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Somos viejos, sí, pero tenemos la fuerza para vencer lo que nos pongan por delante – Miguel Palma Dragicevic – Opiniones

Somos viejos, sí, pero tenemos la fuerza para vencer lo que nos pongan por delante – Miguel Palma Dragicevic – Opiniones

Soy parte de una generación que ha vivido hitos históricos trascendentes: la guerra fría, que duró décadas y nos mantuvo conscientes de que en cualquier momento uno u otro podía apretar el “botón rojo” e incendiar el planeta, la guerra de Vietnam, el asesinato de Martin Luther King, del presidente Kennedy, del Che, el golpe de Estado en Chile con el bombardeo a La Moneda y la muerte de Salvador Allende, 17 años de dictadura, muchos años de toque de queda (de verdad), estados de sitio, y en fin, decenas o cientos de sucesos históricos que nos marcaron para siempre.
Nuestra generación, pese a todo, fue cambiando el mundo y su lucha hizo posible que las aberrantes injusticias se atenuaran y avanzáramos en un mundo menos discriminador. No fue suficiente, eso está claro, pero hoy el grado de acciones de discriminación son muy menores comparadas a las que se producían antes, y además son castigadas penalmente, lo que por cierto no ocurría. De esta forma se avanza en no discriminar por raza, identidad sexual, creencia religiosa, etc., pese a lo cual aún queda un largo camino por recorrer, como lo demuestran los hechos recién sucedidos en Estados Unidos, donde se desató una verdadera explosión tras los abusos que causaron la muerte de George Floyd.
Pero, quienes como yo estamos en la mal llamada categoría de los adultos mayores, comenzamos a sentir que crece una nueva forma de discriminar de una parte de quienes tienen menos años, que piensa que quienes estamos en esta fase de la vida, somos unos “viejos de mierda” a los que no sólo no se les respeta, como hacíamos los de mi generación con nuestros mayores, sino que se les discrimina e incluso subestima.
Que nos llamen viejos no es problema, de hecho “viejo” es una buena palabra – mucho más digna que “tercera edad”, el problema es que se nos discrimine, y no exista ninguna “Ley Zamudio” que sancione a quienes así actúan.
Somos viejos, sí, pero tenemos la fuerza para vencer lo que nos pongan por delante. Trátennos de viejo, está muy bien, pero no nos subestimen. Hemos pasado las de Quico y Caco, y eso es algo que no todas las generaciones pueden decir.
¡No a la discriminación! A cualquier tipo de discriminación, que incluye ciertamente, la que va en aumento contra los viejos, los mismos viejos que somos inmunes a la estupidez, la irresponsabilidad y la soberbia, y que podemos transmitir esa inmunidad al resto de la población, para evitar que la pandemia avance.

Miguel Palma Dragicevic
Junio 2020