Fuego Patagonia: Registros Humanos – Francisco Cárdenas Marusic – Opinión

Fuego Patagonia: Registros Humanos – Francisco Cárdenas Marusic – Opinión

Registros Humanos

Hoy, en pleno siglo veintiuno, vivimos en un mundo que se mueve a una velocidad increíble. La mayoría de nosotros posee un instrumento que pareciera ser muy cotidiano y que, de alguna manera lo es, pues va marcando el ritmo de nuestras vidas de una manera extraordinaria. Posee este aparato cualidades tecnológicas que nos permiten llevar a cabo cosas que hasta no hace mucho eran impensadas; podemos comunicarnos con amigos, parientes e incluso desconocidos que se encuentran en otras partes del mundo. No solo oímos sus voces sino que vemos sus rostros y hasta podemos interpretar el estado de ánimo de nuestros interlocutores. Se trata de nuestros teléfonos celulares; millones de fotos tomadas con nuestros “aparatos” dan la vuelta al mundo en tan solo un día, amén de mensajes de texto y audio, entre otras cosas.

Se ha vuelto este prodigio de la tecnología un elemento casi vital, a tal punto que prácticamente no salimos de nuestras casas si no lo traemos con nosotros, dejarlo olvidado es como dejar una parte de nosotros mismos olvidado en casa. Y la vida sigue su marcha inexorable, casi sin darnos cuenta, vamos dejando detrás de nosotros y gracias a nuestro maravilloso “celular” una huella cotidiana, semanal y anual de nuestras vidas. Va quedando registro de nuestras personas, de nuestras ciudades, de nuestros países y en general de nosotros como civilización.

Pareciera ser inherente al ser humano esto de “dejar huella o registro” del tiempo que le ha tocado vivir. Esto lo podemos observar de distintas maneras; civilizaciones como los griegos nos han dado su tremendo aporte cultural para el mundo moderno, palabras como “farmacia” o “aeródromo”, por ejemplo son su legado cultural además de su arquitectura y así como este ejemplo, muchísimos. Podríamos enumerar un sin número de elementos físicos como pirámides, templos, monumentos, literatura, elementos arqueológicos y un largo etcétera e inmediatamente sabríamos de quien estamos hablando.

El ser humano de la prehistoria nos ha legado también un registro extraordinario. Lo encontramos en los sitios arqueológicos que nos enseñan como fue su tecnología, que les permitió elaborar sus herramientas de caza, por ejemplo. Pero he aquí un detalle que me llama la atención y que me deja encantado; tal vez sin querer explicar la cosmogonía que los envolvía; en cavernas, alerones rocosos, murallones, abrigos rocosos, etcétera nos dejaron un tremendo registro de ellos mismos, su cuerpo físico, su entorno y en general su cosmovisión; todo esto por medio del “Arte Rupestre”. En este caso me refiero específicamente a las pinturas y dibujos; hay que recordar que también hay grabados en rocas bajo relieve, esculturas y petroglifos.

Hay pinturas que tienen data de hace cuarenta mil años, el arte rupestre se encuentra por todo lugar, África, Perú, España, Francia, etc.; Antártica sería la excepción. Los dibujos encontrados en las cuevas de Lascaux en Francia son impresionantemente bellos, algunos le llaman la “Capilla Sixtina” de la pintura rupestre, se pueden ver bellos toros, bisontes, caballos y también un unicornio, ¿interesante no?. Busque en internet y encontrará esta maravilla. Ejemplos los encontrará por todo lugar, también en Patagonia chilena y argentina; la cueva de las Manos en Santa Cruz, en la caminata de portería a portería en el parque nacional Torres del Paine, en la cueva de la Leona en Laguna Blanca. Aquellos que dejaron esa huella hermosa eran sin duda artistas, cuyo sentimiento y visión de su tiempo que les tocó vivir fueron y son hoy, un legado para los humanos de los siglos que les precedieron.

Hoy, en nuestro tiempo presente, nuestro vocabulario es muy amplio y alucinante pues hablamos de Biología Sintética, de Robótica, de Inteligencia artificial, Física Cuántica, Implantes Cibernéticos, Transhumanismo,de viajes a Marte, etc., conceptos que están a muy corta distancia de nosotros, diría, a la vuelta de la esquina y que cambiarán sin duda, el devenir de las nuevas generaciones. Como no hemos estado en el futuro, no sabemos como será la civilización en el siglo 50, quizás nos encontramos dando un gran salto evolutivo. Sin tomar en cuenta la ayuda de nuestros celulares, pregunto, ¿Cuál podría ser el “Registro”, nuestro “Arte Rupestre” de nuestro tiempo a dejar para las generaciones de los siglos venideros?

¿Qué dejaría usted?