Con masiva convocatoria se iluminó sitio de memoria ubicado en Avenida colón 636

Con masiva convocatoria se iluminó sitio de memoria ubicado en Avenida colón 636
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Cerca de 300 personas se congregaron el viernes 24 de junio a las siete de la tarde frente a la Casa de los Derechos Humanos para asistir a la intervención lumínica que buscaba señalar el sitio que durante la dictadura cívico militar operó como centro de interrogatorios y torturas, por el cual pasaron 1500 personas, entre mujeres y hombres partidarios del gobierno de la Unidad Popular. Lo anterior, en adhesión a la conmemoración del Día Internacional de Apoyo a Víctimas de la Tortura (26 de junio), proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La iniciativa contó con el financiamiento del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y corresponde a una creación original de Marcelo Salinas (director artístico), Julio Escobar (diseñador de iluminación), Belén Muñoz (coordinadora general), Paula Pedreira (productora técnica y fotógrafa) y Daniel Tirado (productor audiovisual). Colaboraron con la propuesta la Seremi de Justicia y Derechos Humanos de Magallanes y Antártica Chilena, la Unidad de Derechos Humanos y Ciudadanía de la Universidad de Magallanes, la Ilustre Municipalidad de Punta Arenas, la  Agrupación Hijos y Nietos por la Memoria, la Agrupación Familiares de Ejecutados Políticos, la Agrupación Cultural y de Derechos Ciudadanos Orlando Letelier, la  Agrupación Usuarios PRAIS, la Agrupación de Mujeres Ex Presas Políticas de Magallanes y la Agrupación Ex Presos Políticos y Familiares.

El seremi de Justicia y Derechos Humanos, Pablo Bussenius, catalogó la actividad como muy delicada, en tanto expresó: “Cuando se habla de la memoria, sobre todo ante personas que pasaron por la casa, uno tiene que ser muy cuidadoso y en ese sentido creo que estuvo muy bien logrado. Fue muy bonito y el hecho de que la gente se quedó después de terminar la instalación es porque causó algo”.

En tanto el director regional del Consejo de la Cultura y las Artes, Gonzalo Bascuñán se mostró satisfecho por la actividad, señalando: “Compartir esta obra con el público que asistió deja una sensación de mucha paz. El arte coloca un punto de vista distinto que va en la dirección correcta y desde donde se puede hacer preguntas a la memoria”. Junto con ello destacó que tuvo la oportunidad de conversar con una persona que pasó por el sitio y que viajó especialmente desde Osorno para vivir la experiencia.

Marcelo Salinas, director artístico de la obra, se manifestó con sentimientos encontrados. “Por un lado siento una emoción y una alegría muy profundas, pero por otro lado tengo una sensación de gran deuda con la memoria histórica asociada al período dictatorial. Hay muchas cosas que no se han reparado y vivimos en un país muy indiferente a este tema. Agradezco que el gobierno ahora si se esté haciendo cargo, por lo menos, de aunar esfuerzos para hacer el trabajo como corresponde. En primer lugar hay una serie de peritajes que hace falta realizar en estos lugares y de ahí para adelante hay que entender que se trata de sitios que guardan una memoria muy particular de Chile y muy dolorosa también”.

Asimismo, el artista valoró el proceso creativo que significó, en primer lugar, un trabajo de investigación, para luego reunirse con las instituciones de gobierno relacionadas con el tema y todas las organizaciones de derechos humanos, considerando que existe un mandato presidencial de visibilizar los sitios de memoria. Sobre este punto Salinas destacó: “Todas las instancias aunaron voluntades, se abrieron al diálogo, entendieron que esto estaba por sobre el partidismo y los conflictos internos, que seguramente los hay y se tienen que solucionar en algún momento, pero esto debería ser un impulso para que miremos las cosas con un poco más de luz, no ya desde la división, que quizás fue la herramienta más fuerte que ocupó la dictadura para conquistar el poder, un poder que era popular. Creo que el diálogo hace mucha falta en nuestro país y empezar a mirarnos a los ojos y decirnos las verdades sin que eso signifique una ruptura, sino una construcción”.

Julio Escobar, diseñador de iluminación y asistente de dirección del proyecto comentó que con esta intervención se vino a consolidar una metodología de trabajo, en tanto manifestó: “Me siento agotado porque ha sido un arduo proceso y profundamente agradecido de las personas, de las instituciones, de los organismos, de los compañeros, de la comunidad en general que vino en gran número y que después se quedó a conversar y eso era lo principal para nosotros; generar un nuevo  espacio de encuentro donde el arte, la memoria, el patrimonio y la comunidad pudieran converger en paz”. Asimismo, destacó el trabajo realizado en los talleres con estudiantes de Punta Arenas, a quienes entregaron herramientas que les servirán para organizar sus propias actividades artísticas.

Paula Pedreira, productora técnica y fotógrafa del proyecto se mostró emocionada por el resultado de la actividad indicando: “Lo que se buscaba era que la casa volviera a estar presente y que dejara de ser un inmueble que ciertos espacios de las instituciones pretenden que se haga invisible. El no dar a un lugar el reconocimiento y el trato que se merece es esperar a que se destruya por sí mismo. Entonces esta acción lo que hace es llamar la atención frente a eso, que no se puede dejar destruir un inmueble como este, por la historia, por la memoria, porque es significativo y porque también es prueba judicial o debería serlo”.

