Las máscaras del tirano – Víctor Maldonado – Opiniones
15 de enero de 2020: “Las máscaras del tirano”
¿Se puede pensar en un camino alternativo que hubiera podido escoger la UDI, sin llegar a la polarización que hoy promueve? Desde luego que sí.
El gremialismo pudo haber propuesto no cambiar la Constitución, pura y simplemente. Sin más, sin amenazas. Argumentar que este es un camino largo para llegar a un punto por el que podríamos transitar en breve tiempo, generando menor incertidumbre. La Constitución actual ya ha sido modificada, y nada nos impide seguir haciéndolo. Nos debiéramos concentrar en las urgencias sociales, pudo argumentar el gremialismo.
Jugando limpio todos nos entendemos. Se ofrece un punto de vista a la ciudadanía para que ella escoja. Pero el demócrata convencido deja la última palabra en manos del pueblo. No rechaza por anticipado la posibilidad de que la mayoría escoja otra opción. No cuestiona, desde el principio, la legitimidad de lo que se decida si no le hacen caso.
El signo del autoritario es que emplea los procedimientos de la democracia, solo para acatar los resultados en el caso de que gane. Se trata de un acto de conveniencia, no de convicción. Es un disfraz al que recurre el que no puede imponerse a toda costa, como desearía. Si pierde, sostendrá que, desde el principio, cuestiona la viabilidad de lo que se estaba decidiendo. Por eso no es demócrata. Hacer caso solo cuando se gana no tiene ninguna gracia.
Por eso es que nadie en la oposición puede actuar como un gremialista de izquierda. No se le puede copiar la lógica de imponerse a como dé lugar. El plebiscito es para decidir un camino. No para permanecer pegados en la duda.
En el plebiscito se decide. Sea que me guste o que no me guste lo que se decida. Nuestro sistema se llama “democracia” no “gustocracia”. El método para tomar decisiones es pacífico, y la paz se mantiene porque los resultados se respetan por parte de todos los que aceptaron las reglas del juego.
En una tiranía las cosas son muy distintas. Cuando se toma una decisión en la que está en juego el poder, todo vale y el que pierde, se pierde. En un juego de apuesta total, no hay segundas opciones.
Un plebiscito en democracia no es superior a la democracia. Se puede perder o ganar y hay que aceptarlo. No seguir concursando hasta que entregue el resultado que nos gusta. De esa manera carece de toda seriedad.
Se entiende por qué, en el próximo plebiscito, ambas opciones son legítimas (de otro modo no habría para qué preguntar y sería una farsa). Por eso, el respeto a la opinión del otro es de gran importancia. El problema está en que la derrota de la dictadura dejó, a muchos admiradores del tirano, en “comisión de servicio”, varados en democracia. Cada cierto tiempo asoman tras el disfraz.
Terminado el acto cívico, a cada cual nos tocará hacernos parte de la decisión que consiga mayoría. Y es el respeto mutuo practicado en competencia, lo que nos permite pensar que tendremos un mañana mejor para unos y otros. Para ser sinceros, no todo terminará allí. No basta con ser mayoría, también importa argumentar mejor, ganar debates y cuidar los detalles. Pero de eso se trata.
Víctor Maldonado R.
La ley antibarricadas
Carolina Goic defendió el proyecto aprobado en el Senado, pero afirmó que éste no soluciona el problema de fondo.
Senadora Carolina Goic (DC)
Con la ley antibarricadas “lo que se hace es agravar las penas para cosas que son delito (…) Hay cosas que no son aceptables, que son violencia, que son delito y que las queremos separar”.
Esta ley “me parece que es fundamental para proteger, justamente, la movilización pacífica”.
“Este proyecto no soluciona el problema del manejo de la violencia, el problema que tenemos en Carabineros -que es una institución que hay que rehacer y fortalecer-, ni tampoco soluciona lo errático que ha sido el Gobierno para garantizar el orden público y la seguridad”.
“Se necesita una hoja de ruta y el Gobierno sigue al debe”. “El Gobierno ha tratado de hacer el tema central la tramitación de algunos proyectos que son un aporte en la línea de garantizar el orden público pero que no son la solución”. “Si el Gobierno piensa que con estos proyectos se va a resolver la crisis social, está equivocado”.
Senador José Miguel Insulza (PS)
“Era necesario hacer eso, había que dar una señal […] depende como usted lo mire. Es presidio menor en su grado mínimo a medio, es entre 60 y 540 días. Todos sabemos que finalmente el juez mira por el lado de los 60 […] lo que pasaba es que los jueces los mandaban a sus casas con arresto domiciliario nocturno y no hay ningún carabinero que se vaya arriesgar a ir en la noche a las casas de estos muchachos a ver si estaba en la casa”.
“El tema del que no baila no pasa, son resabios del fascismo […] era bastante inaceptable y en eso tuvimos algunas discrepancias. Pero creo que la ley salió bien y espero que la Cámara la apruebe”.
Consultado si está en riesgo el proceso constituyente: “No lo pone en riesgo respecto a la legitimidad […] tenemos que entender que para ir a votar hay que hacerlo sin coacción y sin temor a que invadan el lugar donde va a votar […] creo que hay alguna violencia que se salió de ese marco y es casi autónoma”.
Matrimonio igualitario
La Mesa del Senado busca que el proyecto de matrimonio igualitario sea discutido hoy en sala.
Jaime Quintana, presidente Senado (PPD)
“La mayor demanda de los chilenos es por dignidad. Eso tiene que ver con agenda social, pero también con derechos y libertades, especialmente para aquellos grupos que han sido constantemente discriminados. En pleno siglo XXI no hay razones que justifiquen que unas personas puedan optar al matrimonio y otras no. Chile tiene que ponerse al día en esta materia”.
Alfonso de Urresti, vicepresidente Senado (PS)
“Es un compromiso el poder abordar en sala el matrimonio igualitario. Creo que la sociedad chilena está madura para dar este debate y la propia ciudadanía tendrá que ver cómo votan sus legisladores”.
