Punta Arenas en 1862: los trabajos del Gobernador Jorge Schythe
Existen pocos testimonios escritos acerca del trabajo en los primeros decenios pioneros de la colonia de Magallanes. El historiador se ve obligado a recurrir a las fuentes disponibles, muchas de ellas inéditas, para deducir de sus contenidos, el esfuerzo que significaba vivir y tratar de surgir en las desoladas tierras patagónicas por aquellos años.
El siguiente documento, un inédito informe del emprendedor Gobernador Jorge Schythe a las autoridades de Santiago, ilustra el estado de la colonia de Punta Arenas en 1862.
Comienza Schythe haciendo una descripción geográfica del sector.
“El territorio de Magallanes, considerado como una región de terrenos cultivables y colonizables comprende el costado oriental de la península triangular (:llamada de Brunsuvick:) que forma la extremidad austral del continente americano.
Su mayor extensión que coincide casi exactamente con el meridiano, es de cerca de sesenta millas marítimas, contadas desde el cabo de San Isidro en la latitud de 53 47´ i hasta la isla de Isabel cosa de un grado mas al norte.
Mas allá de este último punto principian las pampas en cuya inmensa extensión andan vagando los indios patagones al sur y al oeste del cabo de S. Isidro, las bahías y ensenadas reciben frecuentes visitas de los indios fueguinos de la anchura de este territorio es imposible formarse una idea exacta, mientras el espeso monte que lo cubre, hace el progreso hacia interior sumamente trabajoso. Una serranía que en el Sur alcanza a la altura de 790 metros, y va bajando hacia el norte hasta perderse totalmente en la latitud de la precitada isla, lo limita al oeste quitando en los vientos de este cuadrante una gran parte de su fuerza los declives orientales de esta serranía y los terrenos llanos en que se continúan hasta la playa, constituyen el territorio de que se trata, y abundan en todos los recursos indispensables para su colonización como son: buenos pastos, leña y maderas de construcción y aguas corrientes.”
A continuación el Gobernador describía las condiciones de la navegación y las bahías más accesibles para constituirse en puertos seguros de recalada. Decía al respecto:
“Los principales puertos que se encuentran en la costa de este territorio, contados al sur para el norte son el puerto de San Felipe,la bahía de Agua Fresca y la bahía de Laredo pero se puede decir que casi en toda su extensión ofrece un abrigo seguro contra los vientos reinantes del oeste a los buques que se vayan a tomar fondeadero a la distancia a una a dos millas de la costa.
El estrecho de Magallanes alcanza en esta parte a su mayor anchura de 13 a 16 millas, con una corriente casi imperceptible y sin escollos o bancos que puedan hacer su navegación peligrosa.
Atravesándolo se llega a la grande isla, llamada Tierra de Fuego, en la cual vive una raza de indíjenas que forman como un territorio medio entre los indios fueguinos de as islas situadas mas al sur y oeste, y los patagones del continente. Aqui no hai ninguna comunicacion entre las dos opuestas orillas del estrecho, contrario a lo que sucede en las partes mas angostas de lso canales occidentales los que con frecuencia pasan los fueguinos en sus frájiles canoas.”
Y al hacer una cierta reminiscencia histórica de los orígenes de la colonia de Magallanes, Schythe describía las condiciones del primer asentamiento colonial en Magallanes y el emplazamiento de Punta Arenas en los siguientes términos:
“La primera colonia fundada en este territorio por el gobierno de Chile fué la de San Felipe en el puerto del mismo nombre, la cual poco más de doce años ha se trasladó treinta millas mas al norte, a poca distancia de la Punta de Arenas que le da su nombre a la actual población.
Situada esta a 113 millas de distancia de la boca occidental, domina una pequeña bahía en que fondean anualmente en termino medio una docena de buques extranjeros, en su mayor parte vapores que pasando de un océano al otro por los canales que los unen evitan así la mas incomoda navegación por el Cabo de Hornos.”
Interesante resulta anotar la referencia que hace Jorge Schythe a los barcos mercantes que atravesaban el Estrecho y fondeaban en la bahía de Punta Arenas. Estas ocasionales recaladas, fuera de constituir toda una novedad para los escasos habitantes de la colonia, daban algún trabajo ocasional a los colonos, ya sea como boteros o lancheros, en el traslado de personas y mercancías entre las naves y la playa, o en el carguío de carbón y otros productos que interesaban a sus capitanes.
El pequeño poblado de Punta Arenas era descrito por el Gobernador en estos términos:
“La población de Punta Arenas se ha levantado en una meseta que se eleva unos nueve metros sobre el nivel del mar i la separa de la playa una vega de dos a tres hectómetros de ancho.
Al norte la limita un riachuelo que toma su orijen en la serranía que mas arriba se ha mencionado y que en su curso rapido y tortuoso descubre varias capas de hulla situadas como a ocho o diez millas de distancia de la costa por cuyo motivo se le ha puesto el nombre de “rio de las minas” siendo innavegable por su poca hondura, sirve solo para surtir de agua a los habitantes de la colonia.
A cinco hectómetros poco mas o menos al sur de la población corre un otro riachuelo mas insignificante todavía que sin embargo presenta ménos dificultades que aquel para hacer aguada. Lleva el nombre de “rio del panteon “ por hallarse situado en su vecindad el cementerio. Habiéndose quemado una parte de los arboles que cubrian el terreno entre estos dos arroyos, a fin de despejarlo en la extension que se creía necesaria para trazar la población, esta se ha levantado en una situación conveniente, con libre vista sobre una considerable sección de estrecho y algun tanto protejida contra los vientos predominantes del oeste por el monte que tiene a sus espaldas.
Pero en el transcurso de los años este monte ha sufrido el deterioro consiguiente al excesivo uso que se ha hecho de su leña y maderas. Estas ya no se hallan en la vecindad de la colonia, todo arbol que pudiera dar un palo útil para la construccion, ha desaparecido en si derredor, y hasta a la distancia de cuatro o cinco millas es preciso en la actualidad internarse en el monte para encontrar arboles sanos y robustos que bajo la accion de la sierra y el hacha puedan dar las maderas que se necesiten.”
A continuación, Jorge Schythe describe el poblado en sí mismo, relato que nos permite tener una idea aproximada de los trabajos emprendidos en ese momento. Estamos en Punta Arenas, en diciembre de 1862:
“Las casas de habitación y edificios de utilidad pública que constituyen en la colonia de Punta Arenas, son todos de propiedad del Estado, habiendo sido fabricados con las maderas y los limitados recursos de la localidad. En número de 40 se hallan distribuidos en 3 calles de 14 a 15 metros de ancho, con una plaza espaciosa, un cerco de 60 metros en cuadro para el uso de la guarnición, y muchisimos otros cercos afectos al cultivo de papas y hortalizas, todas las casas son solo de un piso, las mas de ellas nuevas, firmes y bien conservadas -algunas en un estado regular de conservación- y unas pocas que llevan doce años de existencia, se hallan ahora tan deterioradas que deben demolerse para ser reemplazadas por otras de mejor construccion y mas comodidad.
Los edificios mas notables por su capacidad son: la capilla con una pequeña torre, vestíbulo, y sacristía, toda pintada; levantada en el año 1854.
La casa de la gobernacion de 16 metros de largo sobre diez de ancho, toda pintada, con ocho aposentos, un mirador, un jardincito rodeado de una reja y varias huertas cercadas con estocas en bruto, fabricado 1859-1860.-contigua al cuerpo principal está a la que contiene la cocina, cuarto de sirviente, gallinero, etc, construida 1861,- el galpón para leña, una casita separada que sirve para despensa de reserva y la antigua casa de la gobernacion en que ahora se guardan todos los articulos del inventario que no están en uso.
El cuartel, de 19 metros de largo 7,5 metros de ancho, en bastante mal estado por causa de una construccion defectuosa,-contigua a la esplanada ruinosa por el mismo motivo, en la cual se hallan montadas cuatro cañones de a 3 y 4. Dentro del recinto del cuartel se hallan tambien el cuerpo de guardia y el polvorín, los dos en mal estado.
El almacen de víveres de 21 metros de largo en regular conservación, provistos de cajones forrados en zinc.
A mas de estos edificios hai dos establos techados con tablas, el uno para las vacas con sus crías, el otro para el ganado menor.- y dos galpones, forrados y techados con tablas situados a la orilla del mar y destinados para recibir las seis embarcaciones menores que cuenta el establecimiento.
Muchas casas de habitación estan provistas de estufas de fierro colado, de las propiedad del estado y seria deseable se aumentasen con otras tantas para reemplazar los braseros y fogones que todavía se usan en las mas casas.”
Esta vívida descripción del pequeño poblado, rodeado de una amplia empalizada, se completa en este informe con el censo de sus pobladores:
El censo de los habitantes de la colonia levantado en el ultimo dia del presente año, dio resultado:
74 Hombres, todos en le servicio del estado (:a ecepcion de tres de
los que uno está condenado por fallo judicial a diez años de
confinamiento en este punto por el delito de Bigamia:)
60 mujeres
99 niños ambos sexos
233 Total almas
Todos los habitantes gozan de ración del Estado, los hombres racion completa, las mujeres y los niños de mas de un año de edad media racion, repartiendose actualmente 148 racion diarias.
De los animales no se contaban al fin del año de 1853 sino media docena de caballos, unos quince cabras y veinte y tantas aves domesticas, en el dia asciende las diferentes especies de animales a :
- cabezas de ganado vacuno
72 id:………………id: caballar,
55 id:………………id: ovejuno,
90 id:………………,id: cabruno, y
87 aves domesticas
Todas pertenecientes al Estado.
Punta Arenas, diciembre 31 de 1862”
Manuel Luis Rodríguez U.