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De México a Ecuador y de Costa Rica a Uruguay: la violencia del narcotráfico se extiende en América Latina | José Denis Cruz

De México a Ecuador y de Costa Rica a Uruguay: la violencia del narcotráfico se extiende en América Latina | José Denis Cruz
Carlos Duran Araujo | Agencia EFE

Por José Denis Cruz El 17 de octubre de 2019, la ciudad de Culiacán, en el norteño estado mexicano de Sinaloa, vivió horas de terror producto de la violencia del narcotráfico que aqueja a esa nación de América Latina desde hace décadas. Ese día, convoyes de fuerzas policiales y militares ejecutaron un operativo para arrestar a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, pero fueron recibidos por hombres armados desatándose así un enfrentamiento que derivó en quemas de vehículos, bloqueos de carreteras, cierre de negocios y la suspensión de clases por varios días. El hijo del Chapo fue liberado después de ser capturado como una medida para “salvar vidas” ante el caos que se apoderó de la localidad. 

A 4.251 kilómetros de Sinaloa, en Guayaquil, Ecuador, ocurrieron hechos violentos similares el 9 enero de 2024. Grupos armados interrumpieron en una transmisión en vivo de un canal de televisión local de la ciudad, secuestraron a policías, se tomaron penitenciarías y quemaron vehículos. Mientras, la población se vio obligada a resguardarse en sus casas ante una jornada violenta que escaló después de que se fugara de la cárcel el líder criminal José Adolfo Macías, alias Fito; y el presidente Daniel Noboa decidiera declarar el estado de excepción. La violencia llegó al extremo de obligar al mandatario ecuatoriano a reconocer la existencia de “un conflicto armado interno”. 

¿Qué tienen en común las escenas descritas en esas dos ciudades? Que ambas retratan la crisis de seguridad por la violencia del narcotráfico y el crimen organizado que se ha extendido desde México a los demás países de América Latina y que amenaza a naciones hasta ahora ajenas a este problema, o “blindadas”, como Costa Rica o Uruguay, según expertos consultados por Newtral.es. 

“Lo que vemos en América Latina es una expansión de las actividades del narcotráfico, principalmente de dos grandes grupos de macrocriminalidad de México: el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, este último clonando la colonización del Cártel de Sinaloa en Chile, Ecuador y Argentina”, explica a Newtral.es David Saucedo, analista de Seguridad radicado en México. Los especialistas en temas de seguridad consultados por Newtral.es coinciden en que tanto el Cártel de Sinaloa como el Cártel de Jalisco Nueva Generación, actualmente rivales, están usando los demás países de Sudamérica como punto estratégico para la distribución de drogas. 

Esa situación ha hecho que la inseguridad, el crimen organizado y el narcotráfico, en su conjunto, sean considerados el principal riesgo de América Latina, según una encuesta del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CEIUC) publicada recientemente. Ante el aumento de la violencia por el narcotráfico, Elizabeth Dickinson, analista sénior de la organización no gubernamental International Crisis Group, enfatiza en la necesidad de una respuesta “fuerte” contra las bandas criminales, pero eso debe pasar por abordar los temas de fondo que históricamente afectan a la región, como la desigualdad y la pobreza, que se profundizaron tras la pandemia de COVID-19.

El caso de Ecuador: la nueva ruta de los narcotraficantes para exportar droga

La violencia por el narcotráfico no es un problema reciente en América Latina, pero hasta hace algunos años afectaba principalmente a México, Honduras, El Salvador, Guatemala, Colombia y Venezuela, es decir, a los países situados en la ruta para el trasiego de drogas del sur al norte del subcontinente americano. Sin embargo, la desmovilización de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), que controlaban parte de la producción de cocaína, y los operativos de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en el Caribe han obligado a los narcotraficantes a buscar otras rutas para exportar la droga a América del Norte y Europa, agrega Saucedo. 

De ahí que Ecuador, que alguna vez fue un país pacífico, hoy sea uno de los más violentos de la región, con una tasa de homicidios que aumentó un 407% entre 2016 y 2022, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), que atribuye el problema a la intensificación de la competencia violenta entre bandas rivales de narcotraficantes.

