Cuando el pueblo entró en la Historia de Chile | Manuel Luis Rodríguez
El imaginario colectivo que se ha construido respecto del pueblo chileno, parece estar falseado desde el comienzo. La Historia de Chile principalmente ha sido escrita por historiadores que expresan y representan la visión de la denominada elite, dejando al pueblo y las clases populares en un lugar subordinado.
Esta visión sesgada y clasista, viene desde los orígenes de la República. Barros Arana, Encina, Vial y otros historiadores, escribieron la Historia que se enseña en colegios y liceos, desde el punto de vista de la oligarquía chilena.
La Independencia de Chile, que se celebra por estos días, fue en definitiva una guerra que duró ocho años, que desvastó los campos de la zona centro sur de un país mayoritariamente agrícola y rural, se logró con la participación de peones de los campos y fundos de la oligarquía cuyos patrones, lideres ilustrados criollos como OHiggins y Carrera los enrolaron y armaron para la batalla. El único héroe patriota que recibía la adhesión del pueblo, Manuel Rodríguez Erdoyza, fue asesinado con la complicidad de la logia masónica y de O’Higgins, pocos meses después de proclamada la Independencia en 1818.
Las guerras sucesivas del siglo XIX, desde el conflicto contra la Confederación Peru-Boliviana y la guerra del Pacífico fueron otras tantas gestas militares para conquistar territorios y recursos naturales, mientras que las tres guerras civiles, de 1833, de 1850 y de 1891, fueron combates militares y políticos entre conservadores y liberales de la oligarquía chilena, en los que el pueblo estuvo ausente. No está demás recordar que la Guerra Civil de 1891 contra el Presidente Balmaceda, fue una confrontación entre la Marina que se declaró en rebeldía junto al Congreso Nacional, contra el Ejército que respaldó al Presidente constitucional José Manuel Balmaceda.
El pueblo trabajador y explotado solo ingresó en la historia de Chile a fines del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, cuando se produjeron las grandes huelgas y manifestaciones populares, reclamando las 8 horas de trabajo, sueldos y viviendas dignas y, especialmente, cuando se otorgó el derecho a voto a los mayores de 21 y después mayores de 18 años y a las mujeres en 1948 y se eliminó la exigencia de saber leer y escribir.
Se puede hablar de pueblo en la Historia de Chile, como una entidad nacional y cultural de reciente formación, apenas desde el siglo XX.
Durante el siglo pasado el pueblo chileno comienza a participar en la historia y en las decisiones, cuando sus demandas y reclamos pudieron ser consideradas en el gobierno y en el Estado.