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La elección de Donald Trump y su impacto migratorio en América Latina y el Caribe

La elección de Donald Trump y su impacto migratorio en América Latina y el Caribe

El 80% de los migrantes que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos en el año fiscal 2021, que se extendió desde octubre de 2020 a septiembre de 2021, provenían de cuatro países: México, Guatemala, El Salvador y Honduras.

Los patrones migratorios de América Latina hacia los Estados Unidos continúan siendo parecidos al período comprendido entre 2018 y 2023 y están impulsados ​​predominantemente por condiciones políticas, desempeño económico; y factores subsidiarios en los países de orígen, como los desastres naturales o una crisis aguda. Los vínculos transnacionales y la demanda de mano de obra extranjera también son consideraciones importantes que han incidido sobre la migración, pero han desempeñado un papel intermedio.

La migración internacional a Estados Unidos se parecerá a las de períodos recientes, que alcanzaron tres millones de personas anualmente, entre 2021 y 2023.

La migración latinoamericana hacia los Estados Unidos.

Estados Unidos sigue siendo el mayor atractivo para los migrantes latinoamericanos.

En América del Norte predomina la inmigración desde otras regiones, con los Estados Unidos de América como principal país de destino. En 2020 había cerca de 59 millones de migrantes de distintas regiones residentes en América del Norte. Esta cifra representa un aumento de alrededor de 3 millones con respecto a los 56 millones de migrantes que vivían en la región en 2015. En 2020, la mayoría de estos migrantes procedían de América Latina y el Caribe (unos 26 millones), Asia (18 millones) y Europa (en torno a 7 millones). En los últimos 30 años, el número de migrantes que viven en América del Norte se ha duplicado con creces, alimentado por la emigración desde América Latina y el Caribe y desde Asia, según señala la OIM.

La migración hacia América del Norte es un rasgo fundamental de la región de América Latina y el Caribe. En 2020 residían en América del Norte más de 25 millones de migrantes de esta región. Como se desprende de ese gráfico, la población de América Latina y el Caribe que vive en América del Norte ha aumentado considerablemente con el tiempo, desde los 10 millones estimados para 1990. Otros 5 millones se encontraban en Europa en 2020; aunque esta cifra ha aumentado solo ligeramente desde 2015, el número de migrantes de América Latina y el Caribe que viven en Europa se ha cuadruplicado con creces desde 1990. Otras regiones, como Asia y Oceanía, tenían números muy bajos de migrantes de América Latina y el Caribe en 2020 (400.000 y 200.000,  respectivamente).

La migración venezolana hacia Estados Unidos.

En mayo de 2024 en la tercera Reunión Ministerial de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, celebrada en Ciudad de Guatemala, Guatemala, Estados Unidos anunció que proporcionará casi 578 millones de dólares en asistencia humanitaria, para el desarrollo y económica, según informa el Departamento de Estado de los EEUU.

Esta financiación ayudará a los países socios y a las comunidades de acogida a responder a las necesidades humanitarias urgentes, ampliar las vías de migración legales y apoyar la regularización e integración de los migrantes. Esa cifra comprende 459 millones de dólares en asistencia humanitaria para poblaciones vulnerables, entre ellas personas migrantes, refugiadas y desplazadas en toda la región, incluidos casi 83 millones de dólares en fondos para asistencia humanitaria, a través de USAID, para satisfacer las necesidades más perentorias de los venezolanos vulnerables.

Como resultado de la prolongada inestabilidad política y económica en Venezuela, en este país más de 7,7 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y otros 7,7 millones de venezolanos han migrado o se han visto obligados a desplazarse de su país de origen. Además, se están proporcionando más de 376 millones de dólares a través del Departamento de Estado de EE. UU. para cubrir las necesidades humanitarias de los refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos, apátridas y migrantes vulnerables, y para promover una gestión migratoria segura, ordenada y humana en la región.