“Los cárteles de narcotráfico de México tienen un plan de expansión en América Latina”, advierte Saucedo. En esa misma línea, la experta Dickinson explica a Newtral.es lo que vive América Latina con el narcotráfico: “La situación de la reconfiguración en el mercado de las economías ilícitas, como el narcotráfico, es bastante grave en la región”. En los últimos tres años, las autoridades de Ecuador han incautado más de 200 toneladas de cocaína anuales, convirtiéndose en el tercer país del mundo que más decomisa, solo por detrás de Colombia y Estados Unidos.

Aunque hay algunos factores territoriales que han hecho de Ecuador un punto clave para la exportación de droga –por su cercanía con Colombia y Perú, que son dos de los tres países que más cocaína producen–, los expertos consultados por Newtral.es ponen de relieve otros motivos que explican cómo los tentáculos de los cárteles mexicanos luego se extienden a otros países, por ejemplo, las pandillas callejeras, la fragilidad de los sistemas penitenciarios y la falta de control policial de las calles. 

En Ecuador operan 22 bandas criminales que se disputan el control territorial como lo hacen en México los cárteles mexicanos. Esto desencadena hechos violentos sin precedentes como el magnicidio del aspirante presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, quien denunció amenazas de muerte de Los Choneros, un grupo presuntamente vinculado con el Cártel de Sinaloa. 

“Los cárteles robustecieron a las mafias ecuatorianas para que realizaran sobornos de autoridades y actividades logísticas del traslado de la droga. Eran mafias juveniles que se encargaban de robos, pero los mexicanos les dieron armas y conocimiento en crimen organizado”, valora el experto Saucedo. En Ecuador, Los Choneros y el grupo de Los Tiguerones trabajan con los cárteles mexicanos en el almacenamiento y exportación de drogas a través de Guayaquil, una ciudad costera del Pacífico.

La expansión del narco y la violencia trastoca a países “pacíficos” de América Latina 

Costa Rica, pequeña nación centroamericana de más de 51.000 kilómetros cuadrados de extensión con costas en el Pacífico y el Caribe y exuberantes montañas, ha dejado de ser un oasis de paz en el istmo que une el norte y sur de América. En los últimos dos años, Costa Rica, con una población de 5,1 millones de personas, ha registrado altas tasas de homicidios, pasando de 654 en 2022 a 881 en 2023. El 2023 fue el año más violento de su historia producto de una “mexicanización del crimen organizado y del narcotráfico” que han penetrado en los grupos delincuenciales nacionales y regionales, según reconoció el pasado septiembre Mario Zamora, ministro de Seguridad Pública de ese país. 

El territorio de ese país también es usado por el narco colombiano para trasladar drogas hacia Estados Unidos. El pasado junio, las autoridades costarricenses advirtieron de que narcotraficantes locales estaban formando un “megacartel”. El año pasado, una investigación periodística del diario mexicano El Universal reveló que el Gobierno de Rodrigo Chaves presuntamente negoció con cárteles del país azteca para reducir los homicidios. Aunque la publicación fue desacreditada por el propio mandatario costarricense, la Fiscalía inició una investigación al respecto. 

John Walsh, director para Política de Drogas y los Andes de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), dice a Newtral.es que Costa Rica también está sufriendo la expansión del crimen organizado y el narcotráfico. “Una dimensión es el decaimiento de inversiones y programas sociales y que no hay futuro para muchos jóvenes, que son reclutados por bandas criminales locales. Es un fenómeno en América Latina relacionado con la desigualdad”, agrega. 

“El grueso de la violencia se deriva de disputas entre bandas dedicadas al narcotráfico, en particular por el control del puerto de Moín, en la provincia de Limón, centro clave para el transporte de cocaína hacia Europa”, señala el centro de pensamiento Insight Crime sobre el narcotráfico en Costa Rica. La violencia generada por el crimen organizado y el narcotráfico, además de a Costa Rica y Ecuador, ahora se ha extendido a otras naciones de Sudamérica.

