¿Porqué se conmemoran 50 años? | Manuel Luis Rodríguez | Opinión

En septiembre de 2023 se cumplirán 50 años desde el golpe militar ocurrido en 1973, dando inicio a una dictadura cívico-militar de 17 años de duración. El tiempo funciona como un reloj inexorable, implacable que marca los días, meses y años haciendo lo posible por tratar de borrar los hechos del pasado, cuando se niega lo sucedido.
En esta época de negacionismo y de tergiversación del pasado, varias décadas de silencio en la Historia y en el sistema educacional, provocan como efecto que sucesivas generaciones de jóvenes y de estudiantes, tengan un conocimiento muy precario y básico de los hechos que significaron alrededor del golpe del 11 de septiembre de 1973.
Si los alemanes trataran de olvidar el holocausto nazi que destruyó Europa, la verdad histórica se volvería contra ellos. Si los chilenos trataran de olvidar el bombardeo del Palacio de la Moneda, el sacrificio del Presidente Salvador Allende, los miles de fusilados, mutilados, desaparecidos, exonerados y exiliados por el régimen dictatorial, la verdad histórica se volvería contra nosotros.
Lo que nadie puede hoy olvidar y negar es que el golpe militar de 1973 fue un golpe político perpetrado por las fuerzas armadas y la oligarquía empresarial de aquella época, en contra del gobierno de la Unidad Popular y del Presidente Salvador Allende. Fue un golpe cuyo objetivo fundamental era terminar con los derechos sociales y los avances producto de la gestión de la Unidad Popular. Lo intentaron primero en octubre de 1970, asesinando al comandante en Jefe del Ejército René Schneider, para provocar un golpe militar que impida que Salvador Allende asuma la Presidencia de la República.
No era el llamado Plan Z lo que causó la acción militar de 1973, un plan que fue elaborado por algunos ultraderechistas para tratar de justificar el golpe militar: era la gestión del gobierno de la Unidad Popular la motivación más profunda y real. No era el desabastecimiento de mercaderías, porque al día siguiente, el 12 de septiembre de 1973, aparecieron las mercaderías que habían escondido los comerciantes favorables al golpe.
El golpe militar no fue una decisión de algunos comandantes militares insubordinados y de ultima hora el 9 de septiembre. Esa es una mentira, entre tantas que inventaron para justificar su decisión política. La evidencia histórica hoy disponible permite afirmar claramente que el golpe militar estaba programado y planificado, a lo menos durante 1972, como lo demuestra además, el juicio contra los marinos. Es un hecho histórico objetivo que el campo de concentración de isla Dawson (el único campo de concentración construido en la Historia de Chile), se comenzó a construir en octubre de 1972 por una empresa constructora magallánica y por encargo de la Armada.
Los logros, progresos y avances alcanzados por el gobierno de la Unidad Popular, en solo 3 años de gestión, fueron silenciados y distorsionados por una prensa opositora que se empecinaba en mostrar la violencia en las calles, en un período en que disminuyó la delincuencia, aumentaron los sueldos y salarios y se expandió el poder adquisitivo de los trabajadores.
Pero el gobierno de Salvador Allende expropió más de 700 empresas y corporaciones que monopolizaban y concentraban la actividad económica en manos privadas y extranjeras, para crear un Área Social de la Economía, pero por exacta coincidencia, esas mismas 700 empresas expropiadas fueron devueltas a sus empresarios opositores a Allende, tras el golpe militar de 1973. Mientras las fuerzas armadas torturaban, mataban, violaban, exiliaban, fusilaban y desaparecían militantes de izquierda, su propio gobierno entregaba y devolvía empresas estatizadas a sus antiguos patrones.
Para explicar 1973, necesitamos explicar 1970.
Manuel Luis Rodríguez U.
Punta Arenas, 23 abril 2023.