Esta financiación humanitaria proporcionada a través de USAID permitirá entregar asistencia alimentaria y nutricional de emergencia a los migrantes y refugiados venezolanos y a las comunidades de acogida de toda la región. Gracias a esta financiación humanitaria, las poblaciones vulnerables que residen en Venezuela también recibirán atención médica, asistencia alimentaria, agua, servicios mejorados de saneamiento, educación sobre higiene y suministros higiénicos, los cuales necesitan con urgencia.

Además de los casi 459 millones de dólares en asistencia humanitaria total proporcionada por Estados Unidos, USAID está trabajando con el Congreso, con sujeción a la disponibilidad de fondos, para proporcionar casi 116 millones de dólares en asistencia para el desarrollo, económica y sanitaria en apoyo de la regularización y la integración socioeconómica de los migrantes de todas las nacionalidades en Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Belice, Costa Rica y Panamá. Estos fondos se utilizarán para conectar a los migrantes con los procesos de determinación de su condición jurídica y con los servicios de atención de la salud, educación, financieros y de capacitación y colocación laborales, así como para brindar apoyo a las comunidades de acogida con miras a que los migrantes puedan comenzar a contribuir rápidamente a sus nuevas comunidades.

En años recientes, el éxodo ha afectado a familias y ha despojado al país de sus talentos, lo que ha creado un enorme desafío para el presidente Joe Biden, quien ha tenido que enfrentar niveles récord de migración desde Venezuela y otros países durante su gobierno.

En general, el número de personas que cruzan la frontera estadounidense ha disminuido en los últimos meses con respecto al año pasado, en medio de los esfuerzos del gobierno estadounidense por disuadir a la gente de solicitar asilo en la frontera sur.

Pero agosto, septiembre y octubre han sido tradicionalmente los meses más transitados a través del Tapón del Darién, la peligrosa selva entre Colombia y Panamá que se ha convertido en una de las rutas más transitadas del mundo por los migrantes que se dirigen al norte.

No todos los venezolanos se dirigirán a Estados Unidos, y no todos los que lleguen a Estados Unidos intentarán entrar por la frontera sur. Pero cualquier repunte de la migración sería otra prueba importante para Biden justo antes de las elecciones estadounidenses.

Los venezolanos que han llegado a Estados Unidos en los últimos años han llenado los refugios en Nueva York y han desbordado los presupuestos de ciudades como Denver. Pero el éxodo se experimenta con la misma intensidad, si no más, dentro de Venezuela, que ha perdido a sus profesores, médicos e ingenieros, y ha visto cómo sus familias se dispersaron por todo el mundo. Una encuesta privada de la empresa ORC Consultants, realizada en junio, sugiere que hasta un tercio de los venezolanos está considerando la posibilidad de emigrar si el actual gobierno se mantiene en el poder. La mitad de ellos dijeron que se marcharían en el semestre posterior a la votación del 28 de julio.

La política migratoria de Trump.

En el debate presidencial Donald Trump apeló en repetidas oportunidades a la crisis en la frontera y al ingreso de migrantes indocumentados, siempre vinculando el fenómeno con el problema de la criminalidad. Habló de “asesinos”, de “delincuentes” que habían huido de prisiones y de centros de salud mental, afirmó que la frontera estaba “abierta” y responsabilizó a los inmigrantes por quedarse con los empleos de otras minorías y por la destrucción de los servicios sociales. Además, volvió a decir que los indocumentados representan hasta “20 millones”, una cifra que no está debidamente documentada.

“Trump apela a una gran mentira sobre migración al hablar de ‘millones’ que vienen por la ‘destrucción’ de la seguridad social. La inmigración salvó a la seguridad social”, dijo Raúl Hinojosa, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles. Y añadió: “Trump está insultando a los migrantes”.

En el reciente debate presidencial en EEUU, Donald Trump repitió una de sus afirmaciones más frecuentes pero infundadas, sobre instituciones mentales de otros países que envían personas a la frontera sur de Estados Unidos.