El libro El negocio del crimen: El crecimiento del delito, los mercados ilegales y la violencia en América Latina, publicado por el argentino Marcelo Bergman, plantea que en América Latina el narcotráfico ha aumentado incluso en países como Uruguay, Argentina y Chile. “La delincuencia ha aumentado en todos los países latinoamericanos en los últimos veinticinco años, y la región se ha convertido en la más violenta del mundo”, escribe Bergman. Su planteamiento es sustentado por varios informes de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

El IV Estudio Mundial sobre Homicidios, de ONUDD, precisa que las tasas promedio de homicidios con armas de fuego, según estadísticas de 2021, fueron de 9,3 por cada 100.000 habitantes para Sudamérica, de 16,9 para Centroamérica, y de 12,7 para el Caribe.

La investigación titulada Política criminal y desarrollo chapucero en la América Latina contemporánea, publicada por la Universidad de Cambridge, analiza la evolución del narco en Paraguay, Chile, Perú y Uruguay y cómo la política criminal ha penetrado en organizaciones clave a nivel nacional, como los partidos políticos. “La violencia se ha convertido en un rasgo distintivo de las sociedades latinoamericanas contemporáneas, y está profundamente influenciada por la industria de la droga”, señalan. 

El Cono Sur de América y la propagación de las pandillas locales 

En Argentina, la ciudad de Rosario ha enfrentado en los últimos años una situación de violencia por la disputa del control territorial de las bandas de narcotraficantes, aunque Raúl Benítez Manaut, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica a Newtral.es que la expansión de la violencia hacia Sudamérica se debe a las pandillas y la falta de control policial. “Es una violencia callejera, pero se combina en Argentina con una tremenda crisis económica”, puntualiza el investigador.

Un análisis de Insight Crime de 2022 advertía de que la propagación de la violencia durante la última década en Rosario, una de las ciudades más importantes de la provincia de Santa Fe, coincide con la propagación gradual de la banda Los Monos, así como con el reclutamiento por parte de este grupo de bandas más pequeñas en toda la ciudad. 

En Argentina, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, denunció recientemente que tuvo que desplazar a su familia por las intimidaciones que recibió tras ordenar la reubicación de narcos y sicarios en una prisión. 

En Chile también hay preocupación por el avance del narco. De acuerdo con Insight Crime, si bien Chile evitó durante mucho tiempo el tipo de actividad criminal y las pandillas que plagaron a otros países, “ese ya no parece ser el caso”. El pasado diciembre, el presidente Gabriel Boric hizo un llamamiento a no permitir que la delincuencia deteriore las instituciones de su país. Igualmente, su homólogo argentino Javier Milei se ha comprometido a luchar contra el narcotráfico y el terrorismo. 

“Naciones como Argentina y Chile, si no toman las medidas apropiadas, estarían siguiendo el camino de Ecuador. Las mafias mexicanas del narcotráfico se están expandiendo porque son empresas transnacionales”, señala David Saucedo, analista en Seguridad. Lo que pasó en Argentina con Pullaro suele ser, desde la valoración de Saucedo, una respuesta del narco cuando los gobernantes deciden combatirlos y no pactar.

El experto advierte, además, de que el narcoterrorismo, como el vivido en México, Colombia y Ecuador, podría asentarse en otros países de América Latina. “El combate al narco provoca que se levanten en armas y ataquen a la población civil y busquen erosionar la democracia, atentado contra líderes políticos”, agrega Saucedo.  

Pese a la ola de violencia, América Latina no ha impulsado una estrategia común para enfrentar al narcotráfico debido a las complejidades políticas y sociales de cada país, aunque algunos gobiernos (México, El Salvador, Colombia y Ecuador) han recurrido a los militares. Esa opción, dicen los expertos, no siempre es efectiva.

Fuentes

Entrevista con Raúl Benítez Manaut, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Entrevista con John Walsh, director para Política de Drogas y los Andes, WOLA, Estados Unidos

Entrevista con David Saucedo, analista en Seguridad en América Latina

Elizabeth Dickinson, analista senior para el organismo International Crisis Group

Informe del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Datos de homicidios en América Latina, Informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito

Publicaciones de Insight Crime sobre la violencia del narcotráfico en América Latina

El crecimiento del delito, los mercados ilegales y la violencia en América Latina, libro de Marcelo Bergman

“Política criminal y desarrollo chapucero en la América Latina contemporánea”, Universidad de Cambridge