Voluntarios construyeron una vivienda para un adulto mayor en Puerto Edén
23 estudiantes de Santo Tomás navegaron hasta Puerto Edén para realizar diversas actividades sociales junto a la comunidad. Arreglos en la pasarela peatonal, construcción de un juego para la escuela, atenciones podológicas, atención de peluquería y la construcción de una vivienda social para un adulto mayor, fueron algunas de las acciones desarrolladas por los jóvenes en la apartada localidad magallánica.
Se vieron obligados a postergar en un día el esperado viaje. Las difíciles condiciones climáticas en Magallanes no dan tregua y tampoco avisan. Finalmente se logró el objetivo y poco importó la lluvia o los cientos de kilómetros que debieron recorrer hasta llegar a la que según afirman, es la localidad más apartada de Chile.
Unas tres horas desde la capital regional hasta Puerto Natales en bus y otras 24 de navegación a bordo del ferry “Evangelistas”, para llegar a Puerto Edén, un lugar tan maravilloso, como aislado.
Ubicado en la isla Wellington, pertenece a la comuna de Puerto Natales, sin embargo, dista de la capital comunal en alrededor de 320 kilómetros en línea recta. Actualmente viven allí alrededor de 50 habitantes, los cuales solo pueden llegar vía marítima, ya que no posee conexión terrestre, ni aeródromo, ni siquiera existen calles, por lo que la conexión local se realiza por medio de pasarelas de madera, las que deben soportar un clima lluvioso prácticamente durante todo el año, lo que las va deteriorando año a año y a la vez, suele causar más de alguna caída; bien lo saben por experiencia propia los voluntarios.
El desafío de lo extremo y de querer hacer algo grande, fue lo que motivó a la Directora de Asuntos Estudiantiles, Claudia Molkembuhr, a elegir este lugar de la región de forma inédita.
Molkembuhr lideró el proyecto desde la Institución, quien a la hora del balance se mostró más que conforme. “Como institución estamos muy contentos, por los resultados, luego de finalizar los trabajos voluntarios de invierno, donde nuestros estudiantes vivenciaron lo que es una zona extrema, donde entregaron la solidaridad, valoraron al prójimo con estas acciones, crecieron mucho como personas. Ellos se dieron cuenta que podían generar mil cosas, es cuestión de programarse, planearlo y ejecutarlo y cuando finaliza todo esto con una sonrisa, con sentimientos encontrados de que efectivamente hay un valor especial en lo que ellos hacen, hay un crecimiento personal, profesional, que fue aceptado y reconocido por la comunidad”, comentó la directora de la DAE.
En este sentido Molkembuhr indicó además que “los chicos se sintieron muy satisfechos de su trabajo y el abrazo apretado que les entregó la gente de la comunidad, esas “gracias” de verdad, sinceras, fueron las que ponen este sello solidario, este que nosotros valoramos y buscamos en el estudiante tomasino”.
Colaboradores
La directora de Asuntos Estudiantiles de Santo Tomás Punta Arenas, agradeció a todas las instituciones, organismos del Estado y privados anónimos que hicieron posible este viaje solidario, y por supuesto, a los propios estudiantes que sacrificaron vacaciones, familia y trabajo para ayudar al prójimo.
Por la logística que se necesitaba, este no era un proyecto menor, así que todas las instituciones jugaron un rol fundamental, para concretar este trabajo, pero aparte de los recursos, INJUV aportó también con un voluntario más, Luis Fierro, quien se hizo parte del grupo trabajando codo a codo con los jóvenes.
“Nos ayudó desde el intendente hasta colaboradores de Santo Tomás; gente en forma particular, amigos, Injuv fue un apoyo importante, Conadi que nos dio acciones para realizar y además implementar la casa, la Gobernación Provincial de Ultima Esperanza haciendo todas las gestiones de transporte y nos entregó todo el apoyo para que pudiéramos ocupar y habilitar un establecimiento educacional como vivienda por esos días, la comunidad de Puerto Edén que nos abrió las puertas para poder desarrollar esto, el Instituto Antártico Chileno que nos ayudó con implementos para trabajar bajo lluvia a temperaturas bajas y el agradecimiento de forma grande, grande a nuestros estudiantes que creyeron en esta apuesta y la desarrollaron y la cumplieron cabalmente, como broche de oro el objetivo cumplido que nos va engrandeciendo como institución y como personas a diario”, aseguró la directiva.
