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Florencia: Solidaridad, gratitud y empatía para salvar a una perrita accidentada en tiempos de pandemia

Florencia: Solidaridad, gratitud y empatía para salvar a una perrita accidentada en tiempos de pandemia

Varias instituciones, autoridades, profesionales y vecinos de Puerto Williams y Punta Arenas, debieron actuar para socorrer a una cachorra de Villa Ukika cuya vida estuvo en peligro. Sus dueños, Macarena y Felipe, relatan lo sucedido y se muestran agradecidos por la ayuda prestada en momentos críticos. El gobernador Nelson Cárcamo igualmente demuestra su gratitud hacia quienes colaboraron en esta emergencia y hace un llamado a la comunidad para reforzar la tenencia responsable de mascotas, especialmente durante la emergencia sanitaria que estamos viviendo.

Es una fría noche de 16 de abril en el aeródromo Guardiamarina Zañartu de Puerto Williams, en medio de la crisis sanitaria que vive el país y el mundo por el coronavirus. Aterriza el avión DHC-6 Twin Otter de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) para entregar algunos insumos médicos al Hospital Comunitario Cristina Calderón y trasladar a funcionarios del Ministerio de Salud de regreso a Punta Arenas.

En aquel lugar, Macarena Lagos y Felipe González están expectantes. Apenas ven salir del avión una jaula de colores blanco y naranjo, caminan raudamente en dirección a ella. Allí está Florencia, su perra cachorra de 5 meses, cuya vida estuvo en peligro tras estar involucrada en una riña con otros perros y a raíz de esto haber caído por un barranco, fracturándose varias de sus costillas.

“Ya vay a salir, ya vay a salir”, le dice Felipe a “Flo”, como también le llama con cariño. La cachorra, con sus patitas delanteras, trata de empujar la rejilla de la jaula, cuando ya están en el estacionamiento del aeródromo para dirigirse rumbo al hogar donde viven, en Villa Ukika.

Aunque sus dos dueños están usando mascarillas, sus sonrisas de satisfacción son distinguibles fácilmente. Sus ojos demuestran felicidad y tranquilidad. Se habían acabo los nueve días de angustia e incertidumbre desde que ocurrió el accidente. Al ser consultados por sus sentimientos al reencontrarse con Florencia, Felipe responde que están “aliviados, muy felices”. Macarena, en tanto, siente “tranquilidad que haya llegado a su casa”.

Recuperación positiva

Han transcurrido seis días desde el retorno de Florencia a Isla Navarino. Macarena y Felipe están sentados en la ribera del río Ukika, afluente que colinda con la homónima villa. Alrededor de ellos está la pequeña Flo, con una visible depilación en la parte afectada, corriendo y jugando con otros perros en el pasto humedecido por la lluvia de la noche anterior, donde las hojas color café se multiplican celebrando un nuevo otoño. Muerde un palo y luego lo suelta. Se acerca al río y moja sus patitas barrosas. Bebe un poco de agua. Hace un hoyo por algunos segundos y lo deja. Sigue corriendo y jugando con los demás perros.

“De a poquito ya, como puedes ver que ha corrido, se ha mejorado. A pesar de que el médico igual dijo que tratáramos de no hacerla correr ni subir escaleras, ya es como medio imposible, porque es cachorra y quiere jugar. Quiere hacer hoyos como lo está haciendo, pero eso también indica que ella misma se siente mejor para hacer eso”, explica Felipe sobre su perrita, que a simple vista uno podría catalogarla como poodle o maltés blanco, pero sus dueños aclaran que es mestiza. Es hija de los perros de los padres de Felipe, que viven en Rancagua.

Junto a Margarita, hermana de Florencia, los cuatro llegaron desde Santiago hasta Isla Navarino en enero pasado, para tomar otra dirección en sus vidas. Desde aquel entonces, Macarena y Felipe trabajaron principalmente en el rubro turístico, hasta que la temporada debió cerrar más temprano de lo habitual producto de la propagación del coronavirus. Recuerdan que antes de que se conocieran los primeros casos en Puerto Williams, salían a recorrer en un auto prestado varios lugares de la isla, cuyas rutas ofrecen parajes naturales inigualables, como el camino hacia Caleta Eugenia o a Puerto Navarino. “Ellas (Florencia y Margarita) han sido las más agradecidas de nuestro cambio de hogar”, recalca Macarena.

