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Patricio Colivoro, werkén, desde Chiloé: “Nuestra invitación no es a tener miedo a los espacios costeros, sino a sumarse”

Patricio Colivoro, werkén, desde Chiloé: “Nuestra invitación no es a tener miedo a los espacios costeros, sino a sumarse”

Patricio Colivoro, es werkén y miembro de la comunidad Mon Fen de Yaldad en Chiloé y coordinador local del Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios, denominado Wafo Wapi, quien comparte la experiencia sobre el proceso que llevan adelante y que busca promover  la gobernanza colectiva desde este ECMPO ubicado al sur de la isla grande de Chiloé, quien también aclara el verdadero sentido y alcance de la denominada “Ley Lafkenche”.

Ley N.º 20.249, Ley que crea los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO) o también denominada Ley Lafkenche, resalta la importancia de proteger los derechos indígenas y promover la sostenibilidad en el uso de los espacios costeros marinos en Chile, con gobernanza colectiva, sin embargo, a pesar de haber sido destacada en gobiernos anteriores y de haber tenido un apoyo transversal en el Congreso de la República al momento de su aprobación, hoy enfrenta una serie de ataques y campañas en contra por parte de sectores ligados a intereses industriales, sin embargo, el sentido y alcance de esta normativa, son explicados por Colivoro..

Respecto de la Ley Lafkenche, Colivoro señala: “somos promotores de esta ley; para nosotros es una oportunidad de administrar colectivamente los espacios que son de uso común, tanto de la pesca artesanal, las comunidades y las actividades conexas, como por ejemplo, la conectividad a través del Ministerio de Obras Públicas, las obras de las propias municipalidades, la mitilicultura y todas las actividades que se realizan en torno al borde costero, se pueden coordinar para hacer una administración colectiva”.

Patricio Colivoro comenta que llevan más de 8 años en el proceso, indicando que “nos hemos tomado este tiempo porque deseamos hacerlo de la mejor forma, con la inclusión de todos los actores y actrices pertinentes, incluidos los sindicatos de pescadores artesanales, con un borrador sobre un plan de administración que busca trabajar de forma colectiva: “Nosotros no creemos que solo de discursos se vive, sino de las acciones que podamos realizar y eso es lo que nosotros le hemos estado demostrando a la pesca artesanal”, indica el werken.

“Los beneficios del trabajo de los espacios costeros son amplios, muy amplios; es más, nosotros lo que pretendemos a partir del establecimiento del ECMPO Wafo Wapi, en particular, es asegurar el ejercicio de la pesca artesanal de los pescadores que se denominan la flota histórica, aquellos que son pescadores que están sindicalizados en algunos de los sindicatos que trabajan y que han suscrito acuerdo con la asociación de comunidades Wafo Wapi (…) pero también con aquellos pescadores que a veces no tienen documentación o que la tienen, pero no adhieren a ningún sindicato, por desconfianzas, porque se aburrieron, porque se retiraron, porque no creen en la organización colectiva”.

Iniciativas de encuentros y acercamientos se vienen forjando, para que “comencemos a pensar políticamente en cómo vamos a desarrollar nuestro espacio costero para lograr beneficios como asegurar la participación de todos los actuales usuarios y que no queden desplazados por el establecimiento de un espacio costero; añadir un valor agregado a los recursos que de ahí se extraen, limitando la cuota de extracción, es lo ideal, reducir la cuota de extracción, pero poner en valor la calidad del producto que se extrae a isla Wafo, que un producto provenido en un sector prístino, donde no existen mitiliculturas, ni salmoneras, por lo tanto el producto no tiene la contaminación que tienen los canales de interiores de Chiloé, sino la pristinidad que nos ofrece el océano directamente al bañar la isla Wafo”, destaca el dirigente.

También señala: “De igual manera, hay consensos con la pesca artesanal de establecer vedas autoimpuestas; es decir, que más allá de lo que establece SERNAPESCA con las vedas que se deben cumplir por obligación, nosotros hablamos de modificar las fechas de comienzo de esta acción de la luga; por ejemplo, muchos pescadores dicen que la luga se abre en octubre normalmente para la extracción; sin embargo en la vida real, aquella que no está dentro de la oficina sino en el propio territorio, los pescadores insisten en que la luga está bien apta para el cultivo la segunda quincena de diciembre; es decir, retrasar la extracción de la luga un mes y medio, para que la luga que se va a extraer esos primeros días sea un lugar de muy buena calidad, de un tamaño tan grande que permita que no ocurra lo que ocurre, valga redundancia, en octubre que los pescadores van sacan la luguita que tiene 10 a 15 cm, por lo tanto, todo lo que podrían haber capturado en diciembre, que serían paños de luga de un metro, un metro y medio, genere un menor esfuerzo pesquero, pero al mismo tiempo y a futuro, una vez lograda la entrega del espacio costero, podamos administrar y negociar con un mercado especializado como la Unión Europea y dejar de entregarle a los chinos y a los japoneses, que son los principales compradores del luga roja y de erizo acá en Quellón, porque lo compran sin un valor agregado, lo compran como un producto de baja calidad, el cual se equipara el producto que se extrae dentro de los propios canales del archipiélago, desconociendo el valor adicional que tienen la luga de Isla Guafo”.

