“Miles de millones de pesos, miles de personas” Por Dalivor Eterovic, Consejero Regional por Magallanes

El 28 de julio de 2015 el Consejo Regional de Magallanes aprueba en sesión extraordinaria recursos por $40.328.221.000 (cuarenta mil trescientos veintiocho millones doscientos veintiún mil pesos), cifra difícil de imaginar y que significará la Electrificación Rural de Villa Cerro Castillo, el llamado a Concurso Internacional para Diseño del Centro Antártico, Mejorar la Ruta de Navegación Canal Kirke en Ultima Esperanza, la Construcción del Camino Rio Hollember-Rio Pérez, La Construcción del Centro Asistencial Docente e Investigación UMAG, además de la construcción de Casetas Miradores para Puerto Williams.
Con esta aprobación, el Gobierno Regional completa $ 141.753.370.080 (Ciento cuarenta y un mil setecientos cincuenta y tres millones, trescientos setenta mil ochenta pesos) invertidos en lo que se conoce como Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas.
Es difícil dimensionar la magnitud de los recursos comprometidos a la fecha y para tener una idea es bueno decir que solo los más de 40 mil millones recientemente aprobados, superan el presupuesto FNDR de nuestra región para un año.
La política nacional en materia de Zonas Extremas, implementada por el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, es sin lugar a dudas, el mayor esfuerzo focalizado en la historia de Magallanes en materia de recursos disponibles. Pero este esfuerzo no tendría el correlato pertinente si no se hubiese construido en torno a un plan que conto con la participación de las autoridades y comunidad regional organizada en torno a los Consejos Ciudadanos.
Este plan recoge demandas y deudas históricas en materia de infraestructura, pero también nuevas iniciativas, que con mirada de futuro incorporan la ciencia, la educación y la tecnología en el horizonte de Magallanes, para transformar a esta región en un polo internacional de desarrollo.
Es fácil levantar críticas y observaciones para relevar lo que no tiene este plan, es un ejercicio habitual el escuchar que no se ha contemplado una componente humana y que hay un exceso de hormigón y fierro.
Si el Plan contemplara solo transferencias de recursos a servicios públicos y a programas subsidiarios, como ocurre en otras regiones extremas, se diría que los recursos son mal utilizados porque no contemplan grandes obras que apunten al desarrollo y solo subsidian necesidades básicas que deberían estar cubiertas por el estado.
Siempre es posible tener otras miradas y cuanto más sean los recursos involucrados, mayores serán las ideas y opiniones, pero también debemos entender que nuestras capacidades regionales, nuestra economía local y el nivel de desarrollo alcanzado, son el real marco en que podemos soñar y proyectar iniciativas posibles de concretar en el mediano y corto plazo.
Hablar para la galería, manifestar desacuerdos y promover mega proyectos que escapan a nuestras capacidades, poco aporta en este instante.
Pretender que el Plan Especial de Zonas Extremas abandona otras prioridades de escala humana es falso, hoy se proyecta la construcción de más de 3000 viviendas en Magallanes, la salud pública sigue siendo una prioridad, los problemas de los adultos mayores y la extrema pobreza se abordan desde el estado con los mecanismos pertinentes que no han dejado de funcionar.
Los problemas cotidianos que afectan a las personas, no son el resultado de un momento político o económico son la consecuencia de un modelo implementado por décadas y pretender superarlos con subsidios o planes especiales es irreal.
El éxito del actual programa de gobierno radica en resolver los temas comprometidos, para que con la continuidad política necesaria, un futuro gobierno asuma esas otras transformaciones de carácter social, como los temas previsionales, las ISAPRES y por sobre todo la definición del rol que debe jugar el Estado de Chile por la vía de una nueva Constitución Política que defina los grandes temas pendientes.
Por el momento seguiremos invirtiendo en infraestructura y servicios para que algunas empresas lucren con la inversión pública y sigan usufructuando de los subsidios y leyes de excepción, pagando bajas remuneraciones y cobrando altos precios a los usuarios y clientes. Sin el menor compromiso con la región y su gente, aunque digan lo contrario.
Por esto y mucho mas es preciso redefinir el rol del estado en la nueva constitución política. Terminar con este estado subsidiario que deja hacer y solo observa cómo el 10% más rico controla la economía de todo el país, con todo lo que ello implica.