Acuerdo llama a acuerdos – Víctor Maldonado – Opiniones
18 de noviembre de 2019: “Acuerdo llama a acuerdos”
La política se valida cuando consigue acuerdos fundamentales. Tal cosa ha pasado con el llamado “acuerdo por la paz y la nueva Constitución”. En el lapso que sigue los políticos no se harán más queridos, pero sí se pueden legitimar como personajes útiles para concretar entendimientos. No son, para nada, representativos del movimiento social, pero son su contraparte indispensable.
El logro notable que se ha alcanzado debe tener complemento y extensión. Sobre esto no hay dos opiniones entre quienes acaban de firmar el documento. Cada cual en su estilo, ha reconocido que se ha ganado tiempo para alcanzar un acuerdo social igual de importante. Este se expresa en una serie de leyes, pero ha de tener una visión integradora que les dé sentido.
A su vez, la agenda social comprende medidas de impacto inmediato, pero otras han de tratar los problemas de fondo hechos evidentes ahora y considerados como intolerables en adelante. Para que de la tregua se pase a la paz, no hay espacio que perder ni tiempo que desperdiciar.
Cuando se consigue un acuerdo en la cornisa, tenemos razones de sobra para alegrarnos de haber llegado a un consenso, pero hay que reconocer que no es normal haber llegado a estar en la cornisa. Las dos cosas son ciertas y se debe a los mismos personajes.
Esto lo digo para no excedernos felicitándonos unos a otros por lo conseguido. Lo importante es no volver a las andadas apenas baja la presión. Partidos y parlamentarios alcanzaron un meritorio entendimiento en condiciones extremas.
Hay que recordar que, no solo se estaba superado por la calle (algo que había sucedido desde el primer día del estallido), sino que estaba a punto de ser superado institucionalmente (los alcaldes y concejales habían llamado a consulta nacional). Estaban siendo desplazados del rol que tienen como más propio. Así que no hay motivos para perder la humildad.
Extrañamente, quien parece estar adaptándose a las nuevas condiciones es Sebastián Piñera. En su mensaje de anoche dijo poco, pero delegó mucho. Es un reconocimiento de que intentar un papel protagónico continuo no se sostiene por ninguna parte.
Lo que hace Piñera es sumarse a las señales de normalización. Llama y promete al control del uso de la fuerza, lo pide respecto de los manifestantes y lo promete respecto de la policía. Ratifica su compromiso con el cambio constitucional. Pone el acento en las tareas que siguen: agenda social destacando pensiones; recuperación económico; restauración del orden público.
El tono adoptado es de bajo perfil, sin estridencias y la concreción de las prioridades no son entregadas por él mismo: lo deja a la negociación de sus ministros. Sabe que lo que diga se convertiría en piso de las conversaciones que vienen con la oposición en el parlamento. Lo que dijera ya estaría superado hoy.
Dicho en otras palabras, lo que viene es el apuntalamiento del acuerdo político inicial, mediante la concreción de una agenda social apropiada a las nuevas circunstancias. En acuerdo político solo se sostiene en acuerdos sociales.
Víctor Maldonado R.
Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución
Jaime Quintana se ha referido a los alcaldes del acuerdo político recién firmado y a los pasos que siguen.
Jaime Quintana, presidente del Senado (PPD)
“Ha estado en riesgo la democracia y se requería claridad, la salida no puede ser sino institucional. El mundo político tiene mucha responsabilidad en esta crisis… Hay prácticas que han contribuido a la desafección de la gene y a este sentimiento de falta de dignidad, pero hemos escuchado con atención y colaboración a abrir un nuevo ciclo en Chile mediante una nueva Constitución”.
“La democracia representativa está dañada, es representativa en la doctrina, pero en el fondo hay una fuerte desconfianza. La gente en las calles movió el límite de lo posible y la política le dio viabilidad al cambio constitucional. Por primera vez tendremos una Constitución 100% democrática”.
En referencia al acuerdo firmado en el Senado: “Es un triunfo de la mejor política que he visto en años, la mayor muestra de desprendimiento que puede hacer la política en favor de la ciudadanía. Estamos hablando de un plebiscito de entrada con dos preguntas, una convención constituyente mitad parlamento y mitad ciudadanos elegidos por los ciudadanos”.
“Ya no existe el fantasma de que se quede la Constitución del 80. Mientras más despolitizado y genuinamente representativo sea el órgano constituyente, más fácil será ponerse de acuerdo. No me complican para nada los quorum altos, estamos obligados a avanzar y a llegar a acuerdos, con mayoría siempre podrían quedar en manos de una mayoría circunstancial”.
“Voy a votar que sí a una nueva Constitución y a favor de la asamblea constituyente, no porque no crea que el Congreso no tiene legitimidad, todo lo contrario, pero el poder constituyente originario debe radicarse en un órgano distinto del poder legislativo que va a seguir tramitando leyes. La desconfianza se enfrenta ofreciendo todas las cartas”.
Los dos tercios
Ricardo Lagos considera que los dos tercios garantizan lo que debe ser una Constitución.
Ricardo Lagos Escobar, ex Presidente de la República
El quórum seleccionado «garantiza lo que debe ser una Constitución, un acuerdo de muy largo plazo». «Estamos todos conscientes de que estábamos con una camisa de fuerza que era una Constitución heredada, pétrea, que no se podía cambiar».
«Mientras existiera esa camisa, era imposible y todos sabíamos por qué existía esa camisa. Por lo tanto, el momento fue cuando los que habían mantenido con tanta fuerza, durante 30 años, se dieron cuenta que había llegado el momento de permitir que se pudiera hacer una nueva Constitución a partir de la voluntad de los ciudadanos».
“El primer error fue decir que estábamos en guerra. Piñera fue muy sorprendido por el estallido social. Yo estaba consciente que se iba a producir, pero no en esta magnitud».
