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La derecha quiere libertad, la izquierda quiere igualdad y el centro quiere fraternidad

La derecha quiere libertad, la izquierda quiere igualdad y el centro quiere fraternidad

Las elecciones parlamentarias en Francia, ocurridas este domingo 7 de julio, provocaron un nuevo terremoto político en Europa: la coalición republicana y democrática logró derrotar al movimiento Agrupación Nacional (RN) de la ultraderecha fascista Marine Le Pen, salvando a una de las mayores democracias europeas del peligro del fascismo, del racismo y de la política del odio.

El triunfo de la democracia y las ideas de la república y la derrota de la ultraderecha se produjo también en Inglaterra, con la victoria de los Laboristas.

Las viejas democracias europeas sirven como espejo de lo que sucede en otras latitudes. En Europa -un continente en guerra y en crisis económica y social- está terminando la era de la globalización, del neoliberalismo y de la hegemonía occidental.

Los franceses se enfrentaron en 2024 a un dilema excepcional: permitir que el movimiento RN gane en un esquema de división entre la centro derecha liberal y la izquierda unificada y popular. El gobierno de Emmanuel Macron provocó una de las mayores crisis sociales de la Francia contemporánea, al introducir reformas que atacan los sagrados derechos sociales de los trabajadores y el sistema de seguridad social, y al aplicar cuantiosas sanciones económicas contra Rusia debilitando la economía francesa, dando paso a una oleada de indignación y de movilización popular.

Los franceses quieren paz, quieren salud de calidad, quieren educación pública, quieren salarios dignos, quieren migración controlada, quieren más democracia, quieren respeto a los derechos humanos.

El gobierno de Emmanuel Macron -de claro signo neoliberal- acentuó la fragmentación social y en una apuesta arriesgada por tratar de salvar su gobierno cada vez más rechazado por la ciudadanía, ordenó la disolución de la Asamblea Nacional anticipando las elecciones parlamentarias, justo en el momento que la extrema derecha francesa incrementaba su votación en las elecciones al Parlamento Europeo. El resultado de esta crisis política fue la formación de un nuevo Frente Popular, antifascista como en 1936, democrático, ecologista, feminista y de salvación nacional.

En la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias de este 7 de julio, se produjo un nuevo escenario en Francia: ninguno de los tres bloques políticos que estructuran el sistema político (la ultraderecha de RN, el nuevo Frente Popular y la centro derecha liberal de Macron) lograron la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, por lo que los principales actores políticos están llamados a lograr un acuerdo de compromiso que integre las demandas del programa del Frente Popular con las necesidades de la ciudadanía indignada y en movimiento y las posibilidades de la gestión del gobierno.

Francia vive una coyuntura fluida, donde los tradicionales esquemas ideológicos de derecha, izquierda y centro, que son con frecuencia olvidados y dejados de lado, vuelven a renovarse de cara a los complejos desafíos y problemas del siglo XXI. La derecha quiere libertad, la izquierda quiere igualdad y el centro quiere fraternidad.

Liberté, Egalité, Fraternité…

Manuel Luis Rodríguez U.