Necesidades Educativas Especiales – Nieves Raín C. – Opinión
Los y las estudiantes son sujetos de derecho, en una sociedad que se dice y es por normativa, garante de lo mismo, es un sueño que esperamos, esta sociedad concrete con acciones que hagan de las escuelas y liceos un lugar amable, cercano y seguro para niños, niñas y jóvenes.
Asimismo, entender la importancia de la atención adecuada de las Necesidades Educativas de niños, niñas y jóvenes, con los profesionales, equipos, materiales e incluso con los ajustes de infraestructura que se requieran, es un compromiso que demanda conocimiento, voluntad y recursos.
En el año 1997 el Colegio de Profesores, realizó un Congreso Nacional de Educación, con un gran diálogo desde el aula, respecto de la educación y uno de los temas tratados en esta región, fue la atención de las necesidades educativas especiales, con profesionales de apoyo, para su mejor atención. Para muchos en el resto del país, esto fue una novedad y casi un sueño imposible de lograr. Sin embargo avanzamos como país en legislación, orientaciones, acuerdos e instalación de su aplicación. Los docentes que de aquella época recordarán seguramente estos espacios de conversación que se generaron en las comunidades educativas a través de una propuesta que se hacía eco de esta situación.
Por ello hoy, nos referiremos a normativas que abarcan la mayor población y en general pretenden resguardar derechos de estudiantes con necesidades educativas especiales permanentes y transitorias.
La Ley 20.422 del 2010; contiene normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad. Igualmente definiciones de lo que el estado entiende por persona con discapacidad y discriminación fundada en su condición.
Establece medidas de accesibilidad universal de las personas con discapacidad y reconoce la lengua de señas de las personas sordas.
El Decreto 83, 2015 que establece criterios y orientaciones, para las adecuaciones curriculares en establecimiento de educación regular, con o sin programas de integración. Entre ellos los ajustes a las planificaciones, para atender las necesidades educativas de todos los estudiantes. Valorando sus diferencias culturales, religiosas, sociales e individuales, asegurando sus aprendizajes y desarrollo. También nos presenta el Diseño Universal de Aprendizaje.
El Decreto 170, relevante porque aparecen las características de los estudiantes que presentan necesidades educativas especiales. La significancia y la labor docente y las horas asignadas para trabajo colaborativo con otros profesionales, además estas horas son obligatorias para el sostenedor y se recibe subvención a través de los proyectos de integración, que son la posibilidad de los sostenedores de acceder a recursos para atender las necesidades educativas especiales.
Esto ha implicado que los establecimientos educacionales de educación regular, han debido implementar varias medidas; adecuaciones en la infraestructura escolar, profesionales de apoyo, planes, adecuaciones curriculares y materiales, entre otras obligaciones.
Esta nueva forma de atender las necesidades educativas espnciales, involucra desde una pesquisa adecuada y a tiempo, un buen diagnóstico con las herramientas y por los profesionales que se requieran, intervenciones acordes a las necesidades, evaluación y seguimiento de las mismas.
Más que todo esto, quizás lo urgente sea proponer una educación con mayor flexibilidad y reflexión que permita la atención real de las múltiples necesidades educativas que se atienden en el aula.
Las necesidades educativas especiales ya son un avance, pero aún es insuficiente considerando la diversidad de situaciones que atienden maestros y maestras en sus aulas. Quedan pendiente las necesidades emocionales, o afectivas y sociales por las que algunos estudiantes transitan durante su vida escolar.
Ni hablar de la atención a las necesidades de educación de las comunidades de pueblos originarios, pues nuestra educación chilena está pensada desde el occidentalismo y sus costumbres.
Sin duda se hace un gran esfuerzo desde las comunidades educativas, en especial las escuelas y liceos públicos, pero hay que considerar que otras modalidades de educación, para atender la diversidad, es una tarea pendiente.
