La Cola del Pavo, Por Pablo Cruz, Periodista

La Cola del Pavo, Por Pablo Cruz, Periodista

Los gobiernos, todos los gobiernos, siempre se sienten tentados a hacer lesos a los ciudadanos. Es, como se dice ahora, algo que parece estar en el ADN de los gobernantes.

El impuesto específico a los combustibles se creó, luego de un terremoto, destinado a invertir lo recaudado en la reparación de los caminos dañados por ese sismo. Al final los caminos se concesionaron, así es que la plata se gastó en otra cosa, una malversación de la que parece los gobiernos están exentos de responsabilidades legales. Más encima, el impuesto “transitorio”, sigue vigente.

Eso de hacer leso a la gente se dice, en lenguaje popular, pasarla por la cola del pavo, que es una de las expresiones más académicas, hay otras peores.

Durante la dictadura de los militares se crearon las AFP y la publicidad decía que los que no se cambiaban al sistema éramos unos “quedados”. Unos lesos, unos tontos. Porque con el nuevo sistema de AFP, íbamos a tener pensiones iguales a los sueldos que teníamos mientras trabajábamos. Como además uno no podría negarse a lo que decían las autoridades dela época, todos nos cambiamos. O casi todos. Porque no se cambiaron los militares, que mantuvieron su Caja de Previsión de la Defensa Nacional, Capredena, y los carabineros y gendarmes, con su Dirección de Previsión de Carabineros, Dipreca. Los pasados por la cola del pavo recibimos pensiones miserables, jamás equivalente a los sueldos en servicio activo. Pero los de las cajas de los uniformados, pensiones de hasta 5 millones de pesos mensuales.

Y como Moya da para todo, los políticos decidieron que había que aumentar el número de parlamentarios que viven a costa del Estado, pero nos advirtieron que a los chilenos eso no nos costaría nada. Ahora se sabe que no era así y que las rentas millonarias de los parlamentarios tendrán que pagarse a los nuevos senadores y diputados, a costillas de… Moya.

O sea, otra vez nos pasaron por la cola del pavo .