contadores web

La creación de una estación espacial en Punta Arenas.

La creación de una estación espacial en Punta Arenas.

Ya hace un par de años os avisamos desde ovejeronoticias.cl, de la intención declarada por el entonces ministro de Defensa, de desarrollar una constelación de satélites chilenos. Sebastián Piñera, por su parte, afirmaba que la idea era poner en órbita un total de diez satélites en un período de cinco años, para lo que anunció la puesta en marcha del Sistema Nacional Satelital (SNS).

Como parte de esta iniciativa, el pasado abril la Intendencia de Magallanes y la Antártica ha firmado un convenio con Baldo Prokurica, Ministro de Defensa Nacional, para promover proyectos satelitales en la región. Se ha anunciado una inversión cercana a los 7 millones de dólares para la construcción de una estación satelital en la Base Aérea “Chabunco”, en Punta Arenas.

Los satélites artificiales

Actualmente, contamos casi con 6000 satélites artificiales en el espacio, de los cuales solo 2666 funcionan y un 60 % es ya basura espacial (dejaron de funcionar). Pero no todos estos satélites se han fabricado con la misma finalidad.

Si atendemos a la función de los satélites artificiales, podemos encontrar distintos tipos. Los astronómicos son los más famosos, aquellos que se lanzan para explorar el espacio exterior, observar planetas, galaxias, asteroides o cualquier otro objeto astronómico. También para observar, evaluar, medir o predecir las condiciones climáticas de la Tierra, se envían al espacio los satélites meteorológicos.

Los satélites de reconocimiento o espía observan, pero su misión tiene fines militares o está dirigida al ámbito de la inteligencia artificial. También podemos hallar satélites de navegación, archiconocidos por ser los usados por los sistemas de localización GPS, GLONASS, o Galileo; o los satélites de energía solar, desplegados en el espacio para captar la energía solar y redireccionarla a las antenas de nuestros hogares.

Asimismo, gozan de popularidad los satélites de comunicaciones, dedicados a transmitir y efectuar comunicaciones, como su propio nombre indica. Sus aplicaciones son muy diversas: radio, TV o Internet, entre otras. Sin embargo, es importante aclarar que este tipo de satélites no interviene en tu conexión móvil diaria cuando, por ejemplo, accedes a tu Instagram para ver los comentarios a tu último post, o cuando entras en plataformas como VSO e indagas en las reseñas de expertos para elegir casino online para echar unas tiradas de slots. Y tampoco lo utilizas, cuando haces compras en Amazon o subes tu último vídeo de TikTok. Pues, lejos de lo que suele creerse, las aplicaciones de este tipo de satélites en las comunicaciones vía Internet a nivel usuario son limitadas y salen caras si vives en ciudad.

Por el contrario, estos satélites sí cumplen un importante papel en lugares remotos y aislados de la humanidad (de esos de los que quedan pocos), donde no llegan ni la telefonía convencional ni el cable. En estos escasos emplazamientos, solo el satélite puede ofrecer alguna opción de comunicación.

Además, es importante recordar que son pocos los países con capacidad tanto tecnológica como económica para enviar satélites artificiales al espacio. La Unión Soviética dio el pistoletazo de salida enviando el Sputnik I en 1967 y, desde entonces, otros países se han sumado a la empresa espacial. Venezuela, por ejemplo, cuenta con tres satélites en órbita, una hazaña que ha logrado llevar a cabo la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), con la cooperación del gobierno Chino.

En nuestro caso, el gobierno chileno expresó en 2019 su intención de participar del proceso de construcción satelital con la producción de micro y nanosatélites. Se espera que entre este 2021 y 2025, nuestro país cuente con tres microsatélites en órbita y que, a partir de entonces, se dedique a la fabricación de otros siete minisatélites con la ayuda de un grupo de ingenieros y técnicos procedentes de las más reconocidas universidades del país.

El proyecto de la estación satelital de Punta Arenas

El gobierno chileno lo tiene claro. Para ellos, Punta Arenas y toda la región en que se integra son, en conjunto, un punto estratégico para el desarrollo del país y del recién creado SNS.

La estación satelital, que se espera esté operativa para finales del año 2022, estará dotada de un Data Center y un sistema de procesamiento Big Data. También pondrán en marcha, en unión al proyecto, un programa educacional, aún piloto, para involucrar a la comunidad educativa de la región en temas satelitales y de investigación científica. En este aspecto, contaremos con la colaboración de The Ramon Foundation de Israel y del Columbia Space Lab. Esta última entidad se encargará de los programas de capacitación y difusión para escolares. Asimismo, se celebrarán convenciones online, proyectos de desarrollo sostenible con tecnologías espaciales y eventos como la Hackathon.