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Rayas tu ciudad y ofendes a todos los habitantes | Manuel Luis Rodríguez

Rayas tu ciudad y ofendes a todos los habitantes | Manuel Luis Rodríguez

Para aquellos magallánicos que han tenido la suerte o la oportunidad de viajar a Europa y recorrer las calles de Londres, Madrid, Roma, Paris, Bruselas, Berlín o Praga o Varsovia, seguramente les ha llamado la atención el orden y limpieza que presentan las ciudades europeas en general.

Grandes avenidas, anchas veredas, buses de transporte público limpios, parques y jardines ordenados y cuidados, edificios públicos, monumentos y estatuas impecables.

En cambio, para aquel europeo que ha tenido la oportunidad de viajar a Chile e incluso a la Patagonia y recorre las calles de Punta Arenas, mencionan con frecuencia el estado de descuido, la falta de aseo y en especial los rayados que inundan edificios, monumentos, casas comerciales y espacios públicos. Un turista suizo que encontramos en enero de este año en el centro de Punta Arenas comentó: «en Ginebra, mi ciudad natal, no se me ocurriría jamás rayar un edificio o un monumento o una plaza, porque es mi ciudad y sería una falta de respeto para todos los habitantes ginebrinos…»

Es una cultura y una conciencia cívica que se aprende cotidianamente en la escuela, en la familia y en todo el entorno social de cada persona desde su infancia.

Hay que diferenciar el mural artístico y el grafitti ornamental que presenta colores y figuras significativas para los habitantes y transeúntes, de aquellos rayados que contienen palabras, frases o símbolos y que han sido hechos a escondidas en cualquier pared o superficie del espacio público. En la mayoría de las ciudades de los países desarrollados, el grafitti y el mural están reglamentados y autorizados. Y los habitantes de la ciudad respetan esas reglas.

A veces me pregunto: esos grafiteros furtivos que rayan casas, paredes, fachadas y edificios ajenos, ¿tienen rayadas también las paredes y fachadas de sus casas?

Si usted recorre la plataforma Youtube y busca ciudades del mundo, descubrirá el estado de cuidado y limpieza que presentan sus parques, plazas, avenidas y edificios públicos: no hay papeles ni mascarillas lanzadas al piso, ni perros sueltos, ni caballos sueltos, ni basureros donde la gente abandona sus desechos. En Tokio o en Hamburgo puede usted ver -a través de un video en Youtube- que si un transeúnte encuentra un papel botado en la vereda, lo recoge y lo lanza en el basurero más cercano, o en Moscú podrá apreciar a los moscovitas en el parque Gorki fotografiándose en los jardines repletos de flores, y oh sorpresa!… a ninguno se le ocurriría robarlas o pisotearlas.

Se llama cultura cívica y la cultura cívica no la venden en el supermercado.