José Díaz, estudiante egresado de Técnico en Construcción Civil en Santo Tomás sede Punta Arenas, tenía como misión estar a cargo como jefe de Comunidad del voluntariado de invierno en Puerto Edén, y no dudó en calificar esta vivencia como “magnífica, reconfortante; siempre es grato ayudarle a una persona, más todavía si es de la región en la cual vivimos con identidad propia, la que nosotros queremos mucho y mejor aún si es para alguien de la tercera edad; yo me siento realmente contento y es algo que me llena totalmente de alegría, más que nada porque yo todavía vivo con mis abuelos”, relata el joven.
Sobre la posibilidad de que estudiantes de la institución educativa puedan realizar este tipo de viajes con un propósito más que noble, Díaz afirma que “le llena a uno el corazoncito haber estado una semana ayudando, a pesar que uno tiene compromisos y responsabilidades. Dejar eso de lado para hacer un poco de humanidad. Nosotros somos los jóvenes, somos la cara visible del futuro y si nosotros no cambiamos ahora el país o el mundo, no sé quién lo cambiará”, se pregunta el estudiante y agrega que “lo que estamos haciendo hoy día, no es un sacrificio, es algo que te llena, por lo menos para mí, será recordado para toda la vida, más todavía porque me tocó liderar este equipo humano, este equipo que en momentos, en lugar de ser 23 fuimos 1, todos remando para el mismo lado y eso es lo más gratificante que se puede llevar de esta experiencia, la calidad humana en la cual se trabajó”.
Construir hogar
El jefe de Comunidad agregó que “en la vivienda social el sacrificio fue enorme, vi a mis compañeros decaídos, yo igual lo estaba y de repente con una simple broma se subía el ánimo y seguíamos adelante, hasta prácticamente las 12 de la noche que era la hora en que nos cortaban la luz y al otro día de vuelta a las 7 de la mañana en pie, sin luz, con clima adverso, con unas pasarelas totalmente resbalosas, entonces se dejó el corazón allá, y ese hogar que nosotros construimos, porque la casa uno la compra, el hogar uno lo construye, fue totalmente espectacular, yo sé que los chicos dejaron su corazoncito allá y yo igual dejé parte de mí corazón en Puerto Edén”, confesó José Díaz.
Juan Andrade, fue el beneficiario de la vivienda. Nunca se casó y vive solo; su casa estaba en muy malas condiciones y debía constantemente trasladar leña al hombro hacia la parte alta de la isla. Eso, gracias al trabajo de estos estudiantes, ya no sucederá más, ahora estará más cobijado y el traslado de víveres le será un poco más fácil, además, gracias al aporte de instituciones y privados, posee muebles nuevos, incluyendo una cocina a leña que le envió el intendente de la región de Magallanes Jorge Flies.
Por todo esto Andrade se mostró emocionado y agradeció el trabajo voluntario realizado por este equipo humano de jóvenes. “Estoy totalmente agradecido y contento, nadie me había hecho esto”, confesó. ”De aquí no salgo ya que en Puerto Edén vivo tranquilo”.
Cabe destacar que, los Trabajos Voluntarios de Invierno Puerto Edén 2017 han sido posible gracias al apoyo también de otras instituciones público-privadas, entre ellas la Intendencia de Magallanes y Antártica Chilena; la Secretaría Regional Ministerial de Obras Públicas; el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama); Sindicato de Pescadores Puerto Edén; Buses Fernández, Ferretería El Águila y el Ejército de Salvación, entre otras que hicieron su aporte para alcanzar este objetivo, en lo más apartado de la región austral.