Solidaridad en tiempos difíciles

La corriente del río Ukika fluye hacia el canal Beagle, como si estuviera rebobinando las memorias recientes de Macarena y Felipe. Ambos recuerdan los momentos difíciles que vivieron cuando Florencia sufría tras el ataque -presumiblemente, según ellos, porque le bebió la leche a otro perro-, y su posterior caída.

“Se sentía mal, respiraba mal, y en la noche nos dimos cuenta que al lado derecho tenía una hendidura en las costillas muy grande, muy pronunciada”, rememora Macarena. “Cuando trataba de poder quedarse dormida, lloraba, me imagino que de dolor. Y tenía poco apetito, nada de apetito. No podía pararse. Tenía los ojos muy caídos. Estaba muy triste, se notaba”, añade Felipe.

En esta emergencia, intentaron comunicarse con algún médico veterinario, hasta que lograron hallar a Mauro Rojas, quien ejerce dicha profesión en Puerto Williams de manera particular. “Prácticamente tenía varias laceraciones en la piel producto de los desgarros por mordidas de perros y tenía una lesión bastante complicada en el flanco derecho, que eran fracturas de dos o tres costillas”, detalla Rojas.

Ya que aún no ha podido establecer una clínica veterinaria de manera oficial, y ante la urgencia de la situación, Rojas debió atenderla en el portamaletas de su auto. Tras realizarle las primeras atenciones y analizar la gravedad de la situación, llegó a una conclusión: Florencia requería de una cirugía torácica, por lo que necesitaba ser evacuada a Punta Arenas.

La tarea se veía difícil, considerando que, a raíz de la propagación del coronavirus, no había vuelos comerciales. A esto, se sumaban las medidas sanitarias decretadas en ambas ciudades: en Punta Arenas, regía cordón sanitario y cuarentena, mientras que en Puerto Williams, desde el 8 de abril, había cordón sanitario.

En este contexto, Macarena y Felipe se comunicaron con el gobernador de la Provincia Antártica Chilena, Nelson Cárcamo. Al ser entrevistado al respecto, la máxima autoridad provincial subraya que, en medio de esta pandemia, además de tener una preocupación permanente por el estado de salud de las personas de la isla -sobre todo de los adultos mayores-, surgió esta emergencia anexa con una mascota, por lo que había que buscar una manera de socorrerla.

“Se acercaron los dueños, conversamos con ellos y vimos qué posibilidad había. La más cercana en ese momento era el ferry, pero significaban 27 o 30 horas de angustia para la perrita. De tal forma que, inmediatamente, tomamos contacto con la Fuerza Aérea, que por casualidad tenía un vuelo hacia Puerto Williams para traer muestras, y obviamente retornar inmediatamente hacia la capital regional”, recuerda el gobernador Cárcamo. La autoridad provincial destaca la buena voluntad que tuvo el jefe de la IV Brigada Aérea de la FACh, general Eduardo Mosqueira, quien accedió para que se concretara la evacuación de Florencia.

El vuelo resultó sin mayores complicaciones y una vez en Punta Arenas, la perrita fue recibida por un tío de Felipe, quien inmediatamente la llevó a una clínica veterinaria para que fuera operada y hospitalizada durante los siguientes seis días y medio, y el resto del tiempo estuvo donde el familiar de Felipe para luego retornar a Puerto Williams. Macarena recuerda que al tercer día de su estadía en Punta Arenas, Florencia volvió a comer, significando que su estado de salud estaba mejorando.

“Nos sentimos muy satisfechos como Gobernación Provincial por haber podido servir en este momento para calmar y salvar también a esta cachorrita, que obviamente era la regalona de sus dueños. Ellos estaban muy angustiados para buscar la posibilidad de poder salvarla. Gracias a la Fuerza Aérea, a la voluntad que tuvieron los pilotos de poder llevarla. Y a su general (Eduardo Mosqueira), por supuesto, quien también intercedió en forma muy favorable. Accedió posteriormente a trasladarla, porque una vez que estuvo de alta, había que traerla, y también se logró a través de un vuelo FACh”, complementa el gobernador.

De esta manera, la Fuerza Aérea de Chile concretó otra acción positiva más dentro de la importante labor que ha estado realizando desde que comenzaron a regir las medidas sanitarias en Puerto Williams, hace poco más de un mes. Destacan traslados de muestras, insumos y personal médico que coopera con el Hospital Comunitario Cristina Calderón, así como también de pobladores que fueron tratados por diferentes afecciones médicas en Punta Arenas. Entre ellas, personas que en algún minuto fueron confirmadas con coronavirus, debiendo ser tratadas en el Hospital Clínico de Magallanes, y que posteriormente fueron dadas de alta y retornadas a Isla Navarino vía avión FACh.

