No estimados, el Estado debe hacerse parte no solo declarando catástrofe, sino defendernos (como debiera ser), ante los abusos, ante los atropellos…El hilo, para variar, se corta en lo más delgado, es decir, en los más desposeídos y carenciados. Cuídense, sobre todo a sus mayores y niños. Para todos, como siempre, un abrazo.

P.D.: menos para los que siguen defendiendo una Constitución que permite la especulación, los atropellos y los abusos para la gente más necesitada.

Luis Legaza S.

Profesor.