Para Belén Muñoz, coordinadora general del proyecto valió la pena el esfuerzo compartido entre los diversos actores que hicieron posible la instalación lumínica. En tanto destacó: “Vino mucha gente, respetaron el silencio, se mantuvieron expectantes en todo momento. Siento que el trabajo fue muy colaborativo entre todas las asociaciones participantes, desde la persona que cuida la casa, el Consejo de la Cultura y las organizaciones de derechos humanos de la región, fue un trabajo a la par y eso es inspirador”.

Reacciones del público

Baldovino Gómez, ex preso político que pasó por la casa señaló: “A mí me parece un valioso aporte desde el arte, pues se hace un esfuerzo por valorizar lo que es la memoria, por darle humanidad y hacer llegar este mensaje a la gente de hoy de lo que pasó aquí en Punta Arenas y en Chile. Para quienes somos sobrevivientes y estuvimos en este lugar no deja de ser sobrecogedor que en pleno centro de la ciudad haya existido un sitio que es símbolo del terrorismo de estado. Felicitamos la iniciativa y la destacamos y ojalá se pueda seguir trabajando desde el arte, la cultura y la educación para que nunca más en Chile más tengamos que vivir lo que pasó durante 17 años de dictadura”.

Silvia Ovando Alvarado, esposa de Daniel Ruiz ex prisionero político de Magallanes ya fallecido señaló: “Esta obra nos conmueve y naturalmente, aunque la memoria siempre está viva, estar cerca del lugar donde se cometió tantas atrocidades, tanto dolor, el verlo iluminado abre una luz de esperanza de que las cosas cambien y se pueda aminorar el dolor”.  Asimismo, recordó que cuando trajeron a su esposo por primera vez al sitio de memoria Colón # 636 estaban torturando a una mujer, entonces a él le dijeron: “Habla, que esa mujer que escuchas gritando es tu esposa”.

Ericson Díaz, presidente de la Agrupación Hijos y Nietos por la Memoria expresó: “Fue maravilloso lo que aquí vivimos. Ver el estallido de luz saliendo desde el interior de la casa y haciéndola visible es algo que sencillamente nos emociona. Este proyecto creado por Marcelo Salinas y todo su equipo nos hace sentido y se condice mucho con lo que hemos estado sosteniendo desde hace mucho tiempo. Eso tiene que ver con abrir este sitio y generar un espacio de diálogo sobre la memoria que nos permita aprender en conjunto, para generar una cultura de paz y respeto por los derechos humanos. Para eso necesitamos conservar el recinto de Colón # 636 lo más parecido a como fue en su calidad de centro de interrogatorios y torturas, porque la historia de lo que allí pasó no está olvidada, no la queremos olvidar”.

Nancy Águila, integrante de la Agrupación de Ex Presas Políticas de Magallanes expresó que para ella, asistir a la instalación fue como una despedida del sitio de memoria. En este sentido enfatizó: “Lo importante sería que no se pierda la historia con la remodelación del local, ojalá siga existiendo lo que había dentro del recinto, pues se perdería todo lo que representa para muchas personas que fueron torturadas y maltratadas aquí. Hay compañeros que van a realizar demandas y  si van a recordar lo que vivieron en la casa, se necesita conservar sin cambios internos”.

Para Iván González, integrante de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos de Punta Arenas la actividad generó una gran emoción. “Este lugar por fin se señala públicamente por lo que es, un sitio de memoria. Después de esta presentación es indiscutible la magnitud de lo que este lugar representa”, al tiempo que destacó el elemento de la electricidad, que en el pasado generó tanto dolor por su empleo en las torturas y que en la performance se convirtió en un móvil para encontrar acuerdo, alegría y  unión.

Manuel Aguilante, presidente de la Agrupación de Beneficiarios del PRAIS, señaló: “Yo estoy contento con lo que se realizó hoy. Esto da testimonio de que aquellos que hemos planteado que este debe ser un sitio de memoria no estamos equivocados, cada día reafirmamos más que eso es lo que se debe hacer”, indicó. En tanto aprovechó la oportunidad de recordar: “Para avanzar en derechos humanos es necesario que el gobierno de la Nueva Mayoría cumpla con el programa que le ofreció al pueblo, que ratifique la Convención Contra la Tortura, que es uno de los elementos principales y que tome atención de la huelga de hambre que llevan adelante ex presos políticos en el norte del país, que ya cumplió 68 días y ante lo cual ha hecho oídos sordos”.

Francisco Alarcón, integrante de la Agrupación de Ex Presos Políticos y Familiares catalogó la instalación como muy interesante y que contribuye al fortalecimiento del movimiento de derechos humanos en Magallanes. En tanto el profesor Julio Pedrol expresó sobre la obra: “Estar aquí con un grupo bastante grande de personas ha sido una instancia llena de recuerdos y sentimientos. Yo siempre he sido un convencido que recordar es repasar nuevamente el corazón. Antes del acto veía esta casa donde se torturó, se veía oscura, lúgubre, en cambio ahora tú la ves plena de luz y eso está indicando que hay vida, hay esperanza y hay sueños y de eso somos continuadores”.