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En la cornisa, el gobierno retrocede – Víctor Maldonado – Opinión

En la cornisa, el gobierno retrocede – Víctor Maldonado – Opinión

Un sector político se encuentra en crisis cuando sus adversarios no necesitan hacer nada para criticarlo, porque desde tu interior hacen todo el trabajo. En la discusión del 10%, todo argumento dado por el gobierno ha sido refutado desde las filas de Chile Vamos, no por cualquiera, sino por diputados, senadores y ahora por su candidato presidencial.

Se decía, sin razón, que el gobierno se encontraba con el dilema de optar por el veto o recurrir al Tribunal Constitucional. Eso era quedarse a mitad de camino. El problema del Ejecutivo no consistía en cometer un nuevo error, sino en saber si podía resistir el chaparrón que se le venía encima cuando lo cometiera.

Los disidentes, que ya no pueden ser tratados como casos aislados, sino como una posición política consistente, no se resignaban a presenciar como La Moneda persistía en adentrarse en el callejón sin salida. Ellos proponían la única alternativa que queda después de tanta ineptitud: negociar mientras sea posible.

Lavín no es un díscolo, es alguien que sabe que tendrá un rol protagónico en el futuro y que no puede aceptar que el gobierno de Piñera lo haga tan mal que lo deje sin futuro que protagonizar. Esta es la medida de los desaciertos de gobierno.

Quienes conocen al alcalde de Las Condes saben que su modo de ser lo lleva al uso de la constancia, del impacto mediático y del acercamiento al sentido común de las personas. Nada más lejano a Lavín que el buscar conflictos y meterse en polémicas. Pero no hay que equivocarse, si el recurso que le queda es el de dar la pelea, lo va a hacer. Y no le han dejado otra salida.

Si alguien logra que un profesional de la paciencia se irrite, no puede, además, echarle la culpa de lo que está pasando. Pese al propio gobierno, el candidato presidencial de la derecha está tratando de darle una salida.

Lavín es un político demasiado experimentado como para no darse cuenta de que el gobierno ha sido derrotado y que lo seguirá siendo, de no mediar un cambio de conducta. Si no partimos de esta constatación, estaremos desorientado, tanto como tratar de entender la situación política guiándose por las palabras de la ministra vocera.

La salida propuesta por Lavín, en defensa de su posición política, es sensata: asociar el retiro de fondos de las AFP (una discusión ya perdida) a una discusión más amplia, en la que se tenga algo que ganar: el plan clase media y la reforma previsional. Si no puedes vencer, busca el empate.

El caso es que a la oposición también le conviene que se siga este rumbo. El colapso completo de la conducción de gobierno no favorece a nadie. No hay país que se vea beneficiado por la anarquía o por la incapacidad de gobernar. La centroizquierda tiene un curso de acción que le permite triunfar. El calendario institucional, ya acordado, es garantía de su éxito.

La oposición no está preparada para que la administración Piñera se desfonde rápido. Su proceso de convergencia está en pañales y no saldrá antes de su cuna porque la casa se esté incendiando. Necesitamos tiempo y el gobierno no sabe qué hacer, en estas condiciones lo que queda es salvarlo de sí mismo.