Arte Sonoro “Podemos leer el entorno a través del viento”
Las pruebas tomadas por el equipo instalado hace dos semanas en Puerto Williams, serán exhibidas en el foro “Resonancias: conversaciones sobre arte sonoro” con la participación de Nicolás Spencer, Eric Mattson y el dúo magallánico Lluvia Ácida. La cita es este viernes 18 de noviembre a las 18.30 en Casa La Porfía. Entrada liberada.
Un reconocimiento al casi ya desaparecido pueblo Yagán, primeros habitantes y navegantes de esta zona austral, es lo que pretende realizar el equipo liderado por Nicolás Spencer, quienes inspirados en la vivencia de los pueblos originarios del Canal Beagle y su armonía con la naturaleza, el inclemente clima, braveza del mar y vientos extremos, realizaron las primeras pruebas de una escultura sonora activada por el viento, denominada ANEMOI.OSC, que genera movimiento y sonido, emulando el grito eterno del pueblo Yagán, devastado hace pocos años atrás por la civilización.
La escultura kinética y sonora, funciona cuando entra en resonancia con el viento, liberando grandes cantidades de energía y generando vibraciones de baja y alta frecuencia (sonidos graves y agudos) que pueden ser percibidos en forma auditiva y visual. “Son muchas las instituciones y las personas que han hecho posible este estudio de campo para intentar comprender una zona tan aislada y remota, a través del viento. Probablemente, esta pieza será la escultura sonora más austral del planeta y por qué no, transformarse en el resonador de audio más grande del orbe”, cuenta Nicolás Spencer, director del proyecto.
Este chileno, radicado en Austria hace siete años, recalca que esta vivencia pretende sentar un precedente para futuras experiencias que establezcan relaciones y lecturas con el entorno, a través de procesos artísticos. El diseño estructural y montaje de esta pieza, que fue realizado por los artistas chilenos Diego Ahumada y Diego Cortés, cuenta con la orientación del curador canadiense Eric Mattson, quien tras la experiencia dice no saber si este es el fin del mundo o el principio de éste, “el clima cambia cuatro o cinco veces al día en el extremo sur, donde me han invitado a jugar con los vientos y ver los sonidos que produce para que se puedan propagar, a larga distancia, en las colinas vacías. La invitación es extraña, y funciona. La naturaleza le ha ofrecido un concierto a los niños de esta nueva ciudad, fundada hace sólo 60 años atrás”.
Con satisfacción, Spencer asume que el desafío es grande. “Comprobamos cómo opera el sistema y ahora nos resta ajustar algunos aspectos para garantizar su funcionamiento en el tiempo”. El proyecto, financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria (BundeskanzleramtÖsterreich) y patrocinado por el Museo Antropológico de Viena (Welt Museum Wien), cuenta además con el apoyo de la Armada de Chile, a través de la Tercera Zona Naval, y otros estamentos operativos, además del Museo Antropológico Martín Gusinde y el Liceo Donald Mc Intyre, ambos de Puerto Williams.

