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Fuego Patagonia: De Hielo a Flores – Francisco Cárdenas Marusic – Guía naturalista

Fuego Patagonia:  De Hielo a Flores – Francisco Cárdenas Marusic – Guía naturalista

     La Patagonia nos sorprende con un bello espectáculo visual, sobre todo en primavera y verano. Los árboles que perdieron sus hojas en otoño e invierno, nuevamente las recuperan en estas estaciones y los arbustos nos enseñan sus flores y frutos. En el suelo encontramos flores de diferentes colores, formas y tamaños y también diferentes frutos, la mayoría de ellos comestibles. Este ciclo se repite años tras año en la madre tierra y todo pareciera estar en perfecto equilibrio y armonía. Pero no siempre ha sido así, tenemos que tener presente que:   

¡Al Comienzo Era el Hielo!. 

     Efectivamente, como sabemos, la Patagonia estuvo cubierta en buena parte por una gran masa de hielo cuaternario cuyo retroceso se estima, comienza fuerte hace unos doce mil años. De ese momento en adelante comienza a producirse un “mágico” proceso –es un proceso natural pero me gusta llamarlo “mágico”- pues al derretirse el hielo, va quedando expuesta una gran superficie de roca, generalmente metamórfica, la que paulatinamente va albergando los primeros organismos como líquenes, algas y musgos cuya adherencia a la roca anfitriona permite más tarde la formación de suelo vegetal donde más tarde crecerán arbustos rastreros, arbustos mayores y finalmente el bosque. Eficaces transportadores de semillas son las aves y animales, el agua y por supuesto, el viento patagónico. 

     La geología y el retroceso glacial nos han legado regiones biogeográficas y ecosistemas maravillosos cada uno (a) de ellos con sus especiales características climáticas y especies vegetacionales propias, aunque muchas de ellas se comparten. Entre las regiones biogeográficas tenemos el archipiélago occidental, la cordillera andina, la pre cordillera oriental y la estepa patagónica.  

Montañas, canales, fiordos, glaciares, mares interiores, intermareales, turberas, por ejemplo, son ecosistemas cada uno de ellos dignos de ser descritos aparte. 

     Existen sectores de la Fuego Patagonia donde es posible observar como los árboles crecen en una delgada capa de suelo vegetal adherida a la roca, algunas veces esta capa es de solo un par de centímetros. Imagine el lector la capacidad de aquellos árboles de permanecer de pie durante y después de un temporal de viento como los que se suelen dar en Patagonia.  Aquellos árboles que por diversos motivos simplemente se caen, contribuyen al reciclaje de suelos y al crecimiento de renuevos. En todos estos sectores es posible encontrar flores hermosas y de diferentes colores también frutos muy conocidos y que son un exquisito refrigerio para el caminante. El reino “fungi” también está presente, es decir el mundo de hongos y setas -cuya mención en más detalle no alcanzaría en esta pequeña columna – algunos nos sorprenden con sus bellos colores y texturas; también encontramos bellas orquídeas y helechos por nombrar algunos. 

     No es la intención hablar de botánica en estas líneas, para ello existen los botánicos, personas estudiosas y apasionadas que sin duda nos enseñarían miles de cosas interesantes. La idea es tan solo introducir al lector en el concepto básico del poblamiento vegetacional de la región y ojalá motivarlo a visitar la naturaleza, el bosque, la estepa, la montaña, etc., y disfrutar de lo que gentilmente la naturaleza nos regala. 

     Hoy en día hay un nuevo concepto es el “bosque en miniatura”, es decir, todo lo que ocurre a nuestros pies y que generalmente no vemos por que no estamos atentos o simplemente no lo conocemos; es el mundo de los líquenes, musgos, hepáticas y antocerotes, etc., perfectas y bellas obras de arte creadas por la naturaleza. Lo anterior, ha dado pie a otro tipo de turismo, lo conocemos como “turismo con lupa”. Consiste en ir al bosque con un lente de aumento –lupa- y descubrir este mundo diferente. Turistas, gente local, profesores con sus alumnos ya comienzan a descubrir el reino vegetal pequeñito a la vez que grande del turismo con lupa. Cabe destacar que la región completa es rica en estos organismos, muy especialmente el archipiélago fueguino hasta Cabo de Hornos. 

     Todavía tenemos hielo en Patagonia, esto quiere decir que el concepto mencionado al comienzo, el retroceso glacial, no se ha detenido, muy por el contrario. Un buen ejemplo es el glaciar Grey en el parque nacional Torres del Paine que ha sufrido en los últimos años grandes desprendimientos dos de ellos del tamaño de una cancha de fútbol. La roca allí expuesta –lo más probable- será poblada vegetacionalmente en algunos años, conforme a lo ya descrito.  

     Si en algún momento de su vida se encuentra frente a algún glaciar, tome una foto, o varias, ellas serán un testimonio para sus hijos o nietos para que comparen el día de mañana como ha cambiado el sector; la naturaleza sigue su curso sin detenerse. 

     A disfrutar de la naturaleza, la Patagonia nos espera… 

Francisco Cárdenas Marusic 

Guía Naturalista – Patagonia Chilena .