La seguridad ciudadana como tarea política y de Estado | Editorial

Las soluciones efectistas y las medidas con trasfondo electoral no sirven, distraen la atención de la opinión pública y sitúan el problema en los candidatos que se exhiben en televisión. La seguridad ciudadana no es un botín político y no sirve como eslogan electoral, es una tarea política de todos los chilenos y una responsabilidad del Estado.
El combate al narcotráfico y el crimen organizado es una batalla estratégica que involucra a todas las policías (Carabineros, PDI, Policía Marítima), a los servicios públicos especializados (Aduana), a los tribunales de justicia, a la administración pública, las municipalidades, el Poder Legislativo y el Gobierno.
El Fiscal Nacional ha emitido una directiva a todos los fiscales para que los persecutores soliciten prisión preventiva para extranjeros que sean detenidos sin portar documento de identificación.
El frenesí legislativo y mediático sobre la seguridad y la inseguridad se centra -entre otros temas- en la prisión preventiva de los sospechosos de delitos, donde la aplicación de las medidas cautelares es un problema que el juez debe examinar caso a caso si procede o no, en qué condiciones y eso está determinado por la ley procesal penal, por lo que la instrucción que pueda dar el Fiscal Nacional finalmente queda sometida al hecho objetivo que es el juez quien determina si procede o no procede la prisión preventiva.
No se puede olvidar que el clima de inseguridad y de supuesto predominio de la delincuencia en la ciudadanía, es el resultado de una instalación mediática de los grandes medios de comunicación que coinciden en destacar y reiterar cada hecho delictivo en la capital, como representativo de la delincuencia “desatada” que existiría en todo Chile. Y en ese clima de inseguridad fabricado, se pretende asociar delincuencia con migrantes.
En la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, se requiere desplegar una agenda estratégica con sentido prospectivo que permita perseguir la ruta del dinero, levantar el secreto bancario, fortalecer a las policías y modernizarlas y disponer de una inteligencia preparada y eficiente, asegurando siempre que la acción policial se realizará cumpliendo con protocolos institucionales estrictos y con respeto a los derechos humanos.
Creemos que en Chile están los recursos, las condiciones y las capacidades suficientes y necesarias para crear una policía especializada en la lucha contra el narcotráfico, una fuerza policial altamente entrenada, equipada y preparada para enfrentar la mayor amenaza a la seguridad ciudadana que tiene el país hoy.
Perseguir la ruta del dinero sucio.
Fortalecer y modernizar las policías en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Fortalecer la capacitación y el entrenamiento de las policías.
Fortalecer la inteligencia policial.
Fortalecer la vigilancia y control en los aeropuertos, puertos marítimos y pasos fronterizos.