El fin y el comienzo de un largo camino – Manuel Luis Rodríguez – Opinión

El 5 de octubre de 1988 constituye una fecha histórica en el desarrollo de Chile, un hito fundamental para comprender los años 90 y los años 2000 de nuestro país.
Este 5 de octubre, con emoción y también con una inquietud pendiente, cientos de miles de chilenos y chilenas celebrarán el triunfo del NO, mientras algunos deberán conmemorar la derrota del SI de Pinochet. Ese es un valor de la democracia: la diversidad de miradas y de interpretaciones de la historia reciente de Chile, según la vereda en que estaba cada uno aquel día histórico.
Ese día se inició una lenta transición democrática que muchos consideran aun incompleta.
Igual es terrible y dramático pensar que hubo miles de desaparecidos, fusilados, masacrados, torturados, detenidos, expulsados, exonerados, exiliados y reprimidos, para que tu pudieras llegar con un lápiz a marcar el voto aquel día. Cuánto sacrificio, cuantas vidas, cuántas familias destruidas, para que los chilenos hubieran tenido la ocasión de marcar su voto. Los lápices no se mueven solos, son miles, millones de chilenos que se movieron para llegar a votar ese 5 de octubre.
Y por eso el NO tiene hoy en 2018 un significado de revalorización de la experiencia democrática, y de recuento de las tareas pendientes para el presente y el futuro. El 5 es la fecha de llegada, de culminación de multiples luchas y movimientos y hoy es el punto de partida de una nueva tarea de la oposición: conquistar la mayoría con un proyecto de país y un proyecto de región que convoque con mirada de futuro.
Podemos pensar Magallanes al 2030.
En este 5 de octubre recordemos a los y las valientes luchadoras de MUDECHI, del Grupo de los 24, del Obispado de Punta Arenas, del Ejército de Salvación, de la CODEJU y la Comisión de Derechos Humanos, de los partidos políticos clandestinos, del Puntarenazo de febrero de 1984, del Comando Multigremial de Magallanes, de la Coordinadora de Pobladores, de la Concertación de Partidos por el NO…
Es cierto. Ni la dictadura fue derrotada simplemente con un lápiz y un papel, ni la campaña comunicacional del NO fue suficiente. Las multiples movilizaciones y protestas desde los inicios de la dictadura, la unidad política y social en la base de toda la oposición democrática y el debilitamiento de la dictadura ante el resto de la comunidad internacional fueron los factores que hicieron posible la alegría del 5 de octubre.