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La crisis del agua, la seguridad y su revolución territorial – Rodolfo Cárdenas – Opinión

La crisis del agua, la seguridad y su revolución territorial – Rodolfo Cárdenas – Opinión

Esta semana advertimos con asombro la incapacidad de la empresa distribuidora de agua potable de Osorno, así como de gestión del Gobierno con la emergencia sociosanitaria que viven los más de 130 mil habitantes de esta ciudad, generando indignación ciudadana por la falta de empatía y soluciones para superar esta grave situación, no existiendo certeza sobre el retorno seguro del servicio.

La fragilidad del sistema nos permite reflexionar a los magallánicos y fueguinos respecto a la situación de nuestros sistemas de agua potable, así como el estado del sistema de distribución y la seguridad de los caudales o lagunas de los que hoy se obtiene agua para potabilizar, sumado a la crisis hídrica que vive el país y la región, estableciendo que hemos tenido eventos que nos deben despertar y llevar a la acción.

La administración del Estado y la gestión privada debe resguardar la calidad y capacidad de distribución del agua, invirtiendo en procesos modernos, así como también en garantizar que este vital elemento no se vea afectado por condiciones externas, ampliando la seguridad de los recintos, y lagunas; además se requiere avanzar con las iniciativas y estudios que permitan ampliar la matriz hídrica, tanto para consumo humano como para fines agrícolas o de riego, en los sectores urbanos y rurales,  y sin lugar a duda, es trascendental la revitalización de los proyectos de APR – agua potable rural en nuestras localidades.

Lo anterior, nos permite también indicar que nuestro país debe resguardar el derecho al agua como recurso básico para la vida, y evitar la mercantilización de la que hoy sufrimos como sociedad, la concesiones deben aumentar sus regulaciones, y fiscalización, buscando la sanción real cuando se quebrante la norma, así como evitar con toda fuerza la privatización.  

Debemos volver a pensar en nuestro ecosistema, estableciendo una reformulación de las políticas públicas del agua a una sustentable, con un sistema de gestión integral y participativo, donde las comunidades tengan soberanía sobre el agua y se realice una eficiente administración, con una reinversión de los recursos que se obtienen en los canales de distribución, y redes que permitan que el mayor número posible de familias tenga acceso, ya que hoy existen un número importante de ciudadanos que no lo tiene, incumpliendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la ONU, ya que la falta de agua tiene impactos sociales, culturales, y en la salud de las personas y comunidades.

Esta situación debe ser parte de la agenda pública, proceso que requiere un avance suculento, ya que nuestro bienestar y desarrollo no puede estar sujeta a la improvisación e indolencia, considerando la fragilidad de nuestro hábitat a orillas del Estrecho de Magallanes. 

RODOLFO CARDENAS ALVARADO

TRABAJADOR SOCIAL FUEGUINO.