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La inflación alcanza máximos no vistos en 28 años

La inflación alcanza máximos no vistos en 28 años

Que Chile está viviendo un momento económico difícil, al igual que buena parte del entorno regional y gran parte del resto del mundo, es una obviedad que no necesita de un análisis pormenorizado de las macroeconómicas para confirmarse, basta sencillamente con acudir al supermercado y adquirir una canasta básica para darse cuenta de que la inflación se haya desbocada como no lo había estado en las últimas décadas, concretamente habría que retrotraerse al final de la Presidencia de Azócar para encontrar la inflación por encima del 13 por ciento, que es precisamente la cifra alcanzada este verano en Chile, presentándose para la administración de Boric y para la población chilena un comienzo de legislatura muy difícil.

Chile, ¿el motor regional se ha gripado?

Durante las últimas décadas, la economía chilena ha sido la envidia y espejo en el que mirarse para sus vecinos, y la demostración para el resto de países occidentales de que los países iberoamericanos podrían estar recuperando el papel que esta región tuvo durante siglos, y es que durante la mayor parte de la historia moderna del subcontinente, la riqueza y las oportunidades se encontraba de México hacia bajo, no del Río Grande hacia el norte, como ocurre en la actualidad.

Pero, a pesar de que al principio de la crisis causada por el coronavirus parecía que Chile estaba soportando el golpe mucho mejor que países tan grandes como la vecina Argentina, en estos momentos la situación financiera general y la inflación en particular parecen haberse complicado bastante, justo en el momento en el que el país se encuentra inmerso en un complejo proceso constituyente en el que fuerzas opuestas pretenden dar forma a una nueva constitución que sirva como ley suprema que sirva de guía el país durante las próximas décadas, factores que no sólo afectan a la ciudadanía y a la clase política nacional, sino que también son muy tenidos en cuenta por inversores autóctonos e internacionales, ya se muevan en mercados bursátiles o incluso también en los mercados extrabursátiles como el creado por easyMarkets y otros brókeres regulados, aunque en este último caso la inversión no tenga repercusión en el mundo real más allá de las ganancias o las pérdidas que experimente el propio trader.

Aún así, al margen de la dirección política que tome el país de la mano de la nueva constitución, el país seguirá contando con una fortaleza, que puede trocarse en debilidad si no se gestiona adecuadamente, tan grande como es el cobre, una materia prima que ha servido de cimiento para crear a CODELCO, empresa estatal que da empleo a casi 18.000 personas y que en el ámbito de la extracción de cobre es la compañía más grande del planeta, y que es un elemento fundamental para que el mundo moderno siga funcionando, quizás incluso más que el petróleo en el que son tan ricos otros países de la región, ya que en el mundo ecosostenible que se perfila en el horizonte cercano el cobre seguirá siendo insustituible, siendo elemento fundamental de las condiciones eléctricas, los transformadores eléctricos y los motores, ya que este metal tiene una notable resistencia a la corrosión y a la oxidación, además de una conductividad sólo superada por la plata, pero a un precio muchísimo más económico, pero compartiendo con la plata e incluso con el oro una alta maleabilidad, lo que permite transformarlo en hilos a láminas fácilmente transportables y transformables en los elementos necesarios. 

Sin embargo, como ya se ha demostrado en numerosas ocasiones, poseer en el subsuelo una descomunal riqueza puede convertirse en el trampolín para diversificar ingresos de tal forma que al final dicha materia prima termine por tener una importancia menor, como han hecho Noruega o algunos países del Golfo Pérsico, que han creado fondos soberanos con los ingresos del petróleo que ahora invierten en empresas de todo el mundo, o por otro lado puede crear dependencias en momentos de altos precios que luego se vuelven insostenibles cuando el precio cae, algo que irremediablemente ocurre siempre, como ha pasado en Venezuela, país que fió demasiado al petróleo en época de vacas gordas, sufriendo graves consecuencias cuando el mismo se desplomó, algo que también se observa en Chile en cierta medida dada la alta dependencia de nuestro país de las exportaciones del cobre.