¿Por qué los papas van a Cuba? Por ramón Arriagada Empresario

¿Por qué los papas van a Cuba? Por ramón Arriagada Empresario

ramonarriagadaNo dejo de observar con curiosidad  los acontecimientos que han rodeado la visita del Papa Francisco a Cuba. Por una parte, porque  no deja de llamar mi atención que los tres últimos pontífices de la Iglesia Católica hayan visitado la isla, pese a que llegan a un país,  cuyo Estado tiene buenas relaciones con la iglesia local, no obstante a que sus gobernantes se declaran ideológicamente seguidores de las enseñanzas de Marx.

El primero en llegar a Cuba, fue Juan Pablo II, que si bien es cierto,  ya viajaba con dificultades por su estado de salud en 1998, su imagen venía precedida por su empeño de socavar la base a  “gobiernos totalitarios”, sobre todo luego de la caída de los socialismos reales, entre los cuales estaba su propio país, Polonia. Pero al parecer Juan Pablo, estaba consciente, que había contribuido a un juego malévolo del capitalismo mundial; los pueblos liberados del llamado “yugo soviético”, eran los países más pobres de una Europa  que necesitaba mano de obra barata y economías débiles para hacerlas dependientes.  Las leyes del libre mercado, generaban cesantía y marginalidad en países hasta entonces con Estados  protectores. Jovencitas  de  las repúblicas liberadas, eran reclutadas en la prostitución de la Europa con plata.

Es posible. La visita de Francisco pueda entregarnos más señales de la estrategia del Vaticano respecto de Cuba. Juan Pablo II, luego de 5 días de peregrinación por la Isla y estando aún Fidel en el poder,  como que le perdonó la vida y siempre manifestó su alegría por la estadía y por el fervor de los cubanos hacia él. Es un hecho reconocido, que tan sólo el 10 % de los cubanos declara asistir a oficios de la Iglesia Católica. Claro que el grueso de los creyentes católicos isleños son seguidores de la Santería.  Para entender a Cuba hay que entender la Santería, los cubanos son gente muy supersticiosa y mágica. Un sacerdote  salesiano amigo que viajó en misión religiosa a Cuba, me ilustró sobre la relación entre la Iglesia y la Santería.

Para los creyentes de la Santería, San Lázaro, Santa Bárbara o la Virgen de la  Caridad  del Cobre eran simplemente imágenes que representaban sus antiguos dioses africanos. En tiempos de la Colonia, cuando los españoles habían prohibido las religiones africanas, los esclavos  habían adoptado a los santos católicos como un modo de encubrir  el culto a sus dioses africanos.

Por curiosidad  compré  el libro “La Hora Final de Castro, la historia secreta detrás la inminente caída del comunismo en Cuba”,  recién publicado en aquel  año 1992 por el periodista Andrés Oppenheimer. Se había constituido en un Best Seller, pues todos querían saber, como iba a ser la huída de Fidel y Raúl de Cuba, luego de la desaparición de la Unión Soviética y su orfandad, que debilitaba la digna resistencia de un pueblo frente a la potencia más invasora del globo.  Oppenheimer, detrás de una imagen de escritor “serio y documentado”, resultó ser un bien remunerado agente de la CIA norteamericana, que sigue cantando desde Miami la tonadilla “Y va a caer…”  por ya largos 25  años.