Juez en Punta Arenas Juan Enrique Olivares presta juramento en el 6° Juzgado de Garantía de Santiago
Juan Enrique Olivares prestó juramento hoy -viernes 15 de marzo- como juez del 6º Juzgado de Garantía de Santiago, vacante producida por el cese de funciones de la extitular de ese tribunal, Carmen Pastrán Castro.
La instancia solemne se realizó ante el presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, Javier Moya Cuadra, y en la que también participó la ministra del tribunal de alzada de la capital, Mireya López Miranda, y la familia del magistrado. Juan Enrique Olivares inició su carrera en el Poder Judicial en 1998, realizando interinatos y suplencias en tribunales en la jurisdicción de Valparaíso.
En agosto de 2002 fue nombrado relator titular de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, cargo que ejerció durante 4 años hasta que asumió como juez titular del Juzgado de Garantía de la capital de Magallanes, labor que desempeñó durante 13 años.
El magistrado Olivares relata que su traslado a la Región de Magallanes «fue comenzar a escribir un nuevo capítulo de mi vida, fueron 17 años en que encontré un espacio humano muy grato, lleno de camaradería, amistad y compañerismo.
Además, contraje matrimonio y en esas australes tierras vieron la luz mis hijos». «Hoy comienzo a escribir el tomo III de mi vida, con la sensación nostálgica de dejar el austro, donde hube de conocer gente tan bella y generosa y donde experimenté las alegrías más grandes, pero también se asoma el desafío de la gran urbe y lo asumo con la alegría y el alivio del reencuentro familiar; será el 6° Juzgado de Garantía el escenario donde esperó contribuir, con esfuerzo y trabajo, en pro de un espacio de mayor bondad y paz. Magallanes no queda atrás, estará siempre en el corazón», sostuvo el magistrado Olivares.
Asimismo, Pablo Miño, juez de Garantía de Punta Arenas y colega del magistrado Olivares asegura que su partida era previsible, pero que «causó un gran impacto en toda la jurisdicción, tanto en jueces, funcionarios, fiscales, defensores, abogados, gendarmes y usuarios en general, pues más allá del tiempo que Juan Enrique estuvo en Punta Arenas, su preparación profesional y por sobre todo su calidad humana, serán imposibles de reemplazar. Será notoria su ausencia, se le extrañara, pero también estamos felices de que el pueda estar junto a su familia».