Colivoro sobre estas acciones, asevera asimismo: “Lo que se propone también es eliminar a los compradores intermedios, aquellos que fijan el precio de la luga. Sabemos que mucho antes de que se abran las vedas, la luga ya tiene un precio en el cual circula, que va entre los 500 a los 800 pesos, entonces ellos juegan entre que -no, que te no te voy a pagar 500, que te voy a pagar 600, que te voy a pagar 700-, pero sabemos que el margen ya está fijado desde anterioridad, que ese es el margen en el cual ellos juegan”.

El werkén también comenta: “Entonces, prácticas como esas son las que nosotros esperamos, pero no solamente basados en la importancia económica de Isla Guafo, sino como el desarrollo económico va de la mano de la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad que residen en Isla Guafo; es decir, Itrofill Mogen, cómo se sigue conviviendo con las ballenas azules ballenas, las ballenas sei, la ballenas francas, la ballena jorobada, la orca, los delfines, delfín austral, delfín chileno, el delfín nariz de botella, los chungungos, la fardelas y un sinfín de aves y seres marinos que habitan Isla Guafo y donde encuentra en el espacio más apto, ya que Isla Guafo tiene un resguardo propio, dado que está en la entrada del océano, antes de llegar a Isla Guafo y durante el invierno nadie puede acercarse, salvo los más osados pescadores que conocen muy bien en qué momentos un podría ir, pero normalmente durante el invierno pueden ir solamente durante el día; entonces eso es lo que proponemos como beneficios del espacio costero de Isla Guafo del ECMPO Wafo Wapi”.

El werken, como punto tercero, resalta que “las comunidades del ECMPO Wafo Wapi, alineadas en el Congreso de Lafkenche, celebrado en Hualpín el pasado 9, 10 y 11 de febrero, manifestamos a la opinión pública nuestro absoluto rechazo a la modificación de la ley Lafkenche, nosotros nos vamos a oponer y nos oponemos desde el primer momento a que la ley se modifique (…) Sabemos que la solución es administrativa y no legislativa, que los plazos que no se están cumpliendo para la tramitación de los espacios costeros, no dependen de las comunidades que están solicitando espacios costeros, sino de la falta de eficiencia del sistema público en tramitar estos espacios costeros… y, aumentar la eficiencia significa aumentar la dotación en CONADI, en la Subsecretaría de Fuerzas Armadas y en la propia Subpesca; es decir, añadir recursos a estas instituciones del Estado para contratar a nuevo personal que le pueda dedicar exclusividad a la tramitación de las distintas etapas en las cuales están inmersos”.

Insiste Colivoro: “Por lo tanto, modificar la ley no va a significar que se mejore la eficiencia del sistema público, de la burocracia estatal, para la tramitación de espacio costero (…) Nosotros hacemos un llamado a los pescadores artesanales, a los vecinos y vecinas de las islas, de los canales, del archipiélago de Chiloé, especialmente, y a toda la opinión pública de que nos vamos a oponer tajantemente la modificación de la ley (20.249) y les aseguramos de que estirar el chicle ante la eventual modificación va a significar que nosotros nos vamos a oponer en toda etapa, por más que el Estado, a través de la Cámara del Senado, luego de la Cámara de Diputados y luego el veto presidencial quieran hacer la modificación, siempre se van a topar con la consulta indígena y a través de la consulta indígena vamos a repetir lo que ya hicimos con la eventual modificación de la ley indígena, es decir, un rechazo generalizado, nos vamos a tomar todos los espacios que se abran para ese diálogo, para boicotear el proceso de consulta y si aun así insisten en llevarlo adelante, vamos a llevarlo a los tribunales internacionales, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; no descartamos llegar incluso a La Haya para resolver esta controversia y de eso le aseguramos que esta ley va a estar durante al menos 15 años tratando de modificarse y hasta el último día de los 15 años, nosotros nos vamos a oponer, y créannos que durante 15 años no van a haber acelerado ni una pequeño minuto el tiempo de tramitación de la ley Lafkenche, por lo tanto, les invitamos a ver la solución administrativa que se propone desde las comunidades, desde las comunidades organizadas”.

“Nuestro emplazamiento es al Estado, hacia las distintas instituciones que intervienen en la tramitación, pero especialmente a nivel del Congreso, a los diputados, senadores y el propio Presidente de la República y sus Ministros (…) Necesitamos que se pongan las pilas y asignen presupuesto a todas las etapas de tramitación de la ley Lafkenche, si quieren que no se paralicen las demás concesiones, si quieren que no se frene el desarrollo, como dicen, eso no depende de las comunidades, eso depende de la coordinación que tengan las instituciones inmersas en la tramitación de la ley Lafkenche, son estas instituciones las que tienen que tener agilidad, no las comunidades”.

Finalmente, el werken de la comunidad de Yaldad, afirma que “La solución está en nuestras manos, así como lo estamos haciendo, este llamado a que todos los pescadores de Quellón, de la provincia de Chiloé que decidan y que quieran ir a enterarse cómo son las verdaderas etapas de la ley Lafkenche, más allá de las funas que se suelen hacer, creyendo que eso podría llegar a solucionar algo, les invitamos a informarse, que conozcan que cada espacio costero tiene y debe tener siempre un mecanismo de ingreso de usuarios no titulares, es decir, de los pescadores, de los mitilicultores, de los recolectores de orilla y de todas aquellas personas que se reconozcan como usuarios de un área donde se establece un espacio costero. Nuestra invitación no es a tener miedo a los espacios costeros, sino a sumarse a lo que denominamos la administración colectiva de nuestros espacios de desarrollo económico y cultural, los espacios costeros marinos de pueblos originarios”.