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Centro Antártico y el llanto de las lengas – Ramón Arriagada

Centro Antártico y el llanto de las lengas – Ramón Arriagada

Sana envidia fue ver a dirigentes sociales, científicos y políticos de Punta Arenas celebrando  el otorgamiento por parte del gobierno de los fondos necesarios para el diseño arquitectónico de lo que será  el Centro Antártico Internacional. Las instalaciones tendrán  una inversión final de cerca de 30 mil millones. Serán  15 mil metros cuadrados de construcción, dedicados a mostrar  grandes acuarios, bosques  botánicos, parque de los dinosaurios. Una iniciativa más, según sus patrocinadores, para convertir a Punta Arenas en la puerta de entrada a la Antártica.

Las entidades responsables de materializar la iniciativa, serán el INACH y la Universidad de Magallanes. Se levantará en un lugar que el mapa puntarenense denomina “Punta Arenosa”, terrenos hasta ahora despreciados por presentar acumulaciones poco estabilizadas, debido a su utilización en el pasado,  de los vergonzosos promontorios de “chips” dejados por una empresa,  de triste recuerdo para nuestros altivos bosques. Lugar para el llanto de las lengas.

Desde Ultima Esperanza teníamos el convencimiento, que  junto al proyecto en la capital regional, habría mención respecto de una deuda de la ciencia chilena con los glaciares y campos de hielos ubicados en la provincia nuestra y en el sur de la Región de Aysén.  Escenarios de grandes expectativas científicas en lo referente al preocupante Cambio Climático. Son nada menos que 17.200 km2  de los cuales 4.200 corresponden al Campo de Hielo Patagónico Norte y el resto al que está en Ultima Esperanza.  Sumemos a ellos, tres parques nacionales (San Rafael, O Higgins y PN Torres del Paine), para llegar a la conclusión que puestos en la balanza, no son para nada despreciables, como objeto de estudios y creación futura de un Centro Científico del Cambio Climático.

Pero desgraciadamente son iniciativas que deben surgir de  los “think tank” regionales, aquellos que proyectan conocimiento científico y que tienen por misión ilustrar a los gobernantes y personeros políticos de aquí;  para  las autoridades  y la opinión pública del centro de Chile, los Campos de Hielos Patagónicos, no figuran en su nivel de análisis más elemental. Recuerdo que cuando se perdió Laguna del Desierto, en una encuesta de opinión, los chilenos consultados ubicaban dicho paraje en la región de Atacama.

A propósito de fechas funestas para nuestra soberanía, en dos años más, espero haya dignidad para celebrar los 25 años de la pérdida de Laguna del Desierto, pues un 21 de abril de 1994, un Tribunal Arbitral, constituido en Rio de Janeiro, dio a conocer el fallo favorable a las aspiraciones argentinas. Pudiendo haberlo hecho, nuestra diplomacia, ni siquiera tuvo la tozudez y firmeza para que dicho lugar quedara como un lago compartido. Estábamos en democracia, como  cuando perdimos  el triángulo de la Concordia. Es que la ignorancia de los políticos chilenos es transversal respecto a sus territorios extremos. Luego de las derrotas diplomáticas vienen los “mea culpa”, locución latina que significa “por mi culpa”, y la resolución por preocuparse  antes.

Por estos días circula la noticia en las redes sociales, con mapa en exhibición, que  en el fondo del  Lago Dickson, en la zona del Monte Daudet producto de los deshielos y retiro de los glaciares, alrededor de 24 mil hás, ya no serían  parte de la superficie del Parque Nacional Torres del Paine, porque habrían quedado en territorio argentino. ¿ Quiénes son los llamados a desmentir o corroborar  la apreciación  agitada desde las redes sociales?.

 Se está poniendo en duda lo que le corresponde a Chile, en un sector neurálgico para los límites, pues  en diciembre de 1998 suscribieron un acuerdo  Chile y Argentina que las zonas pendiente de delimitación desde el Cerro Fitz Roy al Cerro  El Murallón, se presentará en las cartas geográficas de ambos países, por un cuadrado, que señalan la situación de delimitación pendiente. Desgraciadamente, en la práctica,  sólo Chile ha respetado aquel acuerdo.