Al pueblo no se lo gobierna sobrevolándolo – Víctor Maldonado R. – Opinión

Al pueblo no se lo gobierna sobrevolándolo – Víctor Maldonado R. – Opinión

Las derrotas sirven de algo cuando se las mira de frente y se repiten si se buscan excusas en vez de causas. Revolución Democrática tiene que decidir cuál de las dos cosas va a hacer en este momento crítico. Hasta ahora, este partido navegaba con las velas desplegadas y el viento a favor. Han estado tan seguros de representar el futuro y de que el mañana les pertenecía como otros están seguros de que hay pandemia. Ahora les entró la duda y deberán enfrentarla.

La primera vía de escape que han encontrado sus dirigentes es constatar la crisis y responderla con un diagnóstico, es decir, responder a una pregunta con una interrogarte. Ejemplo típico es la reacción del senador Juan Ignacio Latorre cuando señala: “No pusimos todas las fichas en estas primarias”. Claro, esto es lo que pasó, pero no responde a nada con declararlo.

Decir que se perdió porque no se jugaron por completo solo cambia la forma de decir lo mismo, sin aterrizar en las causas. Seguirán perdiendo por no jugarse por completo, pero ¿por qué le ocurre precisamente eso, mientras otros no parecen experimentar este mal?

Se suele decir que nuestros defectos coinciden con nuestras virtudes, en el sentido que nos confiamos tanto en lo que hacemos mejor, que olvidamos ejercitarnos en lo que nos requiere un mayor esfuerzo. En el caso de RD su virtud son las comunicaciones y su defecto consiste en quedarse en las comunicaciones. Hasta este instante les había salido gratis, ahora no.

RD es un partido que ante un mal resultado debía tener una respuesta en las primeras 24 o 48 horas. De otra manera, la interpretación de los hechos se consolida sin su versión. Si no reaccionas en una semana, significa que el impacto recibido te dejó sin conducta, que es, por cierto, lo que ha acontecido.

RD terminó creyéndose la imagen que construyó de sí misma y se dio por excelente en todos los rubros de la política “con mayúsculas”, lo que equivale al consumo reiterado de tranquilizantes. No pudieron ver las señales de alerta.

Sus puntos débiles son tres: un muy desigual compromiso de los afiliados, su débil capacidad de establecer relaciones de cooperación con socios cercanos y la disolución en un discurso indiferenciado y voluntarista. No es un gigante, pero tiene pies de barro o tiene poco barro en los pies, como quiera decirse.

Este es un partido con el mayor número de militancia y el menor número de participantes en los procesos internos. Tienen más opinantes que militantes. Comunes no es más grande, pero invirtió mucho más tiempo en vincularse con muchos pequeños movimientos presentes en territorios específicos. Es un partido que se distingue por sus figuras, pero no por lo que sus vocerías repiten lo que otros dicen o prefieren el silencio porque no tienen qué decir.

RD tiene una crisis de crecimiento de la que se sale con el valor propio del que se mira tal cual es, con lo bueno y lo malo. Tiene buenos líderes, pero ni la mitad de los que se ven en ese sitial, los otros son corte en un muy pequeño reino. Tienen buenos dirigentes en el territorio que harían bien en destacarlos en lo que valen y no solo en lo que sirven. El día que sean más lo que juntan el verbo con el testimonio, retomarán el rumbo.