El programa migratorio del candidato presidencial Donald Trump.

El candidato republicano para las elecciones de este año basa una parte importante de su campaña actual en una variedad de medidas antimigratorias. 

Una de las más mediáticas es el regreso del Título 42, que durante la pandemia del Covid-19 permitió las expulsiones “en caliente” de los migrantes indocumentados en territorio estadounidense, violando su derecho a solicitar asilo, al justificar una medida de salud pública. 

Trump aprobó el uso del Título 42 en marzo de 2020 y la Administración de Biden lo mantuvo en vigor hasta mayo de 2023. Según la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, cerca de 2.8 millones de personas fueron expulsadas del país bajo esa normativa. 

Donald Trump mantiene un discurso radical en contra de la migración irregular, lo que no excluye a los solicitantes de asilo: las personas que tienen derecho a solicitar protección internacional, al estar huyendo de “las guerras, las persecuciones y las violaciones a los Derechos Humanos”, como remarca la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). 

En 2019, Trump creó el programa ‘Quédate en México’ que imponía a los solicitantes de asilo, incluidos los no originarios de ese país, a permanecer del lado mexicano de la frontera hasta que las autoridades determinaran si serían considerados refugiados o no.

Los migrantes en la zona fronteriza están expuestos a la violencia de los carteles de droga y del crimen organizado. Biden cerró el programa en febrero de 2021, pero Donald Trump ha prometido reactivarlo en caso de ganar las elecciones. 

El pasado 8 de julio, el Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés) aprobó un programa de 20 puntos para un ocasional segundo mandato de Trump. Dentro de la hoja de ruta, hay novedades en dos de los puntos más sensibles para el republicano: la migración y el aborto. 

Respecto a los flujos migratorios a los que debe hacer frente Estados Unidos, el listado de medidas programáticas de Donald Trump y el Partido Republicao propone “detener la invasión migrante” en el país y “llevar a cabo la operación de deportación más grande en la historia” estadounidense. 

Bajo la presidencia de Donald Trump, en 2018, el régimen de “tolerancia cero” en la frontera sur resultó en la separación de miles de niños y adolescentes migrantes de sus familias. Poco tiempo después de llegar al Ejecutivo, Biden cesó las separaciones familiares, que acusó de reflejar la “vergüenza moral y nacional” de la Administración de Trump. 

En declaraciones a medios estadounidenses, Trump ha afirmado que no descarta un retorno a esas políticas en caso de ser elegido.

Un escenario de colapso migratorio?.

Si Donald Trump es elegido Presidente de EEUU, la aplicación de cada una de estas medidas restrictivas en materia migratoria puede ocasionar nuevos flujos y desplazamientos de migrantes saliendo de EEUU hacia otros países de América del Norte, el Caribe y América del Sur y también puede ser previsible que se generen nuevos bolsones de migrantes en tránsito en México, en el Darién (entre Colombia y Panamá) y los países de América Central.

Migrantes expulsados de Estados Unidos se encontrarán con migrantes sudamericanos o centroamericanos que se movían hacia Estados Unidos y que no pueden ingresar debido a las nuevas medidas restrictivas.

Es altamente previsible que la mayor zona de colapso migratorio sea el territorio mexicano.

El número de personas migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México se ha reducido de manera significativa en los primeros meses de 2024. Es muy inusual que la migración se reduzca de invierno a primavera, pero parece ser lo que está ocurriendo. Es probable que los altos niveles de migración en la frontera mexicano-estadounidense regresen y se incrementen en el mediano plazo. Cuando esto ocurra, la migración volverá a parecer descontrolada y el gobierno de Biden podría tomarlo como un incentivo para “cerrar” el acceso al asilo en la frontera, tal y como lo ha sugerido recientemente.

Fuentes: Departamento de Estado de los EEUU, France 24 en Español, BBC World. OIM, INFOBAE.

Manuel Luis Rodríguez | Fundación Latinoamericana de Política y Prospectiva.