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Avispa chaqueta amarilla: SAG Magallanes recuerda realizar medidas de control para evitar molestias en verano

Avispa chaqueta amarilla: SAG Magallanes recuerda realizar medidas de control para evitar molestias en verano

Un nido puede albergar hasta 3000 ejemplares de esta especie, por lo que la efectiva captura y control de una reina de avispa chaqueta amarilla, evitaría el vuelo de miles de obreras durante la temporada estival.

Punta Arenas, 28 de octubre de 2021. Conocida científicamente como Vespula germánica sp., cada verano, este dañino y molesto insecto volador interrumpe la vida al aire libre, paseos, asados y picnics de las distintas comunidades ubicadas entre las regiones de Atacama y Magallanes. Y es que la carnívora avispa chaqueta amarilla, especie que llega a Chile en los años 70, se alimenta de productos ricos en carbohidratos y proteínas como polen, frutas, carne, así como también de otros insectos como las abejas, pudiendo atacar animales, aves y personas en su búsqueda por comida.

Y si bien, es entre febrero y abril de cada año cuando la población de chaqueta amarilla alcanza su mayor visibilidad en términos de cantidad de ejemplares en vuelo, es entre octubre y noviembre cuando la comunidad puede realizar un efectivo control de este insecto, ya que en este período sólo hay presencia de reinas que aún no comienzan a producir nuevas avispas tras su letargo invernal.

Ricardo Ruiz Paredes, ingeniero agrónomo y encargado regional de protección agrícola y forestal del Servicio Agrícola y Ganadero de Magallanes, explica que “a diferencia de otras regiones, en Magallanes esta plaga no tiene significancia económica, no obstante, el daño que produce se asocia al grave impacto social que ocasiona, al colonizar áreas de esparcimiento y recreación, pudiendo causar consecuencias en el ámbito de la salud humana y del turismo”.

“Por lo anterior, y en atención a que SAG no cuenta con la capacidad técnica ni humana para asistir a la comunidad cuando la población de avispas alcanza su peak, y se convierte en plaga, es que nuestra misión se centra en orientar a la ciudadanía para que, de manera simple, impida que estos insectos se propaguen”, puntualiza Ruiz.

Existe una gran variedad de insectos que, por su similitud, suelen ser confundidos entre sí, como abejas, abejorros y avispas. La mayoría de estos insectos son benéficos (polinizadores), por ello, antes de efectuar un control de insectos, es importante identificar de cual se trata, a fin de no dañar especies benéficas para el medio ambiente.

Las trampas se construyen con botellas desechables de plástico. Para ello, a una botella de 1 a 2 litros se le hace un agujero en la zona media o en el tercio superior. Desde el cuello se cuelga un cebo proteico (carne de cualquier tipo, vienesas o longaniza) el cual debe ser reemplazado cada tres días. La botella se llena con agua con detergente (sólo una pizca o gotas, para evitar el exceso de espuma) hasta la abertura y cada unidad debe ser instalada a unos dos metros de altura y en sitios protegidos del viento y del sol. Al revisar la trampa, asegúrese de que las avispas caídas estén muertas y entiérrelas. Cabe recordar que la aplicación de productos químicos podría dañar otros insectos benéficos para el ecosistema, por tanto, la utilización de estas trampas es el método de prevención y control más recomendable.

Ante dudas o consultas sobre la avispa chaqueta amarilla, o si requiere información para el control de este insecto, u otras materias silvoagropecuarias, escríbanos al correo contacto.magallanes@sag.gob.cl.