Diversidad el único antídoto para un futuro siempre impredecible – Alejandro Kusanovic – Opiniones
Con consternación estamos siendo testigos de la alteración de nuestro sistema de vida y de la actividad económica global, traducida en pérdida de fuentes laborales que afecta a millones de personas en el mundo con el drama humano que ello lleva asociado, todo ello consecuencia de la emergencia sanitaria generada por la expansión del COVID-19. La profundidad y extensión de la crisis es aún una materia en desarrollo, ya que es aún prematuro aventurar sobre los cambios que generará en nuestra sociedad.
En un ámbito más cercano, podemos ver que ya se están sintiendo los graves efectos de esta pandemia en la sociedad magallánica, siendo muy probablemente el turismo y todas sus actividades accesorias las que se verán fuertemente impactadas por un largo período, a pesar de ser esta actividad, prácticamente la única que nuestra clase política y líderes de opinión han validado como palanca de desarrollo para Magallanes.
En efecto, diversos parlamentarios, autoridades regionales y líderes de opinión en Magallanes, se han mostrado en mayor o menor grado, contrarios al desarrollo de actividades tales como la minería, en muchos casos contrarios a la salmonicultura, también contrarios a la actividad forestal y pesquera. Habitualmente se les ha escuchado apoyar al turismo y por supuesto las actividades del Estado, aunque las últimas, en general no están fundadas en mérito propio, sino que son en general accesorias o de apoyo a las actividades productivas o sociales.
El desarrollo de una región como Magallanes, debe estar sustentado y dar espacio a toda actividad sostenible que se desarrolle por sus propios méritos y no que el desarrollo económico social de la región esté basado solo en actividades/iniciativas que sean del agrado de algunos políticos, autoridades regionales y líderes de opinión.
Nuestra región debe dar espacio al desarrollo de múltiples actividades productivas sostenibles, única forma de mitigar el riesgo de destruir valor y afectar negativamente a las familias de nuestra región.
¿Qué ocurriría si una grave peste afectara al ganado ovino y/o bovino magallánico?, ¿Qué tan probable es que una situación así pueda ocurrir? No sabemos, pero podemos ver casos no tan lejanos que han causado catástrofes económicas en actividades específicas relacionadas: fenómeno de las “vacas locas”, gripe aviar, etc.
¿Cuán probable es que se produzca una grave epidemia que afecte la salmonicultura? Sabemos que, lamentablemente, estos sucesos ocurren y determinan cierres de grandes zonas de explotación y graves consecuencias económicas y sociales.
En el ámbito de los hidrocarburos, hemos reiterativamente experimentado el agotamiento de recursos propios y/o de terceros que han llevado a caóticas consecuencias.
En Magallanes, el turismo, la salmonicultura, la ganadería, la minería, la pesca, los hidrocarburos, la actividad forestal, etc., deben ser apoyadas y no torpedeadas, si son actividades sostenibles y ambientalmente validadas de acuerdo a nuestra legislación vigente.
La diversidad de actividades sostenibles, sustentadas por sus propios méritos y no aquellas impulsadas por gustos personales, a veces sin fundamento, serán las que nos permitirán enfrentar las cambiantes y a veces caóticas condiciones que nos depara el futuro. La diversidad parece ser el mejor antídoto que conocemos ante un cambiante y a veces incierto devenir.
Alejandro Kusanovic Glusevic.