El veterinario Rojas, en tanto, más allá de su actuar profesional en asistir a Florencia, personalmente entrega un mensaje de solidaridad. “Sea como sea hay que prestar el apoyo, ya sea por una pequeña herida o una gran lesión, como en este caso. Hay que moverse y ser bien solidario, prestar atención cuando se pueda”, dice.

Gratitud y empatía

En medio de la entrevista, el apacible sonido que causa el río Ukika es interrumpido por el el motor de un avión aterrizando. A lo lejos, divisamos el color rojo de este medio de transporte mientras desciende. Felipe se percata que es el mismo avión FACh que realizó los traslados de Florencia. Inmediatamente, Macarena recuerda que el piloto a cargo de evacuar y reintegrar a la cachorra a Isla Navarino, fue el mismo. Cuando fueron a buscarla al aeródromo, ella entabló una breve conversación con él. “Dijo que era otra perra. Se notaba que estaba mejor, porque de ida se fue durmiendo, y a la vuelta se fue ladrando”, detalla.

Ya finalizando la entrevista que conceden, mientras Florencia continúa jugando con los demás perros, tanto Macarena como Felipe demuestran su gratitud por la ayuda que recibieron, especialmente en un escenario de crisis sanitaria que vive nuestro país y el mundo.

“Estamos muy agradecidos, porque sino, la historia hubiera sido otra. Especialmente me habría dado mucha pena que se haya muerto o haya quedado quizás en muy malas condiciones, no porque yo quisiera o nosotros no quisiéramos ayudarla, sino porque no había en ese momento dónde recurrir”, dice Macarena. “Por cada una de las personas que participó en la gestión, estamos agradecidos, porque de verdad se hizo todo lo que estaba medianamente posible, y se hizo de manera buena. De verdad que hubiera sido muy distinto si no hubiéramos tenido la ayuda gubernamental, de Fuerzas Armadas, como también de personas ajenas a la institución que quisieron aportar y ayudarnos en todo el proceso”, añade Felipe.

El mismo joven profundiza en su reflexión tras lo sucedido con Florencia. “Se logra empatizar, ya que en estas situaciones que están pasando a nivel mundial, muchas cosas se complican. Una de ellas es la evacuación de nosotros, que vivimos en una isla, y no sólo tanto veterinaria, sino que me imagino aquellas médicas personales que se han visto postergadas producto de todo lo que está pasando, que deben ser bastantes a nivel mundial, y que lamentablemente hay que sobrellevar. Operaciones, trasplantes, cualquier tipo de cosas relacionadas con ello, y que se han visto postergadas producto de la pandemia mundial”. Felipe entrega un mensaje realista y a la vez de aliento para ellos: “Lamentablemente esto le está pasando a todos. Mucha fuerza para todas las personas que están sufriendo en estos momentos”.

Tenencia Responsable de Mascotas

Si bien muchos actores involucrados lograron actuar de forma eficiente para salvar la vida de Florencia, el gobernador Nelson Cárcamo hace un llamado a todos los habitantes de la provincia para reforzar la tenencia responsable de mascotas. “Aquí hubo un hecho puntual, donde sus dueños rápidamente actuaron con la posibilidad que corresponde, y pudieron lograr salvar la salud de su pequeña perrita. El llamado es a mantener la responsabilidad, el cuidado de nuestras mascotas, tenerlas en un lugar seguro”.

La primera autoridad provincial complementa que se debe tener “mucha precaución, mucho cuidado, porque en realidad también son los que nos ayudan a pasar estas horas de cuarentena (en caso de que sea obligatoria, preventiva o voluntaria) o de cordón sanitario, con una mejor disposición”.

El médico veterinario Mauro Rojas coincide con el gobernador Cárcamo, y añade que hay que evitar que las mascotas estén fuera de los hogares de manera solitaria. “Que salgan acompañados de nosotros, respetando que anden con arnés, con cadena. Los animales que sean más peligrosos, que anden con bozales, para que de esta forma se puedan prevenir futuros accidentes de los más pequeños”, aconseja.

Cabe recordar que desde marzo de 2018, en Chile rige la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas, más conocida como “Ley Cholito”, la cual fomenta la tenencia responsable a través de obligaciones como el registro de los animales y su respectivo cuidado. Personas que incumplan esta ley arriesgan multas entre 1 y 30 UTM.