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Las remesas de los migrantes a sus países de origen en América Latina crecieron un 9.3% en 2022, a pesar de las crisis

Las remesas de los migrantes a sus países de origen en América Latina crecieron un 9.3% en 2022, a pesar de las crisis

Las remesas a los países de ingreso bajo y mediano enfrentaron factores adversos en el ámbito mundial en 2022, pero experimentaron un crecimiento aproximado del 5 %, hasta alcanzar los USD 626 000 millones. Esta cifra es muy inferior al aumento del 10,2 % que se registró en 2021, según la Reseña sobre migración y desarrollo (i) publicada en forma más reciente por el Banco Mundial.

Se estima que las remesas a América Latina y el Caribe han aumentado un 9,3 % en 2022, hasta alcanzar los USD 142 000 millones. Los datos correspondientes a los primeros nueve meses de 2022 indican un aumento del 45 % para Nicaragua, un 20 % para Guatemala, un 15 % para México y un 9 % para Colombia. El crecimiento del empleo de los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos contribuyó a los flujos de remesas. A su vez, las remesas recibidas por migrantes en tránsito también contribuyeron a flujos sólidos en México y América Central. Las remesas, como porcentaje del PIB, superaron el 20 % en El Salvador, Honduras, Jamaica y Haití. En 2023, es probable que las remesas tengan un crecimiento más moderado, del 4,7 %, debido a las perspectivas económicas menos favorables en Estados Unidos, Italia y España. El costo de enviar USD 200 a la región ascendió, en promedio, al 6 % en el segundo trimestre de 2022, en comparación con el 5,6 % registrado el año anterior.

Las remesas son una fuente esencial de ingresos para los hogares de los países de ingreso bajo y mediano. Alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociadas a un mayor peso al nacer y tasas de matriculación escolar más elevadas entre los niños de hogares desfavorecidos. Los estudios indican que las remesas ayudan a los hogares receptores a fortalecer su resiliencia, por ejemplo a través del financiamiento de una vivienda más adecuada, y les permiten afrontar las pérdidas después de un desastre.

Los flujos de remesas a las regiones en desarrollo se vieron afectados por varios factores en 2022. A medida que la pandemia de COVID-19 disminuía, la reapertura de las economías receptoras respaldó el empleo de los migrantes y su capacidad para continuar ayudando a sus familias en su país de origen. El aumento de los precios, por otra parte, incidió de manera adversa en los ingresos reales de los migrantes. Otro factor que influye en el valor de las remesas es la valorización del rublo, que se tradujo en un mayor valor, en términos del dólar estadounidense, de las remesas procedentes de Rusia con destino a Asia central. En el caso de Europa, el debilitamiento del euro tuvo el efecto opuesto de reducir el valor en dólares estadounidenses de los flujos de remesas con destino al Norte de África y a otros países. En los países que sufrieron escasez de divisas y establecieron múltiples tipos de cambio, los flujos de remesas registrados oficialmente disminuyeron a medida que se optaba por efectuar las remesas a través de canales alternativos que ofrecían tipos de cambio más convenientes.

“Los migrantes contribuyeron a atenuar la rigidez de los mercados laborales en los países anfitriones mientras ayudaban a sus familias a través del envío de remesas. Las políticas inclusivas de protección social han ayudado a los trabajadores a capear las incertidumbres en materia de ingresos y empleo creadas por la pandemia de COVID-19. Dichas políticas generan impactos mundiales a través de las remesas y se deben seguir aplicando”, afirmó Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.

A nivel regional, África podría ser la región más perjudicada por las crisis simultáneas, incluida la grave sequía y el alza de los precios internacionales de la energía y los productos básicos alimentarios. Se calcula que las remesas a África subsahariana han aumentado un 5,2 %, en comparación con el 16,4 % registrado el año pasado. En otras regiones, se estima que los flujos de remesas han crecido un 10,3 % en Europa y Asia central, donde el aumento de los precios del petróleo y la demanda de trabajadores migrantes en Rusia respaldó las remesas, además de los efectos de la valorización de la moneda. En Ucrania, las remesas registraron un aumento aproximado del 2 %, una cifra inferior a las proyecciones anteriores, debido a que los fondos se enviaron a los países que habían recibido a los ucranianos. Asimismo, es probable que haya aumentado el volumen de dinero entregado en mano. Se calcula que los flujos de remesas crecieron un 9,3 % en América Latina y el Caribe, un 3,5 % en Asia meridional, un 2,5 % en Oriente Medio y Norte de África y un 0,7 % en Asia oriental y el Pacífico. En 2022, por primera vez un país individual, India, va camino a recibir remesas anuales por valor de más de USD 100 000 millones.

En una sección especial sobre la migración impulsada por el clima, en la reseña se subraya que el aumento de las presiones derivadas del cambio climático generará un incremento de la migración dentro de cada país y restringirá los medios de subsistencia. Es probable que las personas más pobres sean las más afectadas, pues suelen carecer de los recursos necesarios para adaptarse o para trasladarse a otro lugar. De acuerdo con los estudios realizados, la migración puede desempeñar un papel importante para afrontar los impactos climáticos, por ejemplo, al proporcionar una vía de escape de los desastres, y también a través del envío de remesas y otras formas de ayuda a los hogares afectados. A fin de afrontar el desafío de la migración relacionada con el clima, en particular en el contexto de la movilidad transfronteriza, como sucede en el caso de los pequeños Estados insulares, es probable que sea necesario modificar las normas jurídicas internacionales y los marcos institucionales en materia de migración.

“A lo largo de la historia, la respuesta de las personas ante el deterioro de las condiciones climáticas ha sido desplazarse para sobrevivir. A efectos de gestionar el desplazamiento en las regiones afectadas, así como el ingreso de personas en las comunidades receptoras, será necesario planificar una migración segura y regular como parte de las estrategias de adaptación”, explicó Dilip Ratha, autor principal de la reseña y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD). “En las estrategias nacionales y regionales de desarrollo, se debe tener en cuenta la migración derivada del clima”, agregó.

Otro de los datos que se incluyen en la reseña es el costo de enviar USD 200 a países de ingreso bajo y mediano, que continúa siendo elevado y asciende, en promedio, al 6 % en el segundo trimestre de 2022, según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo. El envío de dinero a través de los operadores de telefonía móvil es menos costoso (3,5 %), pero los canales digitales representan menos del 1 % del volumen total de las transacciones. Las tecnologías digitales permiten ofrecer servicios de envío de remesas más rápidos y menos costosos. No obstante, la carga que impone el cumplimiento de las reglamentaciones en materia de lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo sigue limitando el acceso de nuevos prestadores de servicios a bancos corresponsales. Estas reglamentaciones también inciden en el acceso de los migrantes a servicios de remesas